Por Paloma
Fermández Gomá
Estamos ante el
último poemario que ha presentado
Mariluz Escribano.
En Umbrales de otoño la infancia de nuestra poeta vive un nuevo presente, podría decir que recobra vida, pero sería una falsedad, ya que la infancia de Mariluz nunca se ha alejado de su conciencia, siempre ha vivido agazapada en su inconsciente dictando las palabras de su alma, escribiendo sus poemas. Una infancia feliz, teñida por la muerte de su padre, que ha sido capaz de permanecer, llenando de amor todos los momentos de esta granadina coetánea de Elena Martín Vivaldi, que escribe con la sabiduría de quien sabe que en el sufrimiento se halla también el amor, alumbrando el camino que nos lleva a la cicatrización de las heridas. Y es de esta clausura de alma y cuerpo en un sentimiento que promete mirar hacia el futuro donde nace la poesía de Mariluz Escribano
En Umbrales de otoño la infancia de nuestra poeta vive un nuevo presente, podría decir que recobra vida, pero sería una falsedad, ya que la infancia de Mariluz nunca se ha alejado de su conciencia, siempre ha vivido agazapada en su inconsciente dictando las palabras de su alma, escribiendo sus poemas. Una infancia feliz, teñida por la muerte de su padre, que ha sido capaz de permanecer, llenando de amor todos los momentos de esta granadina coetánea de Elena Martín Vivaldi, que escribe con la sabiduría de quien sabe que en el sufrimiento se halla también el amor, alumbrando el camino que nos lleva a la cicatrización de las heridas. Y es de esta clausura de alma y cuerpo en un sentimiento que promete mirar hacia el futuro donde nace la poesía de Mariluz Escribano
Es En la Huerta de San Vicente
donde Mariluz se encuentra con la
ausencia Federico y la rememora. Y va caminando por las calles de Granada, e invoca al niño de
ojos dormidos para decirle: Detente en tus trabajos./ Ven a mi
lado y mira/los pequeños veleros./ Y
como el mar se aquieta/ cuando una
gaviota alegre,/ pasa y vuelve y regresa a su albedrío. También hay recuerdos en los poemas Carmen
de los Mártires (cansancios amarillos de
hojas que caen en la lluvia delas
lágrimas) , La ciudad nocturna (
voces silenciadas en los patios visillos
que entonan el silencio de las ventanas), 1936 (la mariposa inexorable del olvido posada en la
frente de su
padre), Los
ojos de mi padre (los ojos
del padre posadas en la llanura del
trigo,sus manos que confortaron
la infancia de nuestra poeta), Elenísimamente ( el
olor de la lluvia y del cristal que anuncian la soledad
de una ausencia que se añora) o
Buenas tardes (donde se imagine a su amigo Eduardo Carretero, escultor, perpetuado en la piedra).
En el poema titulado Como una luz extraña se abren las
pupilas de nuestra poeta hacia
un tiempo escondido en los relojes donde se escucha radio Paris y su
madre trabaja entre lapiceros, bordado y libros. Todos los poemas citados
anteriormente conforman la primera parte del libro, basada en el recuerdo.
Será la segunda parte
del este poemario titulada el
Humo Remansado donde el amor es el protagonista , motor
imprescindible de los poemas. Ese amor
que alentó el alma con sus
expectativas y que asumió todos los
momentos de una vida. Para Escribano Pueo, el amor
es eternidad que se contempla
desde la existencia y que da sentido a
lo cotidiano; y la lluvia como
telón de fondo del decorado de la
vida, que desde el umbral del otoño contempla el paso del tiempo.
En los poemas de
Escribano Pueo se pone de manifiesto un yo individual que
desde la tristeza reconstruye el
inconsciente de su niñez, siempre desde
el amor, a pesar de los terribles acontecimientos que vivió
en esta temprana edad. Mariluz Escribano
desde su presente nos muestra sus
reminiscencias para compartirlas
y aliviar su carga, que si bien ya cerradas las heridas, siempre el hecho
de compartir el dolor,
es alivio para quien lo padeció.
Hay en los poemas
de Escribano Pueo una suave melancolía ambientada en un paisaje de lluvia, donde septiembre y el otoño son referencia de una estética
emocional limpia, que sin hacer uso del culturalismo, guarda e n la poesía de
Mariluz una alquimia perfecta de
belleza y sencillez, haciendo uso de
la mejor tradición literaria, donde los
rasgos de originalidad están en
todo momento presentes, manifestando
cuestiones esenciales, tales como :
infancia, amor ( en su más amplio
sentido ) y soledad. Conceptos vivenciales básicos para la existencia de
esta autora intimista y
heterogénea, granadina de
nacimiento y que ha dado un tinte
especial de luminosidad a la poesía granadina durante la
segunda mitad del siglo XX. Escribano traza sus versos desde su yo más profundo,
desde una soledad sonora, añadiendo recuerdos y desde el silencio; con
una arquitectura rítmica
perfecta.
El libro viene precedido por un
detallado trabajo literario de la profesora de
la universidad de Granada,
Remedios Sánchez, que nos abre los espacios
literarios- poéticos desde la
Generación del 27 hasta la actualidad,
pasando por la poesía existencial, los Novísimos, la
Poesía del Silencio, La Poesía de la Experiencia y la Poesía de la Diferencia.
En este estudio la profesora Remedios Sánchez viene a enmarcar
la poesía de Mariluz Escribano en la
posmodernidad, para ir
desglosando la obra de Escribano Pueo
junto a la de sus coetáneos, como Elena Martín Vivaldi, con gran precisión de contenidos referenciales, que nos ilustran
la obra de esta autora absolutamente
libre e inclasificable en ninguna corriente literaria,
que con luz propia escribe sus
veros siempre sugerentes, personales y con un ritmo acentuado que
permite descubrir las frecuencias
de su voz a través de las palabras, siempre precisas, elevando el tono de la
poesía hacia caudales retrospectivos
que alimentan un plural significativo en el
rescate de la memoria enmudecida por el paso de los años.
En nuestra poeta se percibe el eco de Juan
ramón Jiménez, de Antonio Machado o de Miguel Hernández,
así como de otros significativos autores que han contribuido a hacer grande la poesía del
siglo XX en España.
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