lunes, 10 de febrero de 2014

“Ave de mí. Palabra Fugitiva “, antología poética (1951-2008) de Pilar Paz Pasamar.  Estudio de Ana Sofía Pérez-Bustamante Mourier


Por Paloma Fernández Gomá

Ave de mí, palabra fugitiva (poesía 1951-2008). La vida y obra de la poeta Pilar Paz Pasamar son  estudiadas a través de la mirada crítica de Ana Sofía Pérez-  Bustamante Mourier, profesora de la Universidad de Cádiz, quien también presta su cuidado a la edición de  esta obra editada  por el  Ayuntamiento de Cádiz y la Fundación de Cultura de la Diputación  de Cádiz.
Estamos ante una  obra  completa y exhaustiva de la  poeta Pilar  Paz, nacida en  Jerez de  la  Frontera el  día  13 de  febrero de 1933,  cuya poesía es emanación e interiorización en la  realidad y su  misterio, donde la palabra, la  belleza y los momentos  diarios son expresiones del alma.  Su poesía  bebe de San Juan de  la Cruz y de Juan Ramón Jiménez, que como  nos  explica  Ana Sofía Pérez-Bustamante en su  estudio, en los años 50  deslumbró al poeta de Moguer y fue avalada  por  Carmen Conde.
El primer libro de  Pilar Paz fue  Mara escrito entre 1948 – 1951 en una línea postsimbolista.  De este libro destacamos los versos: ¿Dónde voy yo,  Dios mío,/ con  este peso  tuyo entre  los  brazos?/ ¿Para qué has designado/ mi pobre fuerza a tu cansancio inmenso?/ Si quieres descansar, descansa en  otros. 
Versos  estos que impresionaron  a  Juan Ramón Jiménez.
En 1954 ve la luz su poemario Los buenos  días,  donde  la introspección despeja aspectos muy  importantes dentro de una línea de  marcado  carácter metafísico.
Ablativo amor  en 1956 se abre a un cancionero amoroso constituido por dieciocho  sonetos en los  que se dialoga con los clásicos y con  un recién  descubierto Miguel  Hernández. Estamos ante  poemas abiertos, que diseñan el  itinerario ideal de un amor humano o  tal  vez un Amor – Poesía,  como Juan  Ramón Jiménez o Pedro Salinas (apunta Ana Sofía Pérez-Bustamante).
Abreviado Mar, 1957 se publica en Ágora, colección  que dirige Concha Lagos.  Con este libro  nuestra  autora se despide de Madrid para  ir  a  vivir  con su   marido a Cádiz. Según la autora nos señala Ana Sofía,  este libro quiso ser un  cancionero feliz de reencuentro con  su tierra natal,  dentro de  un  marco  de interiorización retrospectiva y de signo metapoético.
La soledad contigo, publicado en 1960 en la colección de los hermanos Antonio y Carlos Murciano ( Arcos de  la Frontera). La primera parte de  este poemario es un romancero y cancionero de la maternidad. Es el primer libro que se  aleja de  la metapoética.  Las  imágenes telúricas  y la  tierra madre como  símbolos  centran el  propio marco cosmogónico de la  autora.
Será Violencia  Inmóvil publicado  en 1967 una determinada apuesta hacia el exterior, dejando el mundo familiar y doméstico. Este poemario se centra misterio de  la vida: la ciencia y una desconfianza habitual en los poetas de la década de  los  60 (sociales y no  sociales) fijando la palabra  como  instrumento   de comunicación y conocimiento.
Pasados quince años Pilar Paz Pasamar publica La torre de Babel y otros  asuntos, ya en el año  1982. El libro refleja una etapa dura en la  vida  de la autora, que  recurre a la lectura  de la Biblia para refundar su propia poesía. Recurre a la Torre de Babel  y abre  los espacios del  Génesis para situarse ante  un paraíso  perdido.  Va tejiendo un  diálogo  con Dios,  integrando a la mujer en la creación del mundo; incorporándose  así a la proyección  de la escritura femenina en  los comienzos de la  década de los  80.
Textos  lapidarios en 1990 incorpora los poemas narrativos a su obra, a modo   de monólogos entre  personajes pertenecientes a las tres culturas medievales. En  este libro se integra el relato La Dama de Cádiz.  Sumándose, pues nuestra autora al “mester andalusí”.
Philomena de 1994 denota la serenidad e inspiración  que  se  instalan en nuestra  poeta, elevando la palabra a escenarios de oración y revelación de valores eternos.
En la  colección  Ángaro se publica en Sevilla  y en el  año 2000 el libro Sophía. Marcado por la muerte de su marido está  escrito desde el dolor  que conlleva su  pérdida.
El  año  2008 conoce la última entrega  poética de Pilar Paz, Los  niños interiores,  editada por Calambur. La  vida sobrevuela las  páginas de este poemario,  donde  se  desvela lo mucho que de  infantil  hay en nuestro  interior.  L a voz de la infancia  se mezcla con temas  actuales como pueden ser internet,  y se aprecia  una contraste intensa y marcada entre la   inocencia  del niño y el mundo  de los  adultos, donde la  amargura amasada por el silencio que transmiten  los años vividos juegan  un  papel muy importante como interlocutor  de sentimientos.
El  estudio que hemos abordado llevado a cabo por Ana Sofía Pérez-Bustamante ha contado  con la revisión  de la propia autora, siendo  quizá esta la mejor prueba de que nos encontramos ante una obra que ofrece la bella y palpitante trayectoria poética de Pilar Paz, quedando así preservada,  para que pueda ser leída en el  devenir de los años. Pues pasará la vida, pero quedará la palabra, el verso vivo de Pilar Paz Pasamar  como muestra  indiscutible del valor  de la  palabra  ante  el tiempo  que pasa junto a nosotros arrastrándonos tras sí; queden algunos versos del último libro de Pilar  Paz Los niños  interiores,  escritos en Grazalema donde  acudió nuestra poeta para  encontrase  con  su hija, y con un tiempo que transcurre junto a  la  naturaleza que  se muestra viva en cada uno de  sus días; para hallarse con un tiempo indefinido o pretérito donde  habitan los  “niños  interiores” de cada uno de nosotros.  Leamos pues:
Frente a la  noche inmensa, frente a los altos  riscos,
donde todo lo vivo bulle y cambia  y transforma,
la ceniza y  el hueso son abonos fecundos,
fango y piel  del detritus que se  hará primavera,
toda  hecha de silencios continuos, precavidos,
átona e inconsciente sinfonía que vuela,
todo  huésped sumiso a reglas maternales,
y en hora exacta,  el hecho prodigioso:
Reclama ya su turno la Escondida…
¡La casa enfrente que en  silencio vuela!

