LEER EN PÁGINA: TRINA MERCADER EN EL RECUERDO, GRACIAS A FERNANDO DE ÁGREDA.
Estimados amigos: Los números XIX-XX de la revista Dos Orillas están ya en la web de la revista http://www.revistadosorillas. com para que los puedas leer. Espero que sea de vuestro interés y agrado.
El webmaster de la revista es el cantautor campogibraltareño y residente en Ceuta Ramón Tarrío.
Hace unos días, con motivo de la presentación de la revista Dos Orillas, que recoge los números XIX-XX, recibí este correo de Fernando de Ágreda, amigo y prestigioso arabista, habitual colaborador de la revista Dos Orillas. Reproduzco su correo como reconocimiento a su dedicación y estudio sobre Trina Mercader, figura indispensable a la hora de hablar de las revistas literarias dedicadas al hispanismo marroquí, como fue el caso de Al-Motamid, de la que Trina fue su directora y alma mater.
Me alegra esta noticia querida Paloma: que siga adelante esta revista "Dos orillas"en la que hemos colaborado con mucha ilusión.
Un fuerte abrazo, con este recuerdo de Trina Mercader,
Fernando
Carta a Estrella Perez de Amar (2) |
Trina Mercader y la familia Balaguer, sus primos y sobrinos
|
CD con el contenido de todas las revistas Al-Motamid desde el año 1947 al año 1956 |
Revista Al-Motamid. Larache, junio de 1952 |
Dora Bacaicoa, Vicente Aleixandre y Trina Mercader. Homenaje a Vicente Aleixandre en Tetuán, 1953. |
Primeras cartas de Trina Mercader, las dirigidas a su amiga y colaboradora Amina Loh en agosto de 1955 ( por gentileza de Fernando de Ágreda).
AL-MOTAMID Y LOS POETAS MARROQUÍES
A mi buen amigo Mohammed Anakar,
animado por su apoyo cordial.
La reciente publicación del estudio de Sonia Fernández Hoyos
titulado: Una estética de la alteridad:
la obra de Trina Mercader, realizada con la Beca de investigación “Miguel Fernández” 2004 es
una buena ocasión para ampliar los campos que nos ofrece la obra literaria de
Trina Mercader. Como poeta y como impulsora de una revista literaria que fue el
Norte de su vida como ella misma ha dejado dicho en sus escritos.
Conocíamos el proyecto del trabajo que había iniciado Sonia
Fernández Hoyos y que afortunadamente ha sido editado por las ediciones de la UNED ,, en la colección
“Varia”; 348 páginas, con anexos documentales (poemas autógrafos e inéditos de
Trina Mercader; dibujos asimismo inéditos, fotografías que recogen varias
escenas de Trina junto a los poetas de su entorno, y la reproducción de varias
portadas de la revista)..
Nos puso en contacto
un buen amigo y excelente conocedor – y coprotagonista – de aquella “aventura
literaria” que creó nuestra inolvidable Trina: Jacinto López Gorgé, muy unido a
la familia de nuestra autora. Sonia es
una joven melillense que se ha licenciado en Filología Hispánica y en Teoría de
la Literatura
y Literatura Comparada por la
Universidad de Granada. Ha ampliado sus estudios en la
universidad de Nueva York y actualmente prepara su tesis doctoral sobre la obra
de otra gran escritora: Carmen Martín Gaite.
El citado estudio viene prologado por José Romera Castillo,
catedrático de Literatura Española y director del Departamento de Literatura
Española y Teoría de la
Literatura , buen especialista en el tema que estudia la
autora . La “estética de la alteridad” es un campo en el que ha puesto de
relieve y descubierto facetas de un
documento tan valioso como fue la obra de Trina Mercader en Marruecos.
El índice nos da las pistas oportunas para conocer
ampliamente la personalidad de Trina de una parte y de otra la proyección de su
obra: la revista Al-Motamid. Verso y
Prosa (Larache, 1947-Tetuán, 1956).
Es sabido el motivo de la residencia en Larache donde Trina
trabajó como funcionaria de la municipalidad hasta su traslado a Tetuán, tras
una breve estancia en la antigua Villasanjurjo (actual Alhucemas). En aquella
ciudad tan provinciana y con las escasas actividades culturales que se
producían, Trina decide iniciar “un mundo a solas” impulsando la comunicación
con los escritores marroquíes y con los propios poetas españoles tan lejanos.
La búsqueda de contactos, la relación con otras revistas literarias será el
motor que impulse su propia actividad creadora.
