Trina Mercader, foto cedida por Fernando de Ágreda. |
Estimados amigos: Los números XIX-XX de la revista Dos Orillas están ya en la web de la revista http://www.revistadosorillas.net para que los puedas leer. Espero que sea de vuestro interés y agrado.
Hace unos días, con motivo de la presentación de la revista Dos Orillas, que recoge los números XIX-XX, recibí este correo de Fernando de Ágreda, amigo y prestigioso arabista, habitual colaborador de la revista Dos Orillas. Reproduzco su correo como reconocimiento a su dedicación y estudio sobre Trina Mercader, figura indispensable a la hora de hablar de las revistas literarias dedicadas al hispanismo marroquí, como fue el caso de Al-Motamid, de la que Trina fue su directora y alma mater.
Querida Trina:
Leyendo los artículos de la revista Dos Orillas que te homenajean he tratado de rememorar los momentos principales de tu vida. Tu nacimiento en Alicante presagiaba un tiempo tranquilo para tu infancia y adolescencia, cerca del mar con tus padres tan queridos. Sin embargo van a llegar tiempos turbulentos en España. Y la estrella de Trina empieza a cambiar de rumbo. Su familia de Larache les anima a su madre y a ella a que les visiten para evita tanta penuria. ¡Cómo iba a ser si se había desencadenado una guerra civil que tantas penalidades traería aparejada! Pero Trina siempre echó de menos los paisajes de Torrevieja y del Pilar de la Horadada, de su Alicante dode se había iniciado su aventura vital, sus primero amigos. Trina se desahoga y se consuela escribiendo pequeños poemas que no enseña a nadie. La estrella de Trina la va a poner en contacto con alguien que aprecia el valor de su poesía: se trata de Cesáreo Rodríguez Aguilera que residía por entonces en Larache, aunque pronto se trasladará a la península por su carrera de magistrado. Cesáreo la animará a dar a conocer esos poemas que ella escribe con un significativo título “Tímida”. Trina, romántica y soñadora, intuye que aquel ambiente necesitaba un vehículo de transmisión, así va a nacer la revista “Al-Motamid. Verso y Prosa”, siempre aconsejada por el propio Cesáreo.
Esa revista será el timón de la vida de Trina en Marruecos, como ella misma ha confesado en su memorias. La andadura de esta revista no será “un camino de rosas” pero ella es capaz de soportar los vientos y las tempestades. Y también los ” hallazgos”, como ella repite y valora. La estrella de Trina la empuja y la anima: los `poetas de Melilla, Jacinto López Gorgé, Pío Gómez Nisa especialmente. Los poetas árabes de Oriente, incluso desde Argentina se hacen eco de su revista y colaboran en la misma con entusiasmo como Benedicto Chuaqui. Los jóvenes arabista españoles encabezados por el “Maestro” Emilio García Gómez: Fernando de la Granja, Ángel González Palencia, Soledad Gibert y Enrique Perpiñá.
Hay un año crucial en la vida de Trina: 1953. La estrella de Trina brilla como nunca. Vicente Aleixandre visita Tánger y Tetuán invitado para impartir algunas charlas y dar a conocer su poemas. De aquella visita queda un precioso testimonio que traerá el mayor consuelo para Trina y su entusiasta labor: la famosa “Carta marroquí” en la que Aleixandre le relata su visita a Tetuán. Es algo así como un espíritu que llega y se comunica entre los amantes de la poesía. Imagino a Trina llena de emoción, “hasta las lágrimas”, leyendo esta carta , tranquila en su casa, acercando la carta del gran Aleixande a su corazón Ya podía descansar tranquila. La estrella de Trina la iluminaba con toda la fuerza. Y ya nunca la abandonó.
Fernando de Ágreda. 4 de junio de2021
HOMENAJE A TRINA MERCADER Y LA REVISTA “DOS ORILLAS”.
Por Fernando de Ágreda. Mayo de 2021
La vida de Trina Mercader podría ser el guión de una novela de mi querida María Dueñas.
Nacida en Alicante en 1919. Se traslada a Larache con su madre en 1936 donde residan unos familiares Bonifacio y María Balaguer, primos de su madre. Dada la fecha tan terrible para nuestra historia, Trina y su madre se quedarán a vivir en aquella ciudad que será el símbolo de sus primeras vivencias literarias. Trina realiza sus primeros estudios y escribe algunos poemas que no enseña a nadie. Bueno a alguien si: Cesáreo Rodríguez Aguilera, magistrado, conoce esos primeros poemas que ella escribe con el pseudónimo de “Tímida”. Cesáreo, que pronto se trasladaría a la península la anima a publicar esos poemas .
Estamos en 1947 y Trina inicia su aventura mayor: la revista “Al-Motamid. Verso y Prosa” y la edición de algunos volúmenes, anejos a la revista, con el título de “Itimad”. ¿Podría ser la influencia de los “Poemas arábigoandaluces” traducidos por don Emilio García Gómez? Nombres románticos que para Trina resultan definitivos. De hecho hubo el proyecto de peregrinar a Agmat para visitar la tumba del rey-poeta.
“Al-Motamid” inicia sus pasos con el deseo de convertirse en una revista bilingüe, con el estilo de las revista poéticas que se publicaban entonces en España como tan bien ha estudiado mi querida amiga Fanny Rubio en su tesis doctoral: Las revistas poéticas españolas (1939-1975). Madrid, 1976.
La novedosa sección árabe de la revista estuvo animada por un gran hispanista larachense: Dris Diuri, buen conocedor de la lengua española también. Pronto se suman a los esfuerzos de Trina los poetas que residían en Melilla: Jacinto López Gorgé y Pío Gómez Nisa especialmente, con ellos tuvo un primer contacto en las fiestas organizadas con motivo de la boda del Jalifa de Tetuán. El caso es que Trina, funcionaria de la municipalidad, se había trasladado a vivir en Tetuán. Se podría decir que aquellos años representan la madurez de la aventura literaria de nuestra Trina y su revista. Allí recibiría la visita del gran Vicente Aleixandre que estaba con sus lecturas poéticas en Tánger y en Tetuán después. Sabido es que Aleixandre publicaría su famosa “Carta marroquí” contando su visita a la capital del Protectorado. Para ella, según nos decía, fue “el espaldarazo”a la aventura de Trina en Marruecos, del que tan orgullosa se sentía.
