martes, 29 de agosto de 2017



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                                                     Obra de  Younes Hamidi

miércoles, 9 de agosto de 2017

MICRORRELATOS  DE  LEÓN  COHEN MESONERO
Estos microrrelatos siguen dos normas:  Setrata de un concurso semanal. No pueden tener más de 100 palabras y los relatos han de empezar por la última frase del relato ganador del concurso de la semana anterior.


Micro relatos encadenados 2016-17
(100 palabras)
León Cohen M.



1.- Título: Su último discurso

Deja unos puntos suspensivos como quien deja una propina. Luego baja de la tribuna donde acaba de exponer con precisión abrumadora sus ideas sobre la función ética de un banco en los tiempos modernos. La asamblea de accionistas ha guardado un silencio clamoroso, impactada por las sorprendentes declaraciones de su presidente. Ni un solo aplauso. Imperturbable, él ha recogido su abrigo y con paso diligente se ha dirigido a la salida, sabiendo que estas han sido sus últimas palabras como máxima autoridad del banco. Ya en la calle ha respirado profundamente y ha sentido un alivio reparador.

2.- Título: Puntos suspensivos

Deja unos puntos suspensivos para dar rienda suelta a la imaginación de sus colegas, para que se esfuercen en adivinar sus intenciones, que sepan o crean saber por qué nunca les dijo lo que realmente pensaba de ellos, de todos ellos. Que ahora que se ha ido y les ha dejado un mensaje envenenado en forma de discurso, terminado en puntos suspensivos, que cada uno se agarre a uno de ellos, al que más le convenga y si no puede porque ni siquiera es capaz de imaginar, pues que se joda, que se jodan todos.

3.- Título: La despedida

Deja unos puntos suspensivos donde bien pudo haber un punto y final o un signo de interrogación. Ella se quedó atónita, acababa de oírle pronunciar una hermosa declaración de amor que también era una despedida: Te querré siempre, en la ausencia y en la distancia, en el recuerdo y en el olvido, siempre te llevaré conmigo… Y se alejó dejando unos puntos suspensivos donde bien pudo haber un punto y final.

4.- Título: Vivir, vivir…

Las mañanas, si no llueve. O las tardes, si el sol no sale por Antequera. Y las noches si no hace sueño. Cualquier momento le parecía bueno para pasear o escribir un poema de amor o una canción desesperada. Vivir el día a día, instante a instante, porque hoy, mañana será ayer, y solo nos quedará el recuerdo. Vivir, vivir, aprehender la vida, imbuirse, empaparse de ella como si nada hubiese de quedar de lo vivido.

5.- Título: La campaña electoral

Como si de una plaga venenosa se tratara, los diputados salieron del Parlamento y se lanzaron como vampiros ávidos de sangre sobre los transeúntes que tuvieron la desgracia de pasar en ese momento por ahí. Minutos más tarde, ya saciados y dejando varios cadáveres tendidos en las aceras, volvieron a la sede de la representación del pueblo y siguieron con su ritual de palabrería y de insultos. No volverían a salir hasta dentro de cuatro años.

6.- Título: La honradez

Cada vez que le hablaba del último sobre rechazado, ella se preguntaba siempre lo mismo: ¿Era la honradez un valor en sí misma o era una disculpa para los débiles, aquellos que no se atrevían a dar el salto y aprovechar su oportunidad y su momento? Hallaba la respuesta algunas noches contemplando el sueño plácido de Roberto y la serenidad que desprendía su rostro. Saber que estaba ante un hombre honrado, la hacía sentirse segura y satisfecha y hasta un poco feliz.

7.- Título: El detective

Era de los pocos detectives honrados que quedaban en la ciudad, eso al menos pensaban todos los que le conocían de cerca o de lejos. Y es que él siempre había tenido por norma ser ante todo buen profesional y salvaguardar su intimidad. Los intereses de su cliente eran lo primero, y mantener una buena relación con los delincuentes lo segundo, ya que esto último le aportaba una información necesaria para sus investigaciones. En eso pensaba aquella tarde mientras se dirigía a una cita en la que iba a ser generosamente recompensado por su silencio.