A finales de 1992 me dirigí a las personas que habían
conocido o tratado directamente a Trina con el deseo de conocer datos
personales sobre su vida y su obra, como ya lo había hecho anteriormente, me
refiero a la correspondencia y a los contactos mantenidos con María y Bonifacio
Balaguer, primos de Trina, que vivían en Alicante y, por otra parte, con
Estrella Pérez de Amar, tan buen amiga y admiradora de Trina; conservo, por
ejemplo, las amables respuestas de varias personas muy significativas por sus
vivencias directas de aquella época. Miguel Tarradell, arqueólogo, catedrático
de la Universidad
de Valencia y exdirector del Servicio de Arqueología de Tetuán conocido por sus
trabajos de campo en Tetuán que ha publicado varias obras (Historia de Marruecos. Marruecos púnico, Universidad de Rabat,
Facultad de Letras e Instituto Muley El-Hasan, 1960; Arte Ibérico, Barcelona, 1968) así como artículos de investigación
en revistas (Hespéris-Tamuda, Cuadernos
de la Biblioteca
Española de Tetuán)de su especialidad, me decía:
“...Me hizo ilusión comprobar que alguien se acuerda de
Trina Mercader, que bien se lo merece. Por cierto que hace años que le he
perdido la pista. ¿Me podría indicar su domicilio en Granada, si es que sigue
allí? No pienso – y lo siento – que pueda darle información útil para su
propósito. Completamente de acuerdo con Ud. que “aquel espíritu de solidaridad
que intentó la empresa de Trina merece ser recordado”.
“Precisamente yo le apreciaba mucho, entre otras razones,
porque admiraba su aventura utópica.”
“Viví de cerca el vacío de su aventura, que era mayor de lo
que ella, con su ilusión era capaz de darse cuenta. Era admirable su ilusión,
que prácticamente no compartía, digamos, nadie. En el ambiente mortecino,
sub-provinciano de Larache, lanzar una revista de poesía era de un heroísmo
inaudito. Buena parte de los poetas españoles colaboraban, simplemente, porque
era una manera de publicar sus textos. Los marroquíes eran reticentes, porque
si entonces la palabra “colonialismo” era poco divulgada, el concepto si. Yo
procuraba callarle lo que veía para no cortar su ilusión, pero era consciente
del vacío en el que se movía su idea inicial, a pesar de su tesón.”
“Si ahora se lo confieso a usted es para que en su trabajo
insinúe el problema de su soledad – que a mi me impresionaba – y valore al
máximo de lo que tuvo de aventura noblemente quijotesca. Todo lo que indique en
este sentido será poco, y se lo digo como un testimonio directo de aquellos
años.”
“No puedo explicarle detalles útiles sobre Al-Motamid.
Vivíamos a cien kilómetros de distancia, y yo no era literato, sino arqueólogo.
Por otra parte la revista era Trina, y solo Trina, que se la montaba a través
de su activa correspondencia, desde su soledad de Larache. Cuando pasó a
Tetuán, yo ya terminé mi época marroquí”.
Otro buen amigo de Trina y promotor de sus inquietudes
poéticas – el mismo que animaría y hasta ideó el título de la revista Al-Motamid – fue Cesáreo Rodríguez
Aguilera. Figura destacada en el mundo de la judicatura, catedrático de
Ciencias Políticas, crítico de arte, que ha fallecido en Barcelona,, donde
residía, recientemente, el pasado 11 de noviembre de 2006 . A este ilustre magistrado me
dirigí y conservo su amable respuesta,
manuscrita también, fechada en
Barcelona, el 6 de
enero de 1993 : recogeré de la misma los párrafos más significativos
en relación con el tema que nos ocupa:
“Viví 4 años en Marruecos – del 42 al 46 – y allí conocí a
Trina Mercader. La forma en que el hecho ocurrió la acabo de resumir en un
texto “Memoria cultural” que me ha encargado una revista, en la que aparecerá
el año que viene o el siguiente .”(1)
“Mis textos literarios marroquíes no los tengo recopilados.
Algunos poemas están en mi “Antología breve”, de Plaza-Janés, hoy agotada.
Recientemente López Gorgé ha incluido uno de ellos en su obra “Marruecos en la
poesía española contemporánea”, Ediciones A. Ubago, 1990.”
“Con Trina Mercader mantuve una buena relación amistosa
durante mis años de residencia en Marruecos. Después sólo coincidí con ella en
el Congreso de Poesía de Salamanca, en los años 50. Estoy a su disposición para
darle los datos que me solicite y mantenga mi memoria. Si viniera por Barcelona
la cosa resultaría fácil.”
Estos testimonios adquieren un valor especial indudablemente
y deseo rendir homenaje de gratitud a sus autores. Su generosidad me ha animado
a proseguir esta tarea de dar a conocer ese mundo tan personal que nos
refieren.