Mi aventura personal me lleva al año 1976, ya en Madrid, donde había celebrado el I Coloquio del Hispanismo Árabe. Creo que fue entonces cuando escuché por primera vez los títulos de aquellas revista que se publicaron en Marruecos. Me refiero a “Al-Motamid” y a “Ketama”.
Quise saber más de aquellas publicaciones y al principio resultó muy fácil. Jacinto López Gorgé, director de la revista “Ketama” vivía en Madrid y me ayudó a publicar aquel artículo sobre dicha revista en “La Estafeta literaria”. Respecto a Al-Motamid ocurrió lo contrario. Sabía que ella se había trasladado a Granada, tras su marcha de Tetuán pero nadie me daba noticias de ella. Acudí a mi buen amigo Guillermo Gozalbes al que había conocido en Tetuán, donde dirigió la Biblioteca Española y la revista “Cuadernos de la Biblioteca Española de Tetuán”. Trina no respondía a mis requerimientos. Creo recordar que mi buena amiga Conchita Castillo, profesora de la universidad de Granada quien pudo saber de su paradero. Trina estaba convaleciente de una enfermedad y se había trasladado a la residencia de sus familiares en Alicante.
Trina vivió en la céntrica calle Calderería nueva, nº 7 de Granada hasta su fallecimiento en 1983.
Y fue en un mismo mes de mayo de 1981 cuando Trina vino a Madrid, invitada por el Instituto Hispano-Árabe de Cultura para dar una conferencia sobre su experiencia marroquí a través de la revista “Al-Motamid. Verso y Prosa” y las ediciones “Itimad” anejas a la revista. De aquella conferencia quedó su artículo publicado en la revista de la Comisión española de Cooperación con la UNESCO, nº 25, enero-marzo 1981, que dirigía otro buen amigo de los tiempos de Marruecos: Fernando Valderrama autor, como es sabido, de obras fundamentales como la “Historia de la acción cultural española en Marruecos.
Trina llevaría una vida tranquila en Granada, solo animada por sus amigos poetas como fueron Rafael Guillén, Elena Martín Vivaldi, además de sus antiguos amigos de Tetuán Joaquina Albarracín y su marido. Por otra parte se ocupaba de la publicación de sus libros que se iniciaron en 1956 con “Tiempo a salvo”, tercer volumen de la colección “Itimad” en 1956.Su segundo libro de poesía titulado “Sonetos ascéticos”, se publicó en 1971 en la colección “El Bardo”, de Barcelona.
El 18 de abril de 1985 se iba a celebrar un homenaje en memoria de Trina Mercader organizado por el Aula de Poesía de la Universidad de Granada y que tuvo lugar en el Palacio de la Madraza. Se inició con la conferencia de Jacinto López Gorgé sobre “La Obra de Trina Mercader”, a continuación hubo una lectura de poemas en la que intervinieron Elena Martín Vivaldi, Eulalia Dolores de la Higuera, Mª del Carmen Pérez Vera, Julio Alfredo Egea, José Fernández Castro, José G. Ladrón de Guevara, Rafael Guillén , Carlos Villarreal, Francisco Acuyo y Antonio Carvajal.
1965-. Sevilla. José G. Ladrón de Guevara, Trina Mercader, Elena Martín Vivaldi, Mª Reyes Fuentes, Julio Alfredo Egea y Rafael Guillén. Foto cedida por Rafael Guillén.
Trina
Mercader desde Alicante a Larache
Por Paloma Fernández Gomá
-Artículo publicado en la revista Dos Orillas-
Trina Mercader nació en (Alicante) en el año 1919 y
murió en Granada en el año 1984.
Depositario de su obra es el poeta Antonio Carvajal y su
biógrafo el arabista Fernando de Ágreda.
Trina marchó con su madre a Marruecos para vivir allí,
concretamente a la ciudad de Larache. Obteniendo trabajo en la Junta Municipal.
En el año 1956 se fue a vivir a Granada, donde se relacionó con Antonio
Carvajal y Elena Martín Vivaldi.
Fue una mujer dinámica y emprendedora. Fundó y dirigió
la revista Al Motamid.
Su biógrafo Fernando de Ágreda me ha hablado mucho de
Trina, de su trabajo y dedicación por la revista Al Motamid y también de su
poesía. Él la conoció personalmente en Madrid. Toda una entrañable experiencia
que Fernando me ha sabido transmitir desde el afecto que siempre tuvo y sigue
teniendo a Trina Mercader.
Yo guardo especial cariño a Trina Mercader, aunque nunca
la conocí. De ahí mi empeño en que las páginas de la revista Dos Orillas mostraran
su trabajo, a través de quienes la
conocieron personalmente, o bien que hayan estudiado su obra. De ella dijo su
amigo y poeta Pío Gómez Nisa:
“Si esta mujer hubiese contado con todos
los medios que demandaba, a estas horas sería uno de esos misioneros que
aventan el polvo de los desiertos hasta encontrar el espíritu.”
Fernando de Ágreda me abrió la puerta
para conocer a esta extraordinaria mujer. En su artículo: “Trina Mercader: “Una
experiencia de convivencia cultural en Marruecos” Philología Hispalensis 14,
fasc 2 (2000) presenta a Trina como una mujer volcada en su trabajo, con
amplitud de miras, a pesar de los pocos medios que tenía. También habla de las
personas que la conocieron y convivieron con ella; entre otros: Pío Gomez Nisa,
Jacinto López Gorgé, Pedro Martínez Montávez, Vicente Aleixandre, Muhammad
Sabbag, quien acercó la gran poesía árabe del novecientos, a través de la
revista Al Motamid. Son igualmente mencionados Dris Diuri (traductor de Al
Motamid), Rafael Guillén, Antonio Carvajal y Elena Martín Vivaldi. Concluye
este trabajo Ágreda con un relato de Trina Mercader titulado: “Una Calle del
Barrio Moro de Larache”.
