AURA DE LUZ Y AGUA de Francisco Vélez Nieto.
Guadalturia Ediciones. Sevilla.
Por Paloma Fernández Gomá
Son
cincuenta y siete los poemas que componen el libro Aura de Luz y Agua del poeta
y crítico literario Francisco Vélez Nieto; y como nos dice el autor en el
inicio del poemario se trata de una meditación sobre nuestra civilización, cada
día más embrutecida, desde esta afirmación que comparto, Francisco Vélez Nieto
nos deja sus poemas de agua y luz como una fuente de renovación que reconduce
la razón y aviva el camino hacia una introspección decisiva sobre nuestra
existencia.
El
poeta nutre la vida con el bálsamo de su poesía , y así lo hace Vélez Nieto con
sus versos espléndidos y abiertos a la existencia, desde una palabra auténtica
y transmisora de sensaciones, junto a valores anclados en la página del libro y
que van más allá de lo que implica una primera lectura.
El
hombre y la naturaleza, el Mediterráneo ( ventana abierta al mundo y a nuestro
poeta), el agua, la luz, el tiempo ( poema La fuente de la edad), el mar o el
desierto son foco de sus versos.
La
vida en sí misma es fuente de transmisión o palabra viva en el poemario que
comentamos.
“Las
palabras para el poeta deben ser sustancia, aspiración...” nos dice el poeta; y
en poemas como Frente el espejo del agua o El niño que la sed calma, se
mantiene el mensaje de vida en un equilibrio de armonía siempre patente y
reflexivo.
“Viene
la luz cargada de colores”siendo la fuerza que inunda el poema Tras la lluvia.
En
el poema Otoño con perlas sobre hojas de cobre, es el viento y su caricia los
que planean en los versos y siembran de belleza otoñal el pulso de la vida.
Siempre
la vida, la luz y el agua emanan versos que filtran el aire con una
comunicación grave, justa y unánime en los poemas de Vélez Nieto; siendo así su
poesía el pulso maduro que presiona el latido de las palabras y desata el eco
que llevamos dentro de nuestras conciencias, allí donde se percibe la voz del
tiempo, la denuncia antigua de un pasado inequívoco donde se funde la atmósfera
de una naturaleza única para todos los hombres y la ley natural permanece
intacta.
Nuestro
poeta tiende un puente sobre “ la edad de los ríos” donde habita el agua de su
poesía, siempre serena, directa, penetrando
“el
bosque de abetos y campiña”, mientras “suena el despertar” y nos enfrentamos a
la realidad de todos los días en la que la poesía es un pasaporte necesario
hacia la reflexión.
En
el epílogo del libro Vélez Nieto escribe: ¡ Oh dios todopoderoso no encargues
el arca a quienes atesoran Don dinero!” haciendo así una llamada de atención
directa y penetrante para reclamar justicia.
Aura
de luz y agua es un grito silencioso en perfecta sincronía, donde los versos
son instrumento de protesta y se proyectan todas las denuncias posibles que
sostienen el germen de la regeneración del hombre y su mundo hacia una
convivencia mejorable, en la que el Humanismo debe ser en todo tiempo y lugar
Solidario.
Nuestro
poeta se sirve de la poesía como medio catalizador de las conciencias. Su
lenguaje abierto y apacible llega a todo aquel que lea las páginas de Aura de
luz y agua.
La
vida es una copla y nuestros momentos los vivimos como Coplillas del camino (
título del poema pag. 38):
“
Sin barca soy marinero/ con tatuajes de ayer/ viviendo sólo recuerdo./.../
Pétalos que lleva el viento/ la espina queda de duelo/ el dolor siempre por
dentro./.../Sueños que la noche mece/ deseos que el alba levanta,/ mientras el
día se decanta./ En el cristal reflejada/ la música es todo agua/ suave azul tu
mirada./
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