Recordaremos los
párrafos que Rodríguez-Aguilera dedicó a Trina en aquella “Memoria” a la que se
refería en su carta:
“Con el pseudónimo de “Al-Motamid” firmo algunos artículos y
relatos en publicaciones locales, que me relacionan con cuantos, españoles o
no, tienen allí las mismas inclinaciones. Un día descubro en Larache a una
tímida muchacha que me entrega unos deliciosos poemas en prosa, “que no ha
enseñado a nadie”. Sin advertirla, hago que uno de ellos aparezca en la sección
literaria de una publicación local, firmado con el pseudónimo de “Tìmida”. La
sorpresa produjo el efecto que me había propuesto. A partir de entonces reiteró
sus publicaciones. Tras mi regreso a la península, el proyecto de lanzar en
común una revista de poesía (muy frecuentes en aquella época), en la que
pudieran encontrarse españoles y marroquíes, acabó siendo la revista
“Al-Motamid”, de Trina Mercader, en la que apenas pude colaborar”.
Recordaremos a propósito el testimonio del gran poeta Rafael
Guillén (www.rafaelguillen.com) que
me escribía desde Granada el 8 de enero de 1993 :
”En efecto, tal como le ha dicho Jacinto, gocé de la amistad
de Trina Mercader desde que se vino a vivir a Granada hasta su muerte, si bien
en los últimos años su retiro voluntario, dedicado al cuidado de su madre, la
tenía totalmente aislada”.
“Trina alcanzó una altura en su poesía, depurada y ascética,
que aún no se le ha reconocido. Sabía conjugar su profunda espiritualidad y
sentido religioso de la vida con una extrema sensibilidad en el contacto con la
naturaleza, en su relación con las cosas materiales y en su entorno afectivo.
Profesaba la humildad conscientemente, como tratando de ocultar una valía y un
brillo del que se sabía poseedora. Y en la expresión poética de sus afanes y
sentimientos, trabajaba la palabra con dedicación y maestría”.
“Cuando en este final de siglo gran parte de la poesía se ha
degradado por falta de valores humanos en su contenido y por dejadez y
vulgaridad en su expresión, es un consuelo y un deleite releer la obra de Trina
Mercader y sentir el orgullo de haber gozado de su amistad que, desde la
perspectiva de su muerte, vemos que nunca pudimos llegar a corresponder lo
bastante”.
¿Quíén era
´Abd-El-Káder El Mokaddam?
Decía Trina Mercader entre sus recuerdos de la experiencia
de convivencia cultural en Marruecos que había significado la revista Al-Motamid (junto a la colección de
libros “Itimad” aneja a la revista)(2):
“El proyecto se lleva
a cabo con una pobreza de medios que contrasta con la ambición que lo mueve. La
empresa era original, sin antecedentes. Conocíamos a un solo poeta musulmán
marroquí, Abdel-Káder El Mokaddam, residente en Tánger, al que ofrecimos las
páginas centrales como muestra de preferencia por lo árabe...”.
Y efectivamente fue así: el primer número de Al-Motamid. Verso y Prosa , publicado en Larache en marzo
de 1947, incluía el poema “Las gotas de rocío” que según se señalaba pertenecía
al libro inédito Visiones(o fulgores) de
la esperanza (Lamahat al-amal). El
poema se publicaba en las dos lenguas, árabe (metro jafif) y español recogiendo
la versión castellana del propio autor.
LAS GOTAS DE ROCÍO
El sol se pone detrás
de las ramas,
Después de un breve
momento de divina paz!
La oscuridad lo ha
cubierto todo
Y los paisajes han ido
esfumándose a los ojos...
¡Es ahora cuando
vuelven los seres que huyeron del peligro de la muerte!
¡Las gotas de rocío
caen, leves, sobre los jardines,
enlazándose lentamente
a las ramas!
¡Son como perlas sobre
el seno de las bellas que cautivan corazones!
¡La brisa suave
arrastra
perfume de jardines
hacia todo corazón entristecido!
* * *
¡La aurora llega con
dulces esperanzas
y el jardín sonríe,
descubriendo su belleza hasta el éxtasis!
* * *
Como lágrimas de unos ojos, resbalan
lentamente las gotas de rocío sobre los pétalos!
Y esta alegría aumenta
la pasión de los pájaros, haciéndoles cantar maravillosas canciones.
¡Se acercan los rayos
del sol!
¡Ya pintan con su
color los más bellos matices!
¡Pero abrasadas, se
deshacen
aquellas gotas que
coronaban los jazmines!
¡Cómo se desvanecen
las almas del rocío, hacia su origen, en el impetuoso aire del jardín!
Ya en el número 4 del mismo año (Junio, 1947) se publican
dos nuevos poemas de nuestro autor: “Un viaje por el cielo (en la noche
profunda)” y “Las flores olvidadas (paisajes de abril)” del diván Ashlá wa asdá (“Trozos y ecos”):
Del mismo año y en el número 7, del mes de septiembre,
encontramos el poema “La luna (en la soledad de la noche)” también en las dos
lenguas. En este mismo número figura el poema “El ancho mundo”, en árabe con
versión castellana de su autor: otro poeta casi desconocido para nosotros:
Idris El Yá`i.
