sábado, 12 de julio de 2014




                León  Cohen Mesonero
                                                      

LeónCohenMesonero (Larache 1946) reside en Algeciras desde 1968, es Doctor en Ciencias Químicas por la Universidad de Sevilla y Catedrático de Ingeniería e Investigador de la Universidad de Cádiz. Dentro de su actividad literaria podemos destacar: Con la Editorial Libros en red  ha publicado dos libros: “Relatos robados al tiempo” 2003 y “Cabos Sueltos”  2004 Con Hebraica de Ediciones Madrid, ha publicado los libros: “La Memoria Blanqueada” 2006,  “Cartas y Cortos”  2011 y  “Entre dos aguas” 2013.   
Algunos de sus relatos figuran en diversas antologías, como: Caminos para la Paz (C. Ricci, I.López Calvo, 2007), Viajes a Larache (M. Laabi 2007), Calle del Agua (Manuel Gahete y otros 2008), Ufrán”   (Hebraica 2010 ) “Zarzamoras y otros relatos” (Hebraica 2012).  
También ha colaborado y colabora con las revistas literarias: TRES ORILLAS , ENTRERIOS y DOS ORILLAS.Ha publicado algunos artículos de opinión en el diario EUROPA SUR. Extractos de sus libros figuran en el portal de la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes:  http://bib.cervantesvirtual.com/FichaAutor.html?Ref=36775&portal=177

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                                                          Cuento de Navidad 3

                                                                            2014

“Entre tus esperanzas y el cielo: ¿No parece suspendida para siempre una densa, lúgubre, ilimitada nube? “ Edgar Allan Poe.

Nueva York es una ciudad envolvente e imponente, poblada por cientos de rascacielos. Es una urbe inmensa que alberga millones de sueños y de contrastes. Los sueños de millones de inmigrantes de todos los orígenes y condiciones que tienen la sensación de estar malgastando su vida en barrios inhóspitos mientras los “WASP” disfrutan de las múltiples ofertas vitales que les brinda esta incomparable metrópoli. Pero además, Nueva York es una ciudad de referencia, una ciudad única donde todo puede suceder: King Kong se colgó del Empire State Building, Gene Kelly bailó bajo la lluvia, Annie Hall paseó por el Manhattan más chic y hasta unos aviones suicidas derribaron las Torres Gemelas un infausto 11 de septiembre del año 2001. En esta ciudad, paradigma de la ciudad asfalto, donde el hecho tridimensional alcanza su cenit, donde uno imagina que todo es posible y donde uno tiene la sensación de ser el protagonista de alguna película cuando deambula por sus inmensas avenidas; tuvo lugar la historia que me dispongo a contar. Es la historia de un hermoso sueño que empezó a fraguarse una tarde de otoño del día doce de diciembre de un año cualquiera.

En las afueras de la ciudad, cerca de New Jersey, a la que apenas separa de Manhattan el rio Hudson, en una pequeña casa de campo, mientras fuera el frío y la nieve dominan el ambiente, cerca del hogar de un pequeño salón, cuya decoración no se distingue de cualquier otra en este tipo de viviendas, están reunidos en torna o a una mesa cinco hombres buenos. ¿Son locos, sobrehumanos, ingenuos, diabólicos?..

El director o coordinador del equipo de investigadores de este, a la vez extraño y sorprendente proyecto, al que a partir de ahora llamaremos Franz K. es un tipo raro. Muy selectivo, se relaciona con dificultad, soporta poco a los demás, al cabo de un par de horas, le aburriría hasta el mismísimo Buda. Es sin embargo un humanista, con una sensibilidad dividida. Es un estudioso y un investigador nato. La curiosidad y la constancia son marcas de su carácter. Los demás dicen que es muy inteligente y capaz, él lo sabe, pero cree sobre todo en su voluntad de hacer y descubrir cosas, de trazarse y alcanzar metas, en ese empeño insaciable de vencer obstáculos, en esa casi insuperable conjunción de inteligencia y tenacidad. Es su amor propio el motor impulsor de su deseo de no permitir que su inteligencia sea derrotada por algo desconocido o inexplicable. En Franz K. se aúnan un sentido profundo, cuasi religioso, de compromiso con una determinada jerarquía de valores morales y éticos y un pacto inalienable consigo mismo, para alcanzar cotas de excelencia en su quehacer diario. Siente el deber de hacer algo por sus semejantes, esa necesidad le ha llevado a buscar colaboradores muy especiales con tanta o más imaginación y motivación que él mismo y a abordar este proyecto tan ambicioso como poco común.

J. y P., los hermanos Young, son dos hermanos gemelos que durante su estancia en la universidad brillaron por sus expedientes tan semejantes como sobresalientes, antes habían sido compañeros de clase de Franz K. en el Liceo Descartes de Rabat. De su especialidad, la Bioquímica, lo saben casi todo y su colaboración ha resultado inestimable. Son dos tipos despistados y con un sentido del humor muy inglés, ese humor que Franz K. tanto admira y comparte. Hijos de un diplomático inglés, residieron en Marruecos durante la adolescencia, son gente abierta y risueña y no obstante distinguida y educada, con una destacada capacidad de análisis que les permite resolver situaciones que al resto de los mortales pueden parecerles insolubles.