8.- Título: La amenaza de las palabras

Las palabras que ha aprendido por la noche, esas palabras hijas de la media luz y de la oscuridad, que huelen a tabaco y a whisky, esas palabras salidas de las tinieblas de la mente, que ahora caminan juntas, y sumadas, pretenden convertirse en un cuento amenazador para las conciencias de todos aquellos que no supieron controlarlas y las dejaron escapar tan libremente.

9.- Título: La escritora frustrada

Las palabras que ha aprendido por la noche, no le servirán para escribir mañana, porque la magia que aquellas almacenaban quedó prendida en la madrugada. Maldecía la llegada del nuevo día, porque se sentía incapaz de repetir lo aprendido en la media luz, esa era al menos la excusa con la que ella solía justificar ante sí misma, sus carencias y su mediocridad como escritora de relatos de ficción.

10.- Título: El himno

Las palabras que ha aprendido por la noche mientras dormía, golpean durante unos segundos su cabeza, para luego evanescerse, y volver convertidas en notas musicales de una melodía, que él repite como una letanía que lanza al viento desde las alturas, para que sus conciudadanos las reciban y las interioricen hasta formar un himno, un himno a la vida que nació de las musas de la noche oscura y misteriosa.

11.- Título: El regalo

Es como sale mejor, dijo él con expresión prepotente, sin ni siquiera dirigirle una mirada cómplice o buscando su aprobación, como solía para cualquier asunto. Sacó el dinero de la cartera y pagó el precio que le pedía el comerciante. Ella no dijo nada, como siempre, y permaneció callada durante todo el trayecto hasta la casa. Una vez allí, cogió la joya que Ricardo le había comprado y ante el asombro de este, la arrojó por la ventana, exclamando: Ahora sí, ahora está todo en su sitio.

12.- Título: La inspiración

Serán solo cien palabras, le dijo el editor. Se fue a casa muy preocupado por el mandato y no se le ocurrió otra cosa que sentarse en su despacho y empezar a seleccionar cien palabras que le gustaban especialmente. Luego, las ordenó a consciencia en varias secuencias adecuadas, de manera a permitirle construir varios micro relatos. Al día siguiente le presentó los relatos al editor. Este no entendía cómo en una noche, el escritor había conseguido escribir tantos relatos solo con cien palabras y no pudo evitar preguntarle cómo lo había hecho. Y el escritor le contestó: solo tuve que juntarlas y ellas solas se ordenaron, fueron las musas, señor, las musas.

13.- Título: El poder de la palabra

Serán solo cien palabras. Necesitaría mucho más que palabras, él, que siempre había sido un prestidigitador del verbo. Aquella mañana se dirigió al jurado con una elocuencia y una argumentación tan sólida como poética. Estaban todos tan embelesados escuchándole y había tanta belleza en sus palabras, que por un momento la emoción embargó a los presentes, de tal manera, que algunos pensaron en declararle inocente, como si hubieran olvidado que estaban ante un asesino en serie, un psicópata de la peor especie.

14.- Título: Cien palabras, ni una más ni una menos

Serán solo cien palabras. Lo había estado ensayando toda la noche, contando una a una todas las palabras. Mañana necesitaría ser absolutamente preciso. Esta vez, la cosa iba en serio, tenía que argumentar en cien palabras su defensa, le iba la vida en ello, pues una palabra de más o de menos lo llevaría al patíbulo.

15.-Título: Machismo

Lo que daría porque fuese ya de día y su dulce voz me susurrase “lavavajillas”, “espumadera” o “colesterol”. En esas dulces palabras pensaba Esther, mientras lavaba los platos con el inigualable Mistol, sacaba de la freidora las patatas fritas con la espumadera que le regaló su madre, y recordaba que no debía olvidar tomar la pastilla para el colesterol. Todo eso ocurría, mientras Ricardo estaba recostado en el sofá roncando. Por primera vez en toda su vida, Esther sintió un irrefrenable deseo de matar a alguien.