En octubre del mismo año, es decir en el número siguiente,
el 8,
de 1947, figura otro poema del ya citado poemario “Trozos y ecos”,
titulado “Diálogo con el amor”, siempre en versión bilingüe . Podemos leer
asimismo el poema de Idris El Yá`i: “Salutación
fervorosa los poetas de Madrid” (Tahiyya ´atifiyya li-shu´ará Madrid).
En estos años se mantenía la colaboración de Dris Diuri,
compañero de trabajo de Trina, como eficaz traductor del árabe pero, cosa que
nos parece extraña, no siempre aparecía su nombre en la relación de los
colaboradores de la revista. En el consejo de dirección figuraría su nombre en
el número 12, febrero de 1948, junto a Jacinto López Gorgé, Pío Gómez Nisa,
Eladio Sos y Juan Guerrero Zamora.
En este número que hemos citado, 12, de febrero de 1948,
encontramos el poema “Quejas de una choza”, en las dos lenguas. Se cita,
además, que pertenecía al diván de próxima aparición: Lamahat al-amal , al que nos referiremos después.
Se trata del número 13, marzo de 1948: encontramos el poema
del mismo ´Abdelkader El Mokaddam titulado “Noche triste” (Layl ka`ib..!),
traducido, según se señala al final, por “el Grupo de Traductores de la Revista ”. Y ya en la
última página dedicada a dar “Noticias” y reseñas breves podemos leer, en
español y en árabe, las líneas siguientes:
“Nuestro joven poeta marroquí Abd-el-kader El Mokaddam ha
publicado su primer libro de versos Visiones de la esperanza , editado en
Tetuán, (3)
Lamentamos la falta de versión castellana del mismo, ya que
Mokaddam cuenta con numerosos lectores
en la Península ,
que siguen sus bellos poemas a través de AL-MOTAMID”.
Seguimos repasando los números de la revista para encontrar
más noticias de este poco conocido escritor: y será tiempo después, en el
número 16 de la revista (1949) – ya no figura el consejo de redacción
(problemas que surgirían por aquellos días y que se explican en la obra de
Sonia Fernández Hoyos) pero se dan los nombres del “grupo traductor de árabe” y
que integraban Dris Diuri y Ahmed Tadlaui – donde encontramos otros versos de
Mokaddam bajo el título de “La flor de los sueños (del mar de la vida)”, de
nuevo en ambas lenguas .
La buena relación que mantenía nuestro poeta con la revista
y en especial con su directora, Trina Mercader, se aprecia en los números
siguientes: así en el correspondiente a julio de 1949 (es decir el número 18)
conocemos la reunión de los poetas en el mes de mayo durante las fiestas que se
celebraron con motivo de la boda de “S.A.I. el Jalifa. Asistieron los poetas
Pío Gómez Nisa y Jacinto López Gorgé en representación de la Revista “Manantial”; Trina
Mercader, Abdelkader Mokadddam y Eladio Sos como grupo de AL-MOTAMID y los
poetas de Tetuán Nayib Abumalham, Ibrahim el Ilgui, Vicente Recio y Manuel
García Sañudo...”.
Uno de los aspectos más interesantes del libro que hemos
podido conocer gracias a la amabilidad de su autora, Sonia Fernández Hoyos, es
el apéndice documental donde encontramos fotografías preciosas y, entre ellas,
las que reflejan la reunión que se
celebró en Tetuán y que acabamos de comentar. Así podemos conocer a nuestro
autor junto a algunos de los poetas citados.
Quizá entonces leyera Mokaddam el poema titulado “La reina
dela primavera”, fechado el 15 de mayo de 19 49,
que viene también en las dos lenguas en el número 19, noviembre de 1949,
En este número se publica además el texto, con traducción al español, del gran
erudito que fue ´Abd Allah Guennún en respuesta a la encuesta titulada “En
busca de la joven poesía de Marruecos”. Se titula: “¿Está la poesía en
decadencia?” y en el mismo refiere la visita que le hicieron la propia Trina
con su amiga Antonia Coslado para hablar de la poesía y otros temas literarios.
En la reunión, dice Guennún, les acompañaba el poeta Abdelkader el-Mokaddam...
Otros poemas de Mokaddam aparecerían en los siguientes
números de la revista: “El pájaro constructor (de lo que ocurre en la vida)”,
en el número 20 (abril, 1950); “La
Pascua ”, en el número 23(junio, 1951), que finaliza con este
verso:
“¡Que viva nuestro Jalifa, porque su amor para con su
pueblo es como un bálsamo extendido sobre las muchedumbres!
Y, por último, el titulado
“Ramillete” en el número 33, correspondiente a los meses de enero-marzo de
1956: es decir en el último número de la revista, cuando ya se publicaba en
Tetuán. En esta ocasión sólo figura la versión española, cosa excepcional pues
anteriormente, como ya señalamos,
siempre se publicaban los versos de Mokaddam en las dos lenguas.