En
otro documento: “Varios.Una mujer emprendedora en Marruecos: Trina Mercader”. BIBLID [0544-408X]. (2003) 52;
217-227 Fernando
de Ágreda escribe:
“Recuerdo a propósito la
amistad de Trina Mercader con otra figura del hispanismo marroquí: la señora
Amina al-Loh, esposa que fue del poeta Ibrahim al-Ilgui, ya citado. Amina
al-Loh, que hizo su doctorado en la Universidad Complutense de Madrid, nos ha
facilitado algunas referencias interesantísimas sobre aquella época. Así por
ejemplo citaremos una carta de Trina fechada en Almería, el 23 de agosto de
1955, cuyo texto transcribimos a continuación…”
Otro de los escritos de Fernando sobre Trina Mercader
son los referidos a través de una amiga de Trina, llamada María que conoció
personalmente a Trina en Larache y dejó
antes de morir testimonios orales sobre Trina
, en conversaciones con Dolores López Enamorado (amiga de Fernando y que
fuera directora del Instituto Cervantes de Casablanca). Dejo referencia de
esta experiencia en el siguiente texto:
“Son recuerdos de aquella época que dejó escritos María, “mujer extraordinaria, listísima y buenísima amiga”, larachense ella también, poco antes de morir , según me comunicó con tanto afecto mi buena amiga Lola López Enamorado, hoy directora del Instituto Cervantes en Casablanca. ¿Quién pudiera oír la voz dormida que nos transmiten esas paredes, a través de las fotos que hemos conocido, gracias a la pericia de la propia Lola, guiada por un buen amigo de aquella ciudad, el mejor guía que se podía encontrar, el conocido escritor e hispanista de vocación que es Mohamed Sibari. Seguiremos recordando la obra de Trina, tras su fallecimiento en Granada en 1984 (donde residió los últimos años de su vida, en la calle Calderería Nueva, nº 7) Sus amigos de entonces la han seguido recordando como Jacinto López Gorgé, ya fallecido también, o Estrella Pérez de Amar y especialmente su sobrino Manuel, pintor de escenas marroquíes entre otros temas, que nos ha facilitado las fotografías que hoy recogemos. Su mensaje poético de amistad y comunicación sigue a salvo. “
Fernando de Ágreda Mayo de 2008 y diciembre de 2014.
**
Yo soy esa muchacha
que ha besado la tierra /Para posar en algo los besos que le sobran./ Yo soy
esa muchacha que desea, callando /Lo que se aleja siempre de su mano vacía./
Blanda pulpa jugosa que mece el aire;/ Blando temblor intacto, que una caricia
anega./ Sedienta y absoluta, /Muchacha que se besa la curva de sus hombros,/
Que se acaricia, lenta, con dolorida ternura./ Garganta donde canta la sagrada
alegría,/ Donde los gritos crecen en plenitud, ahogados. /
Muchacha sola y firme
que, arrebatadamente,/ Para si misma crece si vegetal milagro,/ Cuando la
tierra vuelca su prometida entrega / Y una dulzura virgen va invadiendo los
ramos.
Trina Mercader
“Trina Mercader se
enamora de Larache, le atrae y sorprende el sistema de convivencia
intercultural que allí se vive, su luz, el aroma de sus flores, sus jardines,
el mar Atlántico…Inmediatamente comprende que es aquí donde quiere vivir”. “En
esta época, tres jóvenes han optado por conseguir un puesto de trabajo en la
Junta Municipal de Larache, mediante una convocatoria de exámenes para
lograrlo, eran Petra, Conchita y Natividad, mi hermana. A cada una de ellas les
asignan un departamento. Trina consigue un puesto de trabajo en dicha Junta. Su
cultura y simpatía le hacen merecedora del aprecio de todos.”
Fernando de Ágreda 2008
Una valiosa y abundante documentación es la que me ha
ido aportando Fernando de Ágreda a lo largo de estos siete últimos años. Parte
de esta documentación está en este homenaje y otra figura en la página de
mi blog dedicada a Trina Mercader: http://palomafernandezgoma.blogspot.com/p/trina-mercader.html
En el año 2003 el Instituto Cervantes editó un CD en
Homenaje a Trina Mercader y la revista Al Motamid. También la homenajeó la
revista Amanecer en ese mismo año.
Según me comenta Fernando de Ágreda, Trina era una admiradora ferviente de Al Mutanid, rey
de Sevilla; de ahí el nombre de la
revista: Al Motamid. En la trayectoria
de la revista tuvo el apoyo de Vicente
Aleixandre, al que Trina apreciaba y
admiraba. Es de recordar el Encuentro que tuvo lugar en el hotel Nacional de
Tetuán durante la visita de Vicente
Aleixandre a esta ciudad del Norte de Marruecos, donde se reunieron Aleixandre,
Trina Mercader y Dora Bacaicoa.
Cartas de Trina dirigidas a amigos y poetas figuran en
este número de la revista Dos Orillas, junto a fotografías. Todo un álbum de
vivencias que de alguna manera reviven
la obra de una mujer singular, digna de ser recordada y homenajeada.
Contamos en esta
publicación con ensayos y artículos sobre Trina Mercader así como con
poemas dedicados a Trina por poetas tanto de España como de Marruecos.
No podemos terminar estas palabras sin citar el trabajo
sobre Trina Mercader y la revista Al Motamid de la profesora de la Universidad de Granada, Remedios Sánchez
García, publicado en el libro La Frontera Líquida. Tirant Humanidades 2019.
Donde la profesora considera a Trina Mercader “una de las voces poéticas más
desconocidas y menos tratadas del periodo de posguerra, dentro de la llamada Generación del 50”. También
resalta Remedios Sánchez el valor de la revista Al Motamid y la entrega que
Trina le dedicó; llegando a decir la propia Trina Mercader que su biografía debía titularse “ Historia
de una revista”.
Carta a Estrella Perez de Amar (1) |
Carta a Estrella Perez de Amar (2) |
Trina Mercader y la familia Balaguer, sus primos y sobrinos
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Primeras cartas de Trina Mercader, las dirigidas a su amiga y colaboradora Amina Loh en agosto de 1955 ( por gentileza de Fernando de Ágreda).
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Poema de Frenando de Ágreda
dedicado a Trina Mercader
LA CASA DE TRINA MERCADER
A Fernando de Ágreda
Larache en su memoria
revive tus días
Las paredes de la que fue tu casa
todavía rezuman el aroma
de tus versos
y los pasos silenciosos
que a tu ventana
se acercaban,
aún sostienen el eco
de tu voz,
fluyendo en río de palabras
impresas en Al-motamid
junto a Dris Diuri
y otros amigos.