16.- Título: Lavavajillas, espumadera, colesterol

Lo que daría porque fuese ya de día y su dulce voz me susurrase “lavavajillas”, “espumadera” o “colesterol”. ¡Qué frase más vulgar y tosca para empezar un relato! se dijo, parecía más bien un anuncio comercial de radio. Pensó incluso en dejarlo para la semana siguiente, pero no pudo evitar ponerse a escribir: lavavajillas? espumadera? colesterol? y se preguntó que hubieran hecho Delibes o Cela con estas tres palabras de mierda.

17.- Título: El Tedi

Es como sale mejor, así sentado en la mesa de la terraza del Bar El Gallego, con la copa de Rioja, medio vacía o medio llena, según se mire. Es la imagen que quedará para siempre en mi retina del Tedi, un tipo singular que el otro día se acostó para no levantarse más y al que muchas mañanas saludaba cuando iba a desayunar. En su mesa ha quedado un hueco que yo siempre intentaré llenar con mi mirada y con mi saludo. ¿Por qué no?

18.- Título: El salto

Subir de nuevo a la habitación le parecía un pequeño martirio. Otra vez, se dijo refunfuñando. Pero es que la habitación no estaba en una primera planta, la casa, su casa tenía tres plantas, y la habitación estaba en la tercera. Pensó en años venideros, cuando sus articulaciones hubieran perdido flexibilidad, qué haría entonces, de tener que subir a la habitación. Pensó en la vejez, y sintió angustia. La vejez, qué próxima, qué poco faltaba. Pensó en la enfermedad, en la dependencia de los demás, y mientras subía, el agobio iba en aumento. Y al final de tanto sufrimiento, para acabar muriendo, se dijo. Llegado a la habitación de la tercera planta, no se lo pensó más, abrió la ventana que daba a la calle y saltó...

19.- Título: ¿Ficción o realidad?

Aquel ser diminuto que golpeaba la lente desde el otro lado, seguía ahí, con gestos confusos que podían interpretarse como gritos de desesperación o de suplica. No sabía si era un efecto óptico el que transformaba a aquel ser en algo tan pequeño que parecía irreal, o si podía tratarse de algún ser diminuto venido de un planeta lejano. Para comprobar su sospecha, alargó la mano hasta el otro lado de la lente, y apretó fuerte. Volvió a mirar por el objetivo, la visión había desaparecido. Sin embargo, cuando se frotó los dedos pulgar y corazón, notó una aspereza que antes no tenía.

20.- Título: El premio

Vivir a lo grande de los bienes gananciales, como lo haría un chulo o una puta, eso pensaba Elsa, cuando sentada en el sofá de la Notaría, escuchó las últimas voluntades del finado. Nada, ese cabrón no le había dejado nada.

21.- Título: El número 7

Salió sigilosa a estirar las piernas. Aquella tarde estaba desorientada, se le había escapado el número 7 y no conseguía recuperarlo. Se sintió angustiada y se lamentó de aquella pérdida irreparable, sin la cual, su sistema decimal, se derribaba. ¿Qué hacer, cómo vivir sin el 7? se preguntó. Recordó de repente que el edificio del Sistema Decimal se hallaba a pocos metros de su casa. Entró y expuso su problema a un empleado: - No se preocupe, el número 7 se encuentra de vacaciones, volverá en un par de semanas, le dijo. Imposible estar dos semanas sin el 7, una eternidad. Entonces tuvo una ocurrencia feliz, lo reemplazaría por el 6 +1. ¡Eureka!

22.- Título: El francotirador 

Volví a enfocar su figura uniformada en la mirilla del rifle. La recorrí de pies a cabeza, deteniéndome en su espalda. Le imaginé, joven, apuesto y buena persona. Tendrá dos hijos pequeños guapísimos y quizás una niña todavía en edad escolar, me pregunté, sin dejar de apuntar. Solo tenía que apretar el gatillo y acabaría con sus sueños de vuelta a casa con sus seres queridos. Pero no tenía otra, así que disparé. El hombre salió corriendo y mi bala se perdió por las alturas. Me sentí reconfortado y un poco feliz.

