LA SONRISA DE ANA -historias de posguerra- de Encarna León. GEEPP Ediciones. Melilla 2013
La poeta Encarna León, autora de
numerosos cuentos infantiles, acaba de publicar su primera novela corta: La
Sonrisa de Ana.
Encarna León en esta novela nos
desvela un tiempo pasado, el de la posguerra española, donde la mujer es el tema
principal de la historia . Maribel, el personaje protagonista, encarna toda una secuencia de datos relevantes que
caracterizan a la mujer de la década de los años cuarenta. Una mujer sometida a
su época, donde las costumbres incardinadas en una regla general: sus labores y
el sometimiento a la voluntad masculina son una constante, y salirse de estas
normas suponía ir contra corriente.
La exposición que Encarna León hace
de los hechos nos traslada a otra época, donde la mujer tenía mucho que
recorrer para hacer valer sus derechos de igualdad que como persona le
pertenecen: El derecho a decidir sobre su propia vida, el derecho a ser
respetada, a estudiar, a trabajar, a ser ella misma frente al mundo que le
rodea, alejándose de todo “paternalismo”.
Toda una serie de vivencias de una
generación pasada donde la mujer era
relegada a la voluntad del hombre se evidencia en esta novela.
Maribel es el personaje central de
la novela de Encarna León, cuya voluntad es anulada por la de su padre,
Andrés, un hombre violento, posesivo y
bebedor. Su madre, Marta, es la mujer doblegada y humillada que recibe malos
tratos físicos y psíquicos por parte de su marido, sobre todo cuando está
bebido.
Luis es el amante perfecto, novio
formal y considerado de la época, que rompe el sistema preestablecido de su
tiempo para poder estar con Mabel, como él llama a Maribel.
Ana es el fruto del amor entre
Maribel y Luis, los dos protagonistas, y también es la promesa de un tiempo
nuevo a donde mira su madre, Maribel, para dar por cerrado un pasado de
abstinencia social que le obliga a huir de su casa paterna, para alejarse de la
intransigencia de su padre y unirse a Luis, su novio de siempre.
El nacimiento de su hija Ana es la
llave para poder alejarse de un reducto social que la privaba de libertad. La
llegada de su hija Ana es el desencadenante de una realidad abierta a la
renovación, donde la unión de los dos jóvenes obtiene todos los parabienes; ya
que él ha “cumplido” en pro del ser que han engendrado. Cumplido pues, queda el
precepto de la época y Maribel puede
mirar hacia el futuro.
La novela reúne numerosos datos
tantos psicológicos como sociales que va desgranando la autora en su historia,
a lo que también hemos de sumar la
magnífica descripción de lugares que nos ofrece Encarna León a través de una
narrativa bien trazada y fluida , donde los
hechos transcurren hermanados a los personajes y su entorno, de forma
disciplinada y plena de expresión, coordinando acontecimientos y situaciones.
Hay lugares emblemáticos en la
narración como el ventanuco a través del cual transcurre buena parte de
la vida de los protagonistas. El pequeño huerto de la casa de Luis o la
tienda-hogar de los padres de Maribel. Toda una invitación de nuestra autora
para descubrir el entorno de los años cuarenta. También a la novela se suman
costumbres, como la venta ambulante de agua, las corridas de toros a las cinco
empunto de los domingos o los paseos festivos de muchos granadinos por la
“Redonda”
( Camino de Ronda ) donde compraban
naranjas y veían pasar el tren con destino a Ronda.
Pero la novela de Encarna León no
es sólo el reflejo de una época, es ante todo una toma de conciencia de muchas
situaciones y actos que la mujer ha tenido que padecer durante mucho tiempo y
que aún soporta, como son los malos tratos.
La novela invita a la reflexión y a
considerar el cambio vivido desde los años cuarenta, hasta la Transición del
año 76, y desde esta fecha hasta nuestros días, donde se han logrado los
derechos plenos de la mujer, una convivencia de equilibrio entre hombres y
mujeres y una sociedad abierta al dialogo con sus principales necesidades
cubiertas, y que muchas veces camina hacia un consumismo sin límites, en el que
los valores son invertidos. Es aquí donde nos detenemos ante la narración de
Encarna León para considerar conductas basadas en valores ( hoy ausentes) como
es el respeto, el amor, la entrega, el esfuerzo...
Existe pues en LA SONRISA DE ANA
una llamada de atención, un eje común entre el pasado y el presente de la mujer
actual en España. Unos valores que llegan a la sociedad de hoy sin fecha de
caducidad, que no prescriben, por el contrario obtiene vigencia y deben sumarse
a los logros obtenidos por la mujer en plenitud de sus derechos.
Encarna León nos narra una historia
real – imaginaria donde la mujer es el centro en el entorno de una época de
luces y sombras de la que somos herederos.
El libro toca temas de enorme
sensibilidad y que merecen ser tratados como objetivos de debate sobre la
mujer; tal es el caso de los malos tratos. Tema muy amplio con muchas
consideraciones educativas, sociales, coyunturales o psicológicas que darían
lugar a multitud de preguntas como por ejemplo: ¿por qué la mujer es el
objetivo de la ira de muchos hombres? Originado diferentes tipos de malos
tratos: el psicológico y el físico.
Nuestra autora en unas palabras de
introducción hace un planteamiento paralelo al que acabo de expresar, diciendo:
La SONRISA DE ANA, pequeña obra en su estructura, pero profunda en
vivencias, podría ser herramienta para plantear debates de actualidad: Me
atrevo a dar un título: La mujer de la posguerra. Miradas desde el siglo XXI:
avances, carencias y retos.
Creo que esta pequeña reflexión de
la autora debe de ser el epílogo de la suma de voluntades en rigor de la
herencia recibida, donde debemos de analizar el antes y el después de la mujer
en la actualidad.
Una novela corta basada en hechos
reales donde la imaginación de la autora va trenzando toda una historia de
vivencias, que nos sugieren conductas, posicionamientos, realidades de una
historia que nos ha conducido hasta donde estamos.
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