La menta se cuela por las puertas
y el aroma del té cruza el corredor.
Tu mensaje navegó
entre las orillas
aunando un tiempo indefinido,
sustento del valor
amasado por el verso.
Tu legado marcó
el horizonte de las olas
anunciando un camino heredado
a todas las miradas.
La ausencia en su oquedad
tomó el testigo de la amistad
haciendo posible
un camino de cilantros
que se abre a todas las voces
ocultas entre el agua.
Paloma Fernández Gomá
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AL-MOTAMID Y LOS POETAS MARROQUÍES
A mi buen amigo Mohammed Anakar, animado por su apoyo
cordial.
Por Fernánde de Ágreda
La reciente publicación del estudio de Sonia Fernández Hoyos titulado: Una
estética de la alteridad: la obra de Trina Mercader, realizada con la
Beca de investigación “Miguel Fernández” 2004 es una buena ocasión para
ampliar los campos que nos ofrece la obra literaria de Trina Mercader. Como
poeta y como impulsora de una revista literaria que fue el Norte de su vida
como ella misma ha dejado dicho en sus escritos.
Conocíamos el proyecto del trabajo que había iniciado Sonia Fernández Hoyos
y que afortunadamente ha sido editado por las ediciones de la UNED,, en la
colección “Varia”; 348 páginas, con anexos documentales (poemas autógrafos e
inéditos de Trina Mercader; dibujos asimismo inéditos, fotografías que recogen
varias escenas de Trina junto a los poetas de su entorno, y la reproducción de
varias portadas de la revista)..
Nos puso en contacto un buen amigo y excelente conocedor – y
coprotagonista – de aquella “aventura literaria” que creó nuestra inolvidable
Trina: Jacinto López Gorgé, muy unido a la familia de nuestra autora.
Sonia es una joven melillense que se ha licenciado en Filología Hispánica y en
Teoría de la Literatura y Literatura Comparada por la
Universidad de Granada. Ha ampliado sus estudios en la universidad de
Nueva York y actualmente prepara su tesis doctoral sobre la obra de otra gran
escritora: Carmen Martín Gaite.
El citado estudio viene prologado por José Romera Castillo, catedrático de
Literatura Española y director del Departamento de Literatura Española y Teoría
de la Literatura, buen especialista en el tema que estudia la autora . La
“estética de la alteridad” es un campo en el que ha puesto de relieve y
descubierto facetas de un documento tan valioso como fue la obra de Trina
Mercader en Marruecos.
El índice nos da las pistas oportunas para conocer ampliamente la
personalidad de Trina de una parte y de otra la proyección de su obra: la
revista Al-Motamid. Verso y Prosa (Larache, 1947-Tetuán,
1956).
Es sabido el motivo de la residencia en Larache donde Trina trabajó como
funcionaria de la municipalidad hasta su traslado a Tetuán, tras una breve
estancia en la antigua Villasanjurjo (actual Alhucemas). En aquella ciudad tan
provinciana y con las escasas actividades culturales que se producían, Trina
decide iniciar “un mundo a solas” impulsando la comunicación con los escritores
marroquíes y con los propios poetas españoles tan lejanos. La búsqueda de
contactos, la relación con otras revistas literarias será el motor que impulse
su propia actividad creadora.
A finales de 1992 me dirigí a las personas que habían conocido o tratado
directamente a Trina con el deseo de conocer datos personales sobre su vida y
su obra, como ya lo había hecho anteriormente, me refiero a la correspondencia
y a los contactos mantenidos con María y Bonifacio Balaguer, primos de Trina,
que vivían en Alicante y, por otra parte, con Estrella Pérez de Amar, tan buen
amiga y admiradora de Trina; conservo, por ejemplo, las amables respuestas de
varias personas muy significativas por sus vivencias directas de aquella época.
Miguel Tarradell, arqueólogo, catedrático de la Universidad de
Valencia y exdirector del Servicio de Arqueología de Tetuán conocido por sus
trabajos de campo en Tetuán que ha publicado varias obras (Historia de
Marruecos. Marruecos púnico, Universidad de Rabat, Facultad de Letras
e Instituto Muley El-Hasan, 1960; Arte Ibérico, Barcelona, 1968)
así como artículos de investigación en revistas (Hespéris-Tamuda, Cuadernos
de la Biblioteca Española de Tetuán)de su especialidad, me decía:
“...Me hizo ilusión comprobar que alguien se acuerda de Trina Mercader, que
bien se lo merece. Por cierto que hace años que le he perdido la pista. ¿Me
podría indicar su domicilio en Granada, si es que sigue allí? No pienso – y lo
siento – que pueda darle información útil para su propósito. Completamente de
acuerdo con Ud. que “aquel espíritu de solidaridad que intentó la empresa de
Trina merece ser recordado”.
“Precisamente yo le apreciaba mucho, entre otras razones, porque admiraba
su aventura utópica.”
“Viví de cerca el vacío de su aventura, que era mayor de lo que ella, con
su ilusión era capaz de darse cuenta. Era admirable su ilusión, que prácticamente
no compartía, digamos, nadie. En el ambiente mortecino, sub-provinciano de
Larache, lanzar una revista de poesía era de un heroísmo inaudito. Buena parte
de los poetas españoles colaboraban, simplemente, porque era una manera de
publicar sus textos. Los marroquíes eran reticentes, porque si entonces la
palabra “colonialismo” era poco divulgada, el concepto si. Yo procuraba
callarle lo que veía para no cortar su ilusión, pero era consciente del vacío
en el que se movía su idea inicial, a pesar de su tesón.”
“Si ahora se lo confieso a usted es para que en su trabajo insinúe el
problema de su soledad – que a mi me impresionaba – y valore al máximo de lo
que tuvo de aventura noblemente quijotesca. Todo lo que indique en este sentido
será poco, y se lo digo como un testimonio directo de aquellos años.”
“No puedo explicarle detalles útiles sobre Al-Motamid. Vivíamos a cien
kilómetros de distancia, y yo no era literato, sino arqueólogo. Por otra parte
la revista era Trina, y solo Trina, que se la montaba a través de su activa
correspondencia, desde su soledad de Larache. Cuando pasó a Tetuán, yo ya
terminé mi época marroquí”.