No podemos olvidar este
hecho, es decir el cambio que supuso el traslado de Trina a Tetuán donde ya se
publicaron los siguientes números de la revista a partir del mes de marzo de
1953. Precisamente en el número 26 de la misma, fechado en agosto de aquel año
aparece la entrañable “Carta marroquí” de Vicente Aleixandre. En la misma se
plasmaban los recuerdos de nuestro gran poeta tras su reciente visita a varias
ciudades marroquíes: Tánger, Xáuen y Tetuán.
Recordaremos algunos
párrafos de aquel texto inolvidable por los datos que nos ofrece:
“¿Se acuerda usted? Íbamos conversando. A mi me gustaba
oír el habla arábiga, a veces suave, a veces de algarabía fresca, a veces de
apenas murmullo. Ahmad Al-Bakkali y Jacinto, uno a cada lado mío, me iban
diciendo (...) Uno propuso que nos sentáramos antes, y me acuerdo que así lo
hicimos (...)Quizá fue aquella hora, amiga mía, lo que hoy es el mejor recuerdo
de Marruecos. Alrededor de aquel tablero, recién salidos de la ciudad pura
musulmana, estaban el poeta Mohamed Sabbag; a su lado Ramón Valdés, el
incipiente lírico español marroquí; a continuación el poeta de Arcila, Ahmad
Al-Bakkali (...)a mi lado; Miguel Fernández o Francisco Salgueiro, o su
espíritu evocado, podían haberle hablado a Abdelkáder Al-Mokaddam, el poeta que
por la mañana, tímido y con un halo de silencio, se me había acercado en Tánger
traído por la mano de usted (...).
Aquellas palabras de
Aleixandre – el mejor recuerdo, decía, que se llevaría de Marruecos - venían a confirmar el espíritu que alentaba a
Trina y a su revista AL-MOTAMID: “veía yo las cabezas de los poetas
musulmanes y de los poetas hispanomarroquíes que fraternizaban y se
comunicaban, como la misma poesía de cada uno se comunica con el fraterno
corazón de los hombres a quienes se dirige”
Por lo demás tan sólo nos
queda añadir las noticias extraídas de la misma revista y que se referían a los
recitales de Manuel Pinillos en Radio Zaragoza (julio y diciembre de 1949)
titulados “Presencia y promesa de Marruecos” y “Puerta de África, ojos de
Europa” y “En busca de una poesía marroquí” en los que se leyeron poemas de
Mokaddam, Ibrahim El Ilgui y otros autores relacionados con las revistas
AL-MOTAMID y MANANTIAL.
En el número 21 (julio de
1950) aparece asimismo la noticia de la conferencia pronunciada por el poeta
Jose Mª Rodríguez Méndez en el Seminario de Literatura “Juan Boscán” del
Instituto de Estudios Hispánicos de Barcelona sobre “La poesía hispanomarroquí
actual”. En la misma se leyeron poemas de Trina Marcader, de Ibrahim El Ilgui,
de Idris El Yai y de nuestro Abdelkáder El Mokaddam.
RECUERDOS PERSONALES
En noviembre de 1978
escribi a Abdelkader El Mokaddam, a la dirección de Radio Tánger que me había
facilitado el conocido poeta de Cháuen ´Abdelkarim Tabbal. Recuerdo sus atentas
respuestas de finales de aquel año (su dirección postal era: 3, Calle
Descartes, en Tánger) en las que se refería al trabajo sobre Vicente Aleixandre
que estaba estudiando entonces, cuando trabajábamos en el antiguo Instituto
Hispano-Árabe de Cultura.(4)
Se excusaba por haber
tardado en contestar a mi carta y me hablaba de un reciente viaje a Barcelona,
para participar en el congreso islámico allí celebrado. “Me permito recordarle
que puesto que se trata de tan gran hombre como es Aleixandre insista sobre su
persona humana y su obra que aporta al hombre...En otro sentido está la
cuestión humana presentada en un bello cuadro poético...Podría usted contactar
también con el Sr. Mohamed El Bouanani en la Radiodifusión Televisión
Marroquí en Rabat”, decía en su carta. Me pedía, para finalizar, la dirección
de “nuestras amigas comunes las poetisas Antonia Coslado Arévalo y Trina
Mercader fundadoras de AL-MOTAMID con mi participación”. Es todo lo que
recuerdo de nuestra comunicación. ¿Recibiría Trina la carta de su antiguo amigo
(acaso con nostalgia, la que parecería apropiada al recuperar las noticias de
un antiguo amigo y colaborador)?
TRINA MERCADER Y LOS POETAS MARROQUÍES
Otro aspecto de la obra de
Sonia Fernández Hoyos que desearíamos ampliar es la colaboración de Trina
Mercader con los poetas marroquíes. Recordamos especialmente la actividad de
los traductores que se encargaron de las páginas árabes de la revista Al-Motamid. Dris Diuri, sobre el que tratamos en nuestra
comunicación titulada “Dris Diuri y la revista “Al-Motamid” (Trina Mercader).