Una amplia  y escogida selección de todos  los poemarios de Pilar Paz tienen una cita en este  volumen donde  sus versos  son  un claro  exponente de la  obra de  una autora que  ocupa por  derecho propio  un sitio  de honor en la literatura de Andalucía.
No   quisiera despedir esta cita con Pilar Paz, sin  antes recordar unos  versos aparecidos  en  su libro Torre de Babel y que fueron dedicados  a la amistad habida con Trina  Mercader,  exponerte de la  interculturalidad entre España  y Marruecos y que nuestra poeta  expresa  de la siguiente forma:
Trina, tu trino trinaba
Allá en Tetuán. Almotamid
desde el cielo te miraba.

Trino que cantaba  a solas,
jilguero de soledad.
Ahora,  Granada,  no tienes,
Mas senda que el Mirahab.
Trina Mercader marcada
por sukum y alif, por Lam-
bas y puntuaciones
de la estrella califal.
Trina bebimos el vaso
caliente de la amistad
en la  tarima  de un barrio
moro. Mohaned Sabbag
y Pío…¡Qué separados
el  Arno  del  arrayán!

Amigos,  fuimos amigos
tan sólo  de la amistad.

Tú con  tus  sonetos  suenas,
trinas, cantas. Canta, Trina,
tu pimpante soledad.



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