Otro buen amigo de Trina y promotor de sus inquietudes poéticas – el mismo
que animaría y hasta ideó el título de la revista Al-Motamid –
fue Cesáreo Rodríguez Aguilera. Figura destacada en el mundo de la judicatura,
catedrático de Ciencias Políticas, crítico de arte, que ha fallecido en
Barcelona,, donde residía, recientemente, el pasado 11 de noviembre de 2006.
A este ilustre magistrado me dirigí y conservo su amable respuesta,
manuscrita también, fechada en Barcelona, el 6 de enero de 1993:
recogeré de la misma los párrafos más significativos en relación con el tema
que nos ocupa:
“Viví 4 años en Marruecos – del 42 al 46 – y allí conocí a Trina Mercader.
La forma en que el hecho ocurrió la acabo de resumir en un texto “Memoria
cultural” que me ha encargado una revista, en la que aparecerá el año que viene
o el siguiente .”(1)
“Mis textos literarios marroquíes no los tengo recopilados. Algunos poemas
están en mi “Antología breve”, de Plaza-Janés, hoy agotada. Recientemente López
Gorgé ha incluido uno de ellos en su obra “Marruecos en la poesía española
contemporánea”, Ediciones A. Ubago, 1990.”
“Con Trina Mercader mantuve una buena relación amistosa durante mis años de
residencia en Marruecos. Después sólo coincidí con ella en el Congreso de
Poesía de Salamanca, en los años 50. Estoy a su disposición para darle los
datos que me solicite y mantenga mi memoria. Si viniera por Barcelona la cosa
resultaría fácil.”
Estos testimonios adquieren un valor especial indudablemente y deseo rendir
homenaje de gratitud a sus autores. Su generosidad me ha animado a proseguir
esta tarea de dar a conocer ese mundo tan personal que nos refieren.
Recordaremos los párrafos que Rodríguez-Aguilera dedicó a Trina en
aquella “Memoria” a la que se refería en su carta:
“Con el pseudónimo de “Al-Motamid” firmo algunos artículos y relatos en
publicaciones locales, que me relacionan con cuantos, españoles o no, tienen
allí las mismas inclinaciones. Un día descubro en Larache a una tímida muchacha
que me entrega unos deliciosos poemas en prosa, “que no ha enseñado a nadie”.
Sin advertirla, hago que uno de ellos aparezca en la sección literaria de una
publicación local, firmado con el pseudónimo de “Tìmida”. La sorpresa produjo
el efecto que me había propuesto. A partir de entonces reiteró sus
publicaciones. Tras mi regreso a la península, el proyecto de lanzar en común
una revista de poesía (muy frecuentes en aquella época), en la que pudieran
encontrarse españoles y marroquíes, acabó siendo la revista “Al-Motamid”, de
Trina Mercader, en la que apenas pude colaborar”.
Recordaremos a propósito el testimonio del gran poeta Rafael Guillén (www.rafaelguillen.com)
que me escribía desde Granada el 8 de enero de 1993:
”En efecto, tal como le ha dicho Jacinto, gocé de la amistad de Trina
Mercader desde que se vino a vivir a Granada hasta su muerte, si bien en los
últimos años su retiro voluntario, dedicado al cuidado de su madre, la tenía
totalmente aislada”.
“Trina alcanzó una altura en su poesía, depurada y ascética, que aún no se
le ha reconocido. Sabía conjugar su profunda espiritualidad y sentido religioso
de la vida con una extrema sensibilidad en el contacto con la naturaleza, en su
relación con las cosas materiales y en su entorno afectivo. Profesaba la
humildad conscientemente, como tratando de ocultar una valía y un brillo del
que se sabía poseedora. Y en la expresión poética de sus afanes y sentimientos,
trabajaba la palabra con dedicación y maestría”.
“Cuando en este final de siglo gran parte de la poesía se ha degradado por
falta de valores humanos en su contenido y por dejadez y vulgaridad en su expresión,
es un consuelo y un deleite releer la obra de Trina Mercader y sentir el
orgullo de haber gozado de su amistad que, desde la perspectiva de su muerte,
vemos que nunca pudimos llegar a corresponder lo bastante”.
¿Quíén era ´Abd-El-Káder El Mokaddam?
Decía Trina Mercader entre sus recuerdos de la experiencia de convivencia
cultural en Marruecos que había significado la revista Al-Motamid (junto
a la colección de libros “Itimad” aneja a la revista)(2):
“El proyecto se lleva a cabo con una pobreza de medios que
contrasta con la ambición que lo mueve. La empresa era original, sin
antecedentes. Conocíamos a un solo poeta musulmán marroquí, Abdel-Káder El
Mokaddam, residente en Tánger, al que ofrecimos las páginas centrales como
muestra de preferencia por lo árabe...”.
Y efectivamente fue así: el primer número de Al-Motamid.
Verso y Prosa , publicado en Larache en marzo de 1947, incluía
el poema “Las gotas de rocío” que según se señalaba pertenecía al libro inédito Visiones(o
fulgores) de la esperanza (Lamahat al-amal). El poema se
publicaba en las dos lenguas, árabe (metro jafif) y español recogiendo la
versión castellana del propio autor.
LAS GOTAS DE ROCÍO
El sol se pone detrás de las ramas,
Después de un breve momento de divina paz!
La oscuridad lo ha cubierto todo
Y los paisajes han ido esfumándose a los ojos...
¡Es ahora cuando vuelven los seres que huyeron del peligro de la muerte!
¡Las gotas de rocío caen, leves, sobre los jardines,
enlazándose lentamente a las ramas!
¡Son como perlas sobre el seno de las bellas que cautivan corazones!
¡La brisa suave arrastra
perfume de jardines hacia todo corazón entristecido!
* * *
¡La aurora llega con dulces esperanzas
y el jardín sonríe, descubriendo su belleza hasta el éxtasis!
* * *
Como lágrimas de unos ojos, resbalan lentamente las gotas de rocío
sobre los pétalos!
Y esta alegría aumenta la pasión de los pájaros, haciéndoles cantar
maravillosas canciones.
¡Se acercan los rayos del sol!
¡Ya pintan con su color los más bellos matices!
¡Pero abrasadas, se deshacen
aquellas gotas que coronaban los jazmines!
¡Cómo se desvanecen las almas del rocío, hacia su origen, en el impetuoso
aire del jardín!