Una aventura utópica” presentada en las Jornadas de la Asociación “Larache en
el Mundo”, que dirige nuestro amigo Sergio Barce, en agosto de 2006, en
Larache, (www.laracheenelmundo.com, La Gaceta Informativa
de Larache, Número 5, Noviembre 2006, págs.
4-7)(5).
Mohammad Sabbag del que Trina publicaría El árbol de
fuego en Tetuán, 1954, primer libro de la
colección “Itimad” aneja a la revista. La versión al español era del propio autor y de Trina
Mercader. Llevaba unas palabras de presentación de Vicente Aleixandre e incluía
algún poema como el titulado “Ira de Dios” que había aparecido en la revista Caracola, número 22, agosto de 1954 en traducción de ´Abdel
Latif Jatib y Trina Mercader. (6)
Es sabido que Trina Mercader contó con la colaboración de
otros conocidos escritores, figuras destacadas del hispanismo marroquí, que se encargaron de la parte árabe de su
revista: Mohammed Ibn Ázzuz Hakim y Amina Al-Luh serían los nombres más
recordados. Ahora quisiéramos referirnos a otro poeta marroquí: Ahmad Tribaq
Al-Yadri que tuvo la amabilidad de contestar a nuestra carta en la que le
solicitábamos noticias del ya citado ´Abdelqáder Al-Muqaddam.
Su respuesta se publicó en el número 1 de la revista mensual Rawafid, Tetuán, febrero de 2006,
p. 25 con el título siguiente: “Hamilu liwá al-taydid fi shamal
al-Magrib. 1-Al-shá`ir al-mu´tazil ´Abd al-Qádir al-Muqaddim” (Los portadores
de la bandera de la renovación en el norte de Marruecos. 1- El poeta retirado
(o aislado)....) que ha sido traducido al español por mi buen amigo Mohammed
Anakar.
Y se refería entre otras cosas, tras disculparse por el
retraso en contestar a mi carta por haber estado enfermo, al movimiento de
renovación de la poesía marroquí, al que perteneció Mokaddam – tal como era
conocido su nombre – desde los años 40: cuando publicó su poemario “Los
fulgores de la esperanza” en 1948, tal como dijimos más arri- ba. Entonces publicó en revistas marroquíes
como Da´wat al-Haqq y Risalat al-Magrib, y
periódicos, como Al-Mithaq. Trabajó en la Escuela Islámica
y privada (Madrasa al-islamiyya al-hurra) de ´Abdallah Guennún, en la Alcazaba tangerina. Luego
pasaría al campo de la información radiofónica. “Durante la década de los
setenta se le podía ver caminando apresuradamente, tras abandonar su trabajo en
la emisora, para dirgirse algunas veces a la librería Alfarabi donde indagaba
por el nuevo número de la serie “La Pequeña Enciclopedia ”
que se vendía por menos de medio dirham. Luego se pasaba a saludar a su amigo Mohammed
´Allal al-Sinhayi, el dueño de la librería antes de regresar a su casa, en el
camino de Ibn Al-Hayzam...Tuve la ocasión de visitarle en varias ocasiones y
así pude comprender los motivos de su
aislamiento y las circunstancias de su retiro. Pensé en rescatar algunos poemas
que me mostró dudando de que pensara en guardarlos después de oirle decir:
“Todo es vano. Aquellos poemas son absurdos, de arriba abajo”, así juzgaba su
legado poético. Algunas tardes pasaba por su casa y deploraba verle en tal situación,
en su hermetismo y en su orgullosa postura...Le veía otras veces caminando para
dirigirse a la mezquita Buhut, cercana a su casa. ¡Qué le vamos a hacer! La
injusta vejez termina con nuestros poetas y les cubre el olvido, lo mismo pasó
con su colega ´Abdelmalik Al-Bilguiti, otro poeta de aquellos mismos años
(autor del “Ramo de poesía”, de 1947)
¡Que Dios bendiga a los poetas olvidados!”. Y terminaba con palabras de
agradecimiento por el recuerdo que le había dedicado.
BIBLIOGRAFÍA AÑADIDA
Abdellah Djbilou: Florilegio
poético sobre Al-Motamid. Selección e introducción de ... tetuán,
Asociación Marroquí para los Estudios Andalusíes, 2005. (Incluye la “Elegía a
Almotamid” de Trina Mercader)
´Abd Allah Hammadi: Al-Andalus
bayna-l-hulm wa-l-haqiqa (Al-Andalus entre el sueño y la realudad)
(Conversaciones con poetas andaluces). Constantina, Ediciones del Laboratorio
de Literatura y Lingüística, 2004.
Ahmad ´Abd Al-´Aziz: Al-Magrib
al-´arabi fi-l-shi´ir al-isbani al-mu´asir (“El Magreb árabe en la poesía
española contemporánea”). El Cairo, 1989.
