El fuego en la ceniza
Editorial Guadalturia. Sevilla 2013
A
fuerza de apurar
cáliz
y boca
a
no sé
-dulce
amor-
qué
sabe el vino.
A savia,
a roja
sed,
a
luz herida.
El
vino y el amor
dime
a qué saben.
(pag.
38)
El poema titulado Desazón abre mis palabras sobre esta
obra del poeta Manuel Gahete Jurado
que obtuvo el Premio de Poesía
Fernando de Herrera 2013.
En este poemario
es la fuerza de la palabra la que
se adelanta para asumir hechos, detectar, alumbrar
y dar cuerpo a un caudal de
poemas comprometidos con la extraña
sensación que deja en el hombre
actual una necesidad vital de
recuperar los valores que se han ido
perdiendo en el transcurso
de nuestros días afables,
evitando todo esfuerzo para que el
hombre alcance su dignidad, cualidad
ésta inherente a la condición humana y que siempre debe de estar presente en todo lo referente
a la persona.
El amor y
el vino se cruzan en un mensaje subliminal de sensaciones que buscan
el verso limpio y cuidado de Manuel Gahete,
para dar fe de toda una poesía
cargada de matices clásicos que asume un tiempo presente.
No en vano El fuego
en la ceniza obtuvo el Premio
de poesía Fernando de Herrera.
Las citas de Fernando de
Herrera acompañan los versos de nuestro
poeta, donde la belleza excelsa de un ritmo bien acordado y de ejecución perfecta hacen la lectura placentera y
los sonetos avivan la fuerza transmisora de sus
versos cargados de efluvios serenos.
La obra
que comentamos está dividida en
tres partes:
Vía de la pasión ardiente, Vía del alma esclarecida y Vía de la consumación. A modo de introducción hallamos el soneto Nací para
el amor:
Y
supe que la llaga en cada herida
es dulce cuando siento tu mirada
y
amargo cada vez que se me olvida.
(pag. 9)
El primer apartado consta de siete poemas : La llaga azul: Muchacha
de luz triste,/ amada,
niña enferma, sin paz/ (pag.18)
Vértigo: ¿Quién
puede reprocharme cómo vivo? (pag. 17)
Estiaje: Me encontrarás paciente en le exilio. (pag. 25)
En el apartado II: Fideicomiso, Ceguera, Relecturas,
Crisol, son algunos de los poemas
que manifiestan el lirismo ético de Manuel Gahete.
Y será el aportado III
el que cierra el libro con poemas exuberantes
como Balada de los amantes donde se pone de manifiesto la llama viva de la esperanza. Podemos leer:
Robando el agua a la
nieve/ brota el trigo de la espiga. / Un sueño se desvanece / mientras otro
se ilumina. (pag 49)
El libro cierra con el poema titulado Vida, que es
en toda regla un poema reivindicativo
del amor que envuelve la existencia del hombre y la necesidad de sentirse vivo ante el
dolor, ante la muerte
y el desánimo.
En El fuego y la
ceniza, Manuel Gahete con un estilo clasicista y un
verso acompasado y bien engarzado
(haciendo uso del arte de los maestros
de las letras) nos invita a mirar dentro
de nuestras conciencias , para
detectar todas aquellas verdades
escondidas que ensalzan las relaciones entre los hombres y el compromiso ético con la sociedad en la que vivimos.
Poesía la de Manuel
Gahete que se vertebra en la
necesidad de reivindicar la unidad común de todos los hombres en su más
profunda esencia, manteniendo un compromiso
con la palabra y con la vida,
que siempre ha de incluir y nunca excluir.
Así pues
asistimos a una ética del
compromiso, a través del verso. El
hombre es el eje central de El
fuego en la ceniza; el hombre y
sus relaciones alter ego, con los otros
hombres y con los valores del
verso que encienden la conciencia y trascienden más
allá de las páginas del libro.
Podemos mantener que este poemario de Manuel Gahete se encuentra
dentro del ideario de la
corriente de pensamiento del Humanismo
Solidario que ofrece una relación de interacción con el mundo que nos rodea a través de la perspectiva humanista.
Paloma Fernández Gomá
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