Ya en el número 4 del mismo año (Junio, 1947) se publican dos nuevos poemas
de nuestro autor: “Un viaje por el cielo (en la noche profunda)” y “Las flores
olvidadas (paisajes de abril)” del diván Ashlá wa asdá (“Trozos
y ecos”):
Del mismo año y en el número 7, del mes de septiembre, encontramos el poema
“La luna (en la soledad de la noche)” también en las dos lenguas. En este mismo
número figura el poema “El ancho mundo”, en árabe con versión castellana de su
autor: otro poeta casi desconocido para nosotros: Idris El Yá`i.
En octubre del mismo año, es decir en el número siguiente, el
8, de 1947, figura otro poema del ya citado poemario “Trozos y
ecos”, titulado “Diálogo con el amor”, siempre en versión bilingüe . Podemos
leer asimismo el poema de Idris El Yá`i: “Salutación fervorosa los poetas
de Madrid” (Tahiyya ´atifiyya li-shu´ará Madrid).
En estos años se mantenía la colaboración de Dris Diuri, compañero de
trabajo de Trina, como eficaz traductor del árabe pero, cosa que nos parece
extraña, no siempre aparecía su nombre en la relación de los colaboradores de
la revista. En el consejo de dirección figuraría su nombre en el número 12,
febrero de 1948, junto a Jacinto López Gorgé, Pío Gómez Nisa, Eladio Sos y Juan
Guerrero Zamora.
En este número que hemos citado, 12, de febrero de 1948, encontramos el
poema “Quejas de una choza”, en las dos lenguas. Se cita, además, que
pertenecía al diván de próxima aparición: Lamahat al-amal , al
que nos referiremos después.
Se trata del número 13, marzo de 1948: encontramos el poema del mismo
´Abdelkader El Mokaddam titulado “Noche triste” (Layl ka`ib..!), traducido,
según se señala al final, por “el Grupo de Traductores de la Revista”. Y
ya en la última página dedicada a dar “Noticias” y reseñas breves podemos leer,
en español y en árabe, las líneas siguientes:
“Nuestro joven poeta marroquí Abd-el-kader El Mokaddam ha publicado
su primer libro de versos Visiones de la esperanza , editado
en Tetuán, (3) Lamentamos la falta de versión
castellana del mismo, ya que Mokaddam cuenta con numerosos lectores en la
Península, que siguen sus bellos poemas a través de AL-MOTAMID”.
Seguimos repasando los números de la revista para encontrar más noticias de
este poco conocido escritor: y será tiempo después, en el número 16 de la revista
(1949) – ya no figura el consejo de redacción (problemas que surgirían por
aquellos días y que se explican en la obra de Sonia Fernández Hoyos) pero se
dan los nombres del “grupo traductor de árabe” y que integraban Dris Diuri y
Ahmed Tadlaui – donde encontramos otros versos de Mokaddam bajo el título de
“La flor de los sueños (del mar de la vida)”, de nuevo en ambas lenguas .
La buena relación que mantenía nuestro poeta con la revista y en especial
con su directora, Trina Mercader, se aprecia en los números siguientes: así en
el correspondiente a julio de 1949 (es decir el número 18) conocemos la reunión
de los poetas en el mes de mayo durante las fiestas que se celebraron con
motivo de la boda de “S.A.I. el Jalifa. Asistieron los poetas Pío Gómez Nisa y
Jacinto López Gorgé en representación de la Revista “Manantial”;
Trina Mercader, Abdelkader Mokadddam y Eladio Sos como grupo de AL-MOTAMID y
los poetas de Tetuán Nayib Abumalham, Ibrahim el Ilgui, Vicente Recio y Manuel
García Sañudo...”.
Uno de los aspectos más interesantes del libro que hemos podido conocer
gracias a la amabilidad de su autora, Sonia Fernández Hoyos, es el apéndice
documental donde encontramos fotografías preciosas y, entre ellas, las que
reflejan la reunión que se celebró en Tetuán y que acabamos de comentar.
Así podemos conocer a nuestro autor junto a algunos de los poetas citados.
Quizá entonces leyera Mokaddam el poema titulado “La reina dela primavera”,
fechado el 15 de mayo de 1949, que viene también en las dos lenguas
en el número 19, noviembre de 1949, En este número se publica además el texto,
con traducción al español, del gran erudito que fue ´Abd Allah Guennún en
respuesta a la encuesta titulada “En busca de la joven poesía de Marruecos”. Se
titula: “¿Está la poesía en decadencia?” y en el mismo refiere la visita que le
hicieron la propia Trina con su amiga Antonia Coslado para hablar de la poesía
y otros temas literarios. En la reunión, dice Guennún, les acompañaba el poeta
Abdelkader el-Mokaddam...
Otros poemas de Mokaddam aparecerían en los siguientes números de la
revista: “El pájaro constructor (de lo que ocurre en la vida)”, en el número 20
(abril, 1950); “La Pascua”, en el número 23(junio, 1951), que finaliza con este
verso:
“¡Que viva nuestro Jalifa, porque su amor para con su pueblo es como un
bálsamo extendido sobre las muchedumbres!
Y, por último, el titulado “Ramillete” en el número 33, correspondiente a
los meses de enero-marzo de 1956: es decir en el último número de la revista,
cuando ya se publicaba en Tetuán. En esta ocasión sólo figura la versión
española, cosa excepcional pues anteriormente, como ya señalamos, siempre
se publicaban los versos de Mokaddam en las dos lenguas.
No podemos olvidar este hecho, es decir el cambio que supuso el traslado de
Trina a Tetuán donde ya se publicaron los siguientes números de la revista a
partir del mes de marzo de 1953. Precisamente en el número 26 de la misma,
fechado en agosto de aquel año aparece la entrañable “Carta marroquí” de
Vicente Aleixandre. En la misma se plasmaban los recuerdos de nuestro gran
poeta tras su reciente visita a varias ciudades marroquíes: Tánger, Xáuen y
Tetuán.