___________________: Al-Andalus
fi-l-shi´ir al-isbani bá´d al-harb al-ahliyya (“Al-Andalus en la poesía
española después de la guerra civil”) El Cairo, 1989 (3ª edición)
Fernando de Ágreda: “Recuerdos de Marruecos y de sus
escritores”. Madrid, Revista Amanecer del
nuevo siglo, Nº 120, Junio de 2001, págs. 76-77.
Rodolfo Gil Grimau: Aproximación
a una bibliografía española sobre el Norte de África (1850-1980). Prólogo
de Alfonso de la Serna.
Madrid , Ministerio de Asuntos Exteriores, Dirección General
de Relaciones Culturales, 1982.
“Homenaje a Trina Mercader y la revista Al-Motamid”. Institutos Cervantes de Marruecos, del 18 al 26 de marzo de 2003 .
Se ha recogido en un diskette la revista casi íntegramente, ordenada por las
diferentes épocas en que se publicó.
Literatura y
pensamiento marroquíes contemporáneos. Instituto Hispano-Árabe de
Cultura-Facultad de Letras de Rabat. Serie “Antologías Nacionales”, III.
Madrid, 1981. (Referencias de Muhammad Ibn ´Azzuz Hakim, Ahmad Literatura y pensamiento marroquíes
contemporáneos Tribaq, Muhammad Sabbag, etc.)
Mª Dolores López Enamorado: Larache a través de los textos. Un viaje por la literatura y la
historia Sevilla, Junta de Andalucía, 2004 (Incluye cuatro poemas y un
relato dedicados a Larache por Trina Mercader).
Jacinto López Gorgé: “Memoria personal: Revistas y
publicaciones literarias en el Marruecos español”. Málaga, Puertaoscura. Revista de Ultramarinos, nº 3-4, (1986) págs. 62- 65.
Traducido al árabe por Idris Al-Masmudi en Mawasim.
Revista trimestral de Cultura y Creación, Primavera, 1995.
Mohammed
Bennis: Tahirat al-shi´r al-mu´asir
fi-l-Magrib. Beirut, 1979
Mohammad Sabbag: Del
fuego y de la luna y otros poemas (Antología). Selección, prólogo y notas
de Jacinto López Gorgé. Madrid, colección “Adonais” 1990.
Mohamed Laabi: Voces
de Larache. Edición, introducción y selección de .... Asociación de
Escritores en lengua española (AEMLE) y Agencia Española de Cooperación
Internacional (AECI), Tánger, 2006. (Incluye varios poemas dedicados a Larache
por Trina Mercader).
Fernando
de Ágreda Burillo
Enero
del nuevo año, 2007
(1) Se refiere
a la conocida revista ANTHROPOS, de 1994, que publicó un monográfico dedicado
a recoger los datos principales de su biografía, titulado: Cesáreo Rodríguez-Aguilera. Legitimación humana de la Moral y el Derecho. Poesía y
Arte como expresión de la luz más oscura. Existe además la Fundación Cesáreo
Rodríguez –Aguilera que depende de la Universidad de Jaén (www.ujaen.es/serv/vicext/fundacion_cesareo.html). Jacinto López Gorgé recogió efectivamente uno
de sus poemas, el titulado “Sájara”, de su poemario Sáhara de la vida (1948) en su antología Marruecos
en la poesía española contemporánea, publicada en Granada, en la colección
Ibermagrib, en 1990.
(2) Revista de Información de la Comisión Nacional
Española de Cooperación con la
UNESCO , nº 25, enero-marzo 1981.
(3) En la
parte árabe dice que se había publicado por la editorial Al-Mahdiyya de Tetuán.
No hemos podido consultar este libro que por la fecha de su publicación será de
difícil localización.
(4) “Vicente
Aleixandre en el mundo árabe” se publicaría en las Actas del Primer Congreso
Hispano-Africano de las culturas mediterráneas “Fernando de los Ríos Urruti”(11
al 16 de junio de
1984 ), vol. II, tituladas España
y el norte de África. Bases históricas de una relación fundamental
(Aportaciones sobre Melilla), dirigidas por Manuel Olmedo Jiménez.
(5) Mohamed
Chakor y Sergio Macías: Literatura
marroquí en lengua castellana. Prólogo de Alfonso de la Serna. Madrid , 1996,
págs. 41-44. Esta obra ha sido criticada por excesiva, pero en mi opinión tiene muchos aspectos
positivos que merecen resaltarse, como es el hecho de recuperar la obra y los
méritos de muchos hispanistas marroquíes que eran escasamente conocidos. Y eso
es lo importante.
De Chakor asimismo es otra obra colectiva: Encuentros literarios:
Marruecos-España-Iberoamérica. Madrid, CantArabia, 1987. En este volumen,
de la colección Almoradú, nº 2, colaboran Sergio Macías, Jacinto López Gorgé
(“Dos revistas hispanomarroquíes”, en la que se refiere muy detalladamente a la
revista y a Trina Mercader en concreto con revelaciones personales que merecen
ser leídas), Luis Jiménez Martos y Miguel Bayón.