El equipo lo completan Bentahar Zizi, un informático marroquí de origen tangerino, especialista en redes neuronales, amigo entrañable de Franz K. y Aroni Muyal un médico israelí de origen larachense. Ambos, personalidades de prestigio mundialmente reconocido y pacifistas convencidos. Zizi es un tipo nervioso, con una mente lúcida y rápida, le gusta la polémica, sobre todo la científica. Es capaz de filosofar durante horas para cuestionarlo todo. Tiene buen carácter y es fácil de llevar. Aroni, por el contrario, es un hombre tranquilo, pausado, nunca se altera, y eso le permite elegir siempre la opción más adecuada, incluso en momentos de urgencia.

Hoy están aquí reunidos en casa de Franz K. Han vencido noches de vigilia, de desesperanza, su objetivo así lo requería, ningún esfuerzo les parece ahora vano. Después de años de investigación y de mucho empeño, han conseguido crear a una persona de diseño, por una compleja combinación de manipulación genética, inteligencia artificial y algo más que no es conveniente desvelar todavía. Nada puede ni debe fallar, de hecho en los ensayos preliminares, todo fue bien, pudieron incluso intercambiar algunas palabras con el hombre. Ahora solo queda repetir el ensayo, volver a accionar el mecanismo. Todos se dirigen al taller que en otros tiempos fue establo. Franz K. abre con gran nerviosismo la pequeña puerta de acceso al panel de operaciones. Cada uno de ellos toma asiento en el lugar previsto, las pantallas de los ordenadores se encienden. Cada uno de ellos va a dar las instrucciones oportunas...las últimas instrucciones.

El taller se ilumina, en el centro, sobre una plancha metálica yace un hombre al que han llamado JC en alusión evidente a Jesús el Mesías. Zizi teclea el último mandato. El hombre que yace sobre la plancha metálica se levanta, sin un gesto, sin un palabra, se dirige a una percha cercana, descuelga un chaquetón, se toca los bolsillos como para comprobar que las llaves del auto que le espera fuera están y se dirige a la salida. ¡Lo han conseguido!... Sin embargo, Franz K. y su equipo están preocupados por la reacción de su “creación”, que ya en alguna ocasión reflexionó en voz alta ante ellos:

“-Soy el producto de un diseño ad hoc, una mezcla artificial, una combinación o compendio de virtudes según los diseñadores. Debo de ser el modelo que ellos persiguen y con el que alguna vez han soñado. Una mezcla de Jesús de Nazaret, Francisco de Asís, Gandhi, Che Guevara, Lutero King o Mandela… ¿Qué cualidades hacen de mí el nuevo profeta, según mis creadores? ¿Ser compasivo, honrado, leal, generoso, valiente, atrevido? Para conseguir su objetivo, mis creadores han hecho uso de los últimos descubrimientos de la informática, de la nueva y avanzada genética y pretenden presentarme al mundo a través de las televisiones y de las redes sociales como una especie de salvador. ¿Pero la pregunta que me asalta es saber si para mí mismo represento un modelo a imitar? ¿Convenceré al ladrón de que no robe? ¿Y el corrupto seguirá mi consejo? ¿Y el cínico, el mentiroso, el cobarde, corregirán su actitud? … “

Para sus creadores, JC es el nuevo profeta que vuelve a reconocer el mundo. Es una suma sobrehumana, es la integración inalcanzable. Todos en uno, el profeta recreado, redivivo, revivido ha salido al mundo...Franz K. y sus cuatro colegas están radiantes, ahora deben esperar. Saben que el día 24, dentro de doce días, él aparecerá en las pantallas de las televisiones de todo el mundo para comunicar la buena nueva.

Llegó la Nochebuena, no habían vuelto a tener noticias de su profeta, los cinco amigos estaban de nuevo reunidos en casa de Franz K. Debían de ser las doce de la noche cuando oyeron el último ronquido sordo de un coche. Todos corrieron al taller, el hombre yacía sobre la plancha metálica inmóvil, con un rictus amargo en su expresión no obstante apacible, entre sus manos cruzadas sobre el pecho, sostenía un pequeño trozo de papel blanco. Con un gesto tembloroso, Franz K. lo retiró y leyó el mensaje que contenía. Mientras tanto, Zizi y los demás colegas pulsaban desesperadamente las teclas de los ordenadores, tratando de conseguir un movimiento de su criatura. Las máquinas parecían estar bloqueadas. Finalmente Zizi, inquirió a Franz K. sobre el contenido del papel, este último murmuraba como un loco:

- Dice que: - es demasiado tarde, demasiado tarde....



                                                 León Cohen. Abril de 2014.

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