Recordaremos algunos párrafos de aquel texto inolvidable por los datos que
nos ofrece:
“¿Se acuerda usted? Íbamos conversando. A mi me gustaba oír el habla
arábiga, a veces suave, a veces de algarabía fresca, a veces de apenas
murmullo. Ahmad Al-Bakkali y Jacinto, uno a cada lado mío, me iban diciendo
(...) Uno propuso que nos sentáramos antes, y me acuerdo que así lo hicimos
(...)Quizá fue aquella hora, amiga mía, lo que hoy es el mejor recuerdo de
Marruecos. Alrededor de aquel tablero, recién salidos de la ciudad pura
musulmana, estaban el poeta Mohamed Sabbag; a su lado Ramón Valdés, el
incipiente lírico español marroquí; a continuación el poeta de Arcila, Ahmad
Al-Bakkali (...)a mi lado; Miguel Fernández o Francisco Salgueiro, o su
espíritu evocado, podían haberle hablado a Abdelkáder Al-Mokaddam, el poeta que
por la mañana, tímido y con un halo de silencio, se me había acercado en Tánger
traído por la mano de usted (...).
Aquellas palabras de Aleixandre – el mejor recuerdo, decía, que se llevaría
de Marruecos - venían a confirmar el espíritu que alentaba a Trina y a su
revista AL-MOTAMID: “veía yo las cabezas de los poetas musulmanes y de los
poetas hispanomarroquíes que fraternizaban y se comunicaban, como la misma
poesía de cada uno se comunica con el fraterno corazón de los hombres a quienes
se dirige”
Por lo demás tan sólo nos queda añadir las noticias extraídas de la misma
revista y que se referían a los recitales de Manuel Pinillos en Radio Zaragoza
(julio y diciembre de 1949) titulados “Presencia y promesa de Marruecos” y
“Puerta de África, ojos de Europa” y “En busca de una poesía marroquí” en los
que se leyeron poemas de Mokaddam, Ibrahim El Ilgui y otros autores
relacionados con las revistas AL-MOTAMID y MANANTIAL.
En el número 21 (julio de 1950) aparece asimismo la noticia de la
conferencia pronunciada por el poeta Jose Mª Rodríguez Méndez en el Seminario
de Literatura “Juan Boscán” del Instituto de Estudios Hispánicos de Barcelona
sobre “La poesía hispanomarroquí actual”. En la misma se leyeron poemas de
Trina Marcader, de Ibrahim El Ilgui, de Idris El Yai y de nuestro Abdelkáder El
Mokaddam.
RECUERDOS PERSONALES
En noviembre de 1978 escribi a Abdelkader El Mokaddam, a la dirección de
Radio Tánger que me había facilitado el conocido poeta de Cháuen ´Abdelkarim
Tabbal. Recuerdo sus atentas respuestas de finales de aquel año (su dirección
postal era: 3, Calle Descartes, en Tánger) en las que se refería al trabajo
sobre Vicente Aleixandre que estaba estudiando entonces, cuando trabajábamos en
el antiguo Instituto Hispano-Árabe de Cultura.(4)
Se excusaba por haber tardado en contestar a mi carta y me hablaba de un
reciente viaje a Barcelona, para participar en el congreso islámico allí
celebrado. “Me permito recordarle que puesto que se trata de tan gran hombre
como es Aleixandre insista sobre su persona humana y su obra que aporta al
hombre...En otro sentido está la cuestión humana presentada en un bello cuadro
poético...Podría usted contactar también con el Sr. Mohamed El Bouanani en la
Radiodifusión Televisión Marroquí en Rabat”, decía en su carta. Me pedía,
para finalizar, la dirección de “nuestras amigas comunes las poetisas Antonia
Coslado Arévalo y Trina Mercader fundadoras de AL-MOTAMID con mi
participación”. Es todo lo que recuerdo de nuestra comunicación. ¿Recibiría
Trina la carta de su antiguo amigo (acaso con nostalgia, la que parecería
apropiada al recuperar las noticias de un antiguo amigo y colaborador)?
TRINA MERCADER Y LOS POETAS MARROQUÍES
Otro aspecto de la obra de Sonia Fernández Hoyos que desearíamos ampliar es
la colaboración de Trina Mercader con los poetas marroquíes. Recordamos
especialmente la actividad de los traductores que se encargaron de las páginas
árabes de la revista Al-Motamid. Dris Diuri, sobre el que tratamos en nuestra
comunicación titulada “Dris Diuri y la revista “Al-Motamid” (Trina Mercader).
Una aventura utópica” presentada en las Jornadas de la Asociación “Larache
en el Mundo”, que dirige nuestro amigo Sergio Barce, en agosto de 2006, en
Larache, (www.laracheenelmundo.com, La
Gaceta Informativa de Larache, Número 5, Noviembre 2006, págs. 4-7)(5).
Mohammad Sabbag del que Trina publicaría El árbol de fuego en Tetuán,
1954, primer libro de la colección “Itimad” aneja a la revista. La
versión al español era del propio autor y de Trina Mercader. Llevaba unas
palabras de presentación de Vicente Aleixandre e incluía algún poema como el
titulado “Ira de Dios” que había aparecido en la revista Caracola, número 22,
agosto de 1954 en traducción de ´Abdel Latif Jatib y Trina Mercader. (6)
Es sabido que Trina Mercader contó con la colaboración de otros conocidos
escritores, figuras destacadas del hispanismo marroquí, que se encargaron
de la parte árabe de su revista: Mohammed Ibn Ázzuz Hakim y Amina Al-Luh serían
los nombres más recordados. Ahora quisiéramos referirnos a otro poeta marroquí:
Ahmad Tribaq Al-Yadri que tuvo la amabilidad de contestar a nuestra carta en la
que le solicitábamos noticias del ya citado ´Abdelqáder Al-Muqaddam.
Su respuesta se publicó en el número 1 de la revista mensual Rawafid,
Tetuán, febrero de 2006, p. 25 con el título siguiente: “Hamilu liwá
al-taydid fi shamal al-Magrib. 1-Al-shá`ir al-mu´tazil ´Abd al-Qádir
al-Muqaddim” (Los portadores de la bandera de la renovación en el norte de
Marruecos. 1- El poeta retirado (o aislado)....) que ha sido traducido al
español por mi buen amigo Mohammed Anakar.