(6) El texto
original de El árbol de fuego (Shayarat al-nar) se publicó en Tetuán un año
después, es decir en 1955. Incluía las palabras de presentación de Aleixandre,
traducidas al árabe lógicamente y un retrato de Sabbag dibujado por la propia
Trina. La versión al español obtuvo una mención honorífica del premio “Escultor
José María Palma”. Pedro Martínez Montávez incluyó el poema “El loco” de este
poemario de Sabbag (con un comentario en el que recogía las palabras de José
Ángel Valente en su reseña de la revista
Índice , Septiembre de 1955,, y citaba las obras de Sabbag publicadas hasta
entonces: Aroma ardiente (Al-´abir
al-multahib) Tetuán, 1953, con
prólogo de Bulus Salama; Aliento herido
(Al-luhat al-yarih), 1955; Ver el
comentario de Mohammed Chakor en el semanario MARRUECOS de 13 de septiembre de 1976 , pág. 11.
Mohammed Sabbag ha publicado después varios libros.
Recordaremos también su colaboración con Leonor Martínez en la traducción de El rumor de los párpados del gran
escritor libanés Mija`il Un´ayma que aparecería en Madrid, en 1956, en la
colección “Adonais” .
Aitor L. Larrabide, que trabaja en el Centro de
Estudios de Miguel Hernández de Orihuela (Alicante) mea ha facilitado algunas
referencias que no conocía: así, por ejemplo, la reseña de María de Gracia
Ifach, que también colaboró en las páginas de Al-Motamid, titulada: “La
poesía en Marruecos: Trina Mercader y su revista “Al-Motamid”, publicada en el
diario valenciano Las Provincias
(falta la fecha); y de la sección
literaria (Noticiario) de E. A. J. 21 Radio Melilla (“Los números 5 y 6 de la
revista “Al-Motamid”).
Recientemente he conocido otros aspectos de la vida de
Trina – su amistad con las compañeras del Ayuntamiento: Petra, Conchita y
Natividad, gracias a Ángela (“Angi”)
Ramírez Gutiérrez, nacida en Larache, que conserva los recuerdos de su hermana
Natividad o María, gran mujer, según me dice, fallecida recientemente, y que ha
tenido la amabilidad de comunicármelos a través de mi querida amiga Lola López
Enamorado en un texto muy emotivo titulado “Historia de una romántica
mujer” .
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Poema de Frenando de Ágreda dedicado a Trina Mercader
LA CASA DE TRINA MERCADER
A Fernando de
Ágreda
Larache en su
memoria
revive
tus días
Las paredes de la que fue tu casa
todavía rezuman el aroma
de tus versos
y los pasos silenciosos
que a tu ventana
se acercaban,
aún sostienen el eco
de tu voz,
fluyendo en río de palabras
impresas en Al-motamid
junto a Dris Diuri
y otros amigos.
La menta se cuela por las puertas
y el aroma del té cruza el corredor.
Tu mensaje navegó
entre las orillas
aunando un tiempo indefinido,
sustento del valor
amasado por el verso.
Tu legado marcó
el horizonte de las olas
anunciando un camino heredado
a todas las miradas.
La ausencia en su oquedad
tomó el testigo de la amistad
haciendo posible
un camino de cilantros
que se abre a todas las voces
ocultas entre el agua.
Paloma
Fernández Gomá
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Elena Martín Vivladi, Trina Mercader , Rafael Guillén y otros |
Poema de Trina Mercader. Mayo de los amantes Foto de Dris Diuri, colaborador de Trina Mercadoe en la revista Al-Motamid |
Dris Diuri |
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Carta de Rafael Guillén a Ferrando de Ágreda |
Chukri El Bakri traduce a Trina Mercader |
Trina Jacinto Pio y Abdelkader Mokaddam |
Poema de Pilar Paz Pasamar dedicado a Trina Mercader |
Carta de Pilar Paz Pasamar a Fernando de Ágreda |
Poema de Fernando de Ágreda a Pilar Paz Pasama |
Trina Mercader, caricatura por Estrella Pérez de Amor |
Carta de Trina Mercades a Ibrahim Ilgui( 7 de mayo de 1947)
Carta de Trina Mercader a Ibrahim Ilgui ( 7 de mayo de 1947)
Amina Loh, esposa de Ibrahim Ilglui en su casa de Rabat con Fernando de Ágreda.
Dedicatoria de Trina Mercader a sus amigos Ibrahim Ilglui y Amina Loh |
Carta de Trina a Ibrahim Ilglui |
Carta a Ibrahim Ilglui |
Carta a IBrahim Ilglui
Homenaje a Trina Mercader y a la revista Al- Motamid, año 2003 3n la revista "Amanecer del nuevo siglo".
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