sábado, 5 de octubre de 2019



Cielo y Chanca de José Antonio Santano. Editorial Alhulia. 2019.
Por Paloma Fernández Gomá

Estamos ante una nueva entrega del poeta y escritor José Antonio Santano. 
Recordamos su libro Lunas de Oriente ( Editorial Dauro 2018), traducido al árabe por Meimouna Hached Khabou, doctora en Estudios Ibéricos. Un libro de aproximación entre elementos geográficos, conciencias y palabras para denunciar el drama de la emigración y los refugiados.
En esta nueva entrega José Antonio Santano quiere recorrer su propio paisaje interior y llegar a aquellos lugares que son foco de su atención, motivo de sus poemas y lugar donde se halla cerca de su conciencia (pag. 73 “Sé de la oscuridad y los abismos/reclamando las horas y los días de aventura,/intuyo la amarga ceremonia de la ausencia/que invade esa comarca/y en el sólido mármol se amplifica…”).
Este acercamiento del poeta se hace patente de forma más expresiva en la primera parte del libro: BLANCO SILENCIO, donde los versos fluyen como un caudal constante, con estrofas en cuarteta, acelerando la mirada, respirando el aire de La Chanca, oliendo a mar, acercando la palabra para dibujar la estela de su verso ágil e incisivo, recordando la pobreza. En estos versos cortos se revela todo un mundo, para ir trazando lo que será la segunda parte del libro: SILENCIO ROTO donde encontramos poemas más largos, en los que el poeta proyecta su recorrido por el cauce intercultural, entrelazando la cruz y la luna. Aquí tenemos poemas como Señas de identidad, Saudade. Mediterránea, En ti la luz, Geometrías, Blanco y Negro, Luz de ser, Luz de guía, Canteras califales, o Gallos de pelea. Poemas abiertos a explorar nexos de unión entre pueblos, el pasado andalusí de Almería, la Alcazaba, el barrio de La Chanca y su deterioro, el recuerdo y la identificación del presente con el pasado, construyendo así una toma de conciencia y un punto de inflexión a tener en cuenta en el todo el poemario.
José Antonio Santano en la tercera parte del libro CIUDAD MARINA centra su atención en lo más cercano que rodea su vida cotidiana: su entrono,  el recuerdo ( a Pilar Quirosa Cheyrouze, en el poema Tarde Gris. pag 76), tambiénrecuerda lo que somos y dejaremos de ser ( ser un leve soplo de ceniza. pag. 79). Y el poeta vuelve a la Chanca con el poema Cielo y Chanca, que da título al libro. En este poema podemos leer: “¡Hijos de la mar!./Decidme:/¿Acaso ya no importan las palabras /el sonido del aire/en los collados, los ojos encendidos de los ríos/la voz marina del silencio?...”
Nuestro poeta se despide del libro con una Adenda donde reconoce la reconciliación atemporal entre presente y pasado; lo que fuimos en otro tiempo y en otros lugares: siempre hombre.
El hombre es fruto de sus decisiones, nos viene a decir José Antonio Santano con una poesía de sentimiento y arraigo, siempre bien argumentada y brillante.
Él, el poeta y hombre, evoca lugares que aglutinan el tránsito del ser humano por aquellos lares a través de los siglos: Mar de Alborán, la ciudad de La Paz, los Andes, el lago Titicaca, la Alcazaba. Una singladura imaginaria de versos y pensamiento donde el hombre está y siempre estuvo presente sembrando un testimonio de vivencias.
Santano nos ha presentado un libro de poemas que trasciende más allá de una única realidad y nos acerca o nos devuelve una serie de vivencias propias que rebasan el “yo” para formar parte del “otro” (nos acercaríamos al pensamiento de Hegel de introducir la idea del otro como parte del autoconocimiento) . Así llegaríamos a un núcleo común, como único  frente de actuación o de interrelación que acompañará el concepto de interculturalidad, al que alude en el recorrido literario de su libro, José Antonio Santano.
Un libro próximo al humanismo Solidario ( José Antonio Santano fue cofundador de este Movimiento) y también un libro cargado de señales que invitan al diálogo intercultural. El Mediterráneo y Al-Andalus cobran un especial protagonismo en Cielo y Chanca, poemario cercano a las vivencias y trascendente en su mensaje poético.
“Caminamos a ciegas mayormente/dejamos que lo efímero deslumbre/y que nos guíe el ruido/ aun a sabiendas que nunca llegará ese día/ esa luz trasgresora de esperanza/ que nos lleve certera al paraíso/ y nos tienda la mano y el abrazo/en un acto de amor inigualable” pag. 79
“Ángeles de luz oblicua/y compasiva lluvia…/en la carne de un tiempo/siempre blanco y roto/ densa luz/que vuelve así a La Chanca” pag. 81
Versos únicos de rigor absoluto que alienta una esperanza.
“solo estrellas rubíes en la oscura galaxia/del abismo en añiles de patios desnudos/y el alma en la piedra de los nombres labrados/con doradas grafías a la luz de la luna/en los libros sagrados o en los ojos del agua/ del misterio su sino por jardines floridos/ bendición de Almedina” pag. 85
El rigor del tiempo y sus mudanzas de años y siglos fraguan estos versos lúcidos que alientan una realidad, quizás ya vivida, ante los ojos de nuestro poeta, capaz de transmitir la fuerza de su poesía en estos versos.
Pero será volviendo al principio del libro y en las estrofas cortas de cuatro versos cuando Santano introduce caudal de fuerza inusual a sus poemas, pues no por ser más breves estos poemas pierden belleza y carisma:
“Azul de mar el vuelo/rojo silencio/el hombre en su fulgor/de negra luz”pag. 32
“De los amantes solo/ labios y noche/el agua que humedece/la piel del fuego”pag. 44
“La palabra pretérita/gruta secreto/ inexorable canto/tumba del aire”pag. 36
En el libro quisiera destacar el prólogo de Antonio Enrique, que  con su maestría habitual invita al posible lector de Cielo y Chanca a leer este libro desde el conocimiento del autor y su trayectoria así como presentando el contenido del poemario.





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