Y se refería entre otras cosas, tras disculparse por el retraso en
contestar a mi carta por haber estado enfermo, al movimiento de renovación de
la poesía marroquí, al que perteneció Mokaddam – tal como era conocido su
nombre – desde los años 40: cuando publicó su poemario “Los fulgores de la
esperanza” en 1948, tal como dijimos más arri- ba. Entonces publicó en
revistas marroquíes como Da´wat al-Haqq y Risalat al-Magrib, y
periódicos, como Al-Mithaq. Trabajó en la Escuela
Islámica y privada (Madrasa al-islamiyya al-hurra) de ´Abdallah Guennún,
en la Alcazaba tangerina. Luego pasaría al campo de la información
radiofónica. “Durante la década de los setenta se le podía ver caminando
apresuradamente, tras abandonar su trabajo en la emisora, para dirgirse algunas
veces a la librería Alfarabi donde indagaba por el nuevo número de la serie “La
Pequeña Enciclopedia” que se vendía por menos de medio dirham. Luego se pasaba
a saludar a su amigo Mohammed ´Allal al-Sinhayi, el dueño de la librería antes
de regresar a su casa, en el camino de Ibn Al-Hayzam...Tuve la ocasión de
visitarle en varias ocasiones y así pude comprender los motivos de su
aislamiento y las circunstancias de su retiro. Pensé en rescatar algunos poemas
que me mostró dudando de que pensara en guardarlos después de oirle decir:
“Todo es vano. Aquellos poemas son absurdos, de arriba abajo”, así juzgaba su
legado poético. Algunas tardes pasaba por su casa y deploraba verle en tal
situación, en su hermetismo y en su orgullosa postura...Le veía otras veces
caminando para dirigirse a la mezquita Buhut, cercana a su casa. ¡Qué le vamos
a hacer! La injusta vejez termina con nuestros poetas y les cubre el olvido, lo
mismo pasó con su colega ´Abdelmalik Al-Bilguiti, otro poeta de aquellos mismos
años (autor del “Ramo de poesía”, de 1947) ¡Que Dios bendiga a los poetas
olvidados!”. Y terminaba con palabras de agradecimiento por el recuerdo que le
había dedicado.
BIBLIOGRAFÍA AÑADIDA
Abdellah Djbilou: Florilegio poético sobre Al-Motamid. Selección
e introducción de ... tetuán, Asociación Marroquí para los Estudios Andalusíes,
2005. (Incluye la “Elegía a Almotamid” de Trina Mercader)
´Abd Allah Hammadi: Al-Andalus bayna-l-hulm wa-l-haqiqa (Al-Andalus
entre el sueño y la realudad) (Conversaciones con poetas andaluces).
Constantina, Ediciones del Laboratorio de Literatura y Lingüística, 2004.
Ahmad ´Abd Al-´Aziz: Al-Magrib al-´arabi fi-l-shi´ir al-isbani
al-mu´asir (“El Magreb árabe en la poesía española contemporánea”). El
Cairo, 1989.
___________________: Al-Andalus fi-l-shi´ir al-isbani bá´d al-harb
al-ahliyya (“Al-Andalus en la poesía española después de la guerra civil”) El
Cairo, 1989 (3ª edición)
Fernando de Ágreda: “Recuerdos de Marruecos y de sus escritores”. Madrid,
Revista Amanecer del nuevo siglo, Nº 120, Junio de 2001, págs.
76-77.
Rodolfo Gil Grimau: Aproximación a una bibliografía española sobre
el Norte de África (1850-1980). Prólogo de Alfonso de la Serna. Madrid,
Ministerio de Asuntos Exteriores, Dirección General de Relaciones Culturales,
1982.
“Homenaje a Trina Mercader y la revista Al-Motamid”. Institutos
Cervantes de Marruecos, del 18 al 26 de marzo de 2003. Se ha recogido en
un diskette la revista casi íntegramente, ordenada por las diferentes épocas en
que se publicó.
Literatura y pensamiento marroquíes contemporáneos. Instituto
Hispano-Árabe de Cultura-Facultad de Letras de Rabat. Serie “Antologías Nacionales”,
III. Madrid, 1981. (Referencias de Muhammad Ibn ´Azzuz Hakim, Ahmad Literatura
y pensamiento marroquíes contemporáneos Tribaq, Muhammad Sabbag, etc.)
Mª Dolores López Enamorado: Larache a través de los textos. Un
viaje por la literatura y la historia Sevilla, Junta de Andalucía,
2004 (Incluye cuatro poemas y un relato dedicados a Larache por Trina
Mercader).
Jacinto López Gorgé: “Memoria personal: Revistas y publicaciones literarias
en el Marruecos español”. Málaga, Puertaoscura. Revista de Ultramarinos,
nº 3-4, (1986) págs. 62- 65. Traducido al árabe por Idris Al-Masmudi en Mawasim.
Revista trimestral de Cultura y Creación, Primavera, 1995.
Mohammed Bennis: Tahirat al-shi´r al-mu´asir fi-l-Magrib. Beirut,
1979
Mohammad Sabbag: Del fuego y de la luna y otros poemas (Antología).
Selección, prólogo y notas de Jacinto López Gorgé. Madrid, colección “Adonais”
1990.
Mohamed Laabi: Voces de Larache. Edición, introducción y
selección de .... Asociación de Escritores en lengua española (AEMLE) y Agencia
Española de Cooperación Internacional (AECI), Tánger, 2006. (Incluye varios
poemas dedicados a Larache por Trina Mercader).
Fernando de Ágreda Burillo
Enero del nuevo año, 2007
(1) Se refiere a la conocida revista ANTHROPOS,
de 1994, que publicó un monográfico dedicado a recoger los datos principales de
su biografía, titulado: Cesáreo Rodríguez-Aguilera. Legitimación humana
de la Moral y el Derecho. Poesía y Arte como expresión de la luz más
oscura. Existe además la Fundación Cesáreo Rodríguez –Aguilera
que depende de la Universidad de Jaén (www.ujaen.es/serv/vicext/fundacion_cesareo.html).
Jacinto López Gorgé recogió efectivamente uno de sus poemas, el titulado
“Sájara”, de su poemario Sáhara de la vida (1948) en su
antología Marruecos en la poesía española contemporánea,
publicada en Granada, en la colección Ibermagrib, en 1990.
(2) Revista de Información de la
Comisión Nacional Española de Cooperación con la UNESCO, nº 25,
enero-marzo 1981.
(3) En la parte árabe dice que se había
publicado por la editorial Al-Mahdiyya de Tetuán. No hemos podido consultar
este libro que por la fecha de su publicación será de difícil localización.
(4) “Vicente Aleixandre en el mundo
árabe” se publicaría en las Actas del Primer Congreso Hispano-