23.- Título: El fotógrafo japonés

En esa casa no vive Mizuki Tanaka, seguro que no, porque hace ya mucho tiempo que ningún japonés ha pasado por aquí. Quizás aquel fotógrafo con coleta que se dedicaba a fotografiar monumentos antiguos, pero sobre todo, reproducía rostros, caras de gente desconocida. Lo hacía con maestría y hasta con arte. Muchas veces me pregunté qué buscaba en aquellos rostros anónimos. A lo mejor esperaba encontrar la cara de la tristeza o de la alegría, no lo sé, lo que sí creo es que esas caras eran antes que nada reflejos de la vida, de esa vida que sabe que camina irremediablemente hacia la muerte.

24.- Título: El chivato

Aquel día de verano de 1945 Matilde oyó pasos en la escalera que no tardó en reconocer. Se trataba de Santiago compañero de partido de Pepe y dos acompañantes. Le dieron mala espina. Matilde les indicó que pasaran, que Pepe se hallaba en esos instantes terminando de comer. José los miró, y sin pestañear, se levantó de la mesa, se guardó el tabaco en el bolsillo de la camisa y acercándose a Matilde le susurró: ¿Pero qué has hecho palomita? La besó tiernamente a modo de despedida, con todo el cariño de que era capaz y se dirigió a la puerta (ni siquiera mostró sorpresa al ver a Santiago) seguido por los dos fascistas y el confidente. Matilde rompió a llorar desesperadamente, recordando el aviso de José: – No digas nunca que estoy en casa, ni dejes entrar a nadie.

25.- Título: Sueño

Sigo observando mi trocito de cielo como esperando que de él caiga la pequeña estrella con la que siempre he soñado, esa sobre la que poder viajar por el inmenso e inabarcable universo, esa de la que conseguir la luz necesaria para iluminar mi vida y la de mis congéneres.

26.- Título: Un refugio en las alturas

Sigo observando mi trocito de cielo intensamente azul, como si me hubiera correspondido en un imaginario reparto. Esa parcelita tan singularmente mía donde pasear mis ilusiones, mis deseos y mis pensamientos. Ese techito protector bajo el que refugiarme aunque solo sea con la mirada y donde perderme y abstraerme cuando lo que me rodea a pie de calle tanto me desagrada.

27.- Título: Un puente en el cielo

Sigo observando mi trocito de cielo con la improbable esperanza de que asome mi pequeño genio con forma de nube, y me haga ese gesto de complicidad que necesito, para convencerme de que entre mis esperanzas y el cielo siempre habrá un estrecho pero firme puente sobre el que caminar.

28.- Título: Lo mejor de mí mismo

Espero que puedas perdonarme, por no haberte podido traer todos los días una sonrisa o la luna o un beso. Siempre se me quedaban aparcados en algún sitio que ignoro, esperando a salir, sin finalmente atreverse. Pero hoy, esta tarde, te he mirado mientras cosías, con tu melena rubia y tus maravillosos ojos verdes, y he vuelto a ser el niño que tanto te quería. He ido a por la luna, he sacado mi mejor sonrisa, y te he dado mi beso más entrañable. Espero que puedas perdonarme…madre.

29.- Título: Los parecidos

No era el mar pero se le parecía, era una manera de hablar, porque muy poco tenían que ver uno con otro. A ella los parecidos se le daban bastante mal y cuando no había manera se los inventaba, como ahora. Acababa de decidir que su marido, el pobre Pepe, tenía cierto aire de Robert Redford, y cuanto más lo observaba más se lo recordaba. ¡ Qué suerte! se dijo , tener a un galán junto a ella, ella que tanto parecido guardaba con Bette Davis. Estas ocurrencias la reconfortaban cuando estaba en plena faena doméstica. Así se sentía un poco más feliz.

30.- Título: El pintor

De un certero bocado le arrebató el pincel. Él sintió que sin su instrumento esencial no podría seguir pintando, maldito ladrón. Recordó entonces a los pintores prehistóricos que no sabían lo que era un pincel y que ahí habían dejado su legado artístico. Entonces, impregnó sus dedos en las pinturas y los fue desplazando a lo largo del lienzo como guiado por un Aladino. Sintió por vez primera que los colores recorrían su cuerpo y que tenían vida propia. Por fin se sintió pintor de los pies a la cabeza.

31.- Título: Hiperrealismo, segunda parte

De un certero bocado, le arrebató el pincel. Sorprendido y a la vez muy ofuscado, el pintor impregnó sus dedos de pintura blanca, y emborronó al pez que se había tragado el pincel, haciéndolo desaparecer del lienzo. No tardó en surgir el pincel de entre tanto color blanco. Lo sacó del cuadro y dibujó un coral en el lugar del atrevido pez. Que se enterara el pez de una vez por todas que el que pintaba ahí era él, el pintor.

32.- Título: Maldita coincidencia

Te quiere, mamá. Esa era una frase hecha, casi tópica cuando la escribe una madre a su hija. Pero para ella sonaba a falsa. Su madre nunca la había querido, seguramente porque fue una carga para ella tenerla, justo cuando su padre había tenido que salir por piernas y desaparecer. Y hasta pasados veinte años, no volvió a dar señales de vida. Pero cualquiera comprendería las razones de tal huida, si supiera que ella nació en el mes de julio de 1936 y que su padre era republicano.

33.- Título: La huida

Para implorarle que vuelva a casa, sí, la ha llamado varias veces por teléfono, le ha mandado una docena de "wasap", ha recorrido todos los lugares que ella frecuentaba, pero nada, ni rastro de ella. Esta vez sí, se había marchado para no volver, pero por qué se preguntó con desesperación. Y encontró la respuesta en una nota sobre su escritorio: -Antonio, contigo me aburro. Nada más, nada menos.

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                                 Curriculum actualizado de León Cohen Mesonero

CV resumido hasta el año 2017
León Cohen Mesonero (leon.cohen@uca.es) nació en Larache durante el Protectorado español . Realizó los estudios primarios en el Colegio Fancés de Larache y los secundarios en  Zoco el Arba y en los liceos franceses Gouraud y Descartes de Rabat con un paréntesis de un año en el liceo Regnault de Tánger. Todos los estudios secundarios los llevó a cabo en régimen de internado entre 1958 y 1966. Vivió pues entre Larache, Zoco el Arba, Rabat y Tánger. En 1968 se traslada a España y más concretamente a Algeciras donde reside, y donde ha desarrollado toda su actividad profesional. Primero en la industria petroquímica durante 26 años y luego en la Universidad de Cádiz, en la que ingresó en 1989 y en la que se jubiló en 2016, como Catedrático de Universidad en el área de Ingeniería Química. Es Doctor en Ciencias Químicas por la Universidad de Sevilla (1986) y ha publicado varios libros de texto de Química e Ingeniería Química. Empezó su labor investigadora en la industria  hacia 1984 y la continuó en la universidad. Es autor de más de 50 artículos de investigación en las revistas internacionales de mayor prestigio dentro de su especialidad y de más de 40 comunicaciones en congresos internacionales. Es autor de 4 patentes y de varios capítulos de libros de investigación. Fue en su momento (1994) el primer químico de Andalucía en recibir la denominación de Químico Europeo (EuroChem) y fue distinguido con la medalla de oro de la UNED en el año 2001.
ACTIVIDAD LITERARIA
Con la Editorial Libros en red  ha publicado dos libros: “Relatos robados al tiempo” 2003 y “Cabos Sueltos”  2004.  Con Hebraica de Ediciones Madrid, ha publicado los libros: “La Memoria Blanqueada” 2006,  “Cartas y Cortos”  2011 y  “Entre dos aguas” 2013. Con la editorial Círculo Rojo publicó su último libro APUNTES en 2015.
Algunos de sus relatos figuran en diversas antologías, como: Caminos para la Paz (C. Ricci, I.López Calvo, 2007), Viajes a Larache (M. Laabi 2007), Calle del Agua (Manuel Gahete y otros 2008), Ufrán”   (Hebraica 2010 ) y “Zarzamoras y otros relatos” (Hebraica 2012).
También ha colaborado y colabora con las revistas literarias: TRES ORILLAS , ENTRERIOS y DOS ORILLAS. Ha publicado algunos artículos de opinión en el diario EUROPA SUR. Extractos de sus libros figuran en el portal de la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes: http://bib.cervantesvirtual.com/FichaAutor.html?Ref=36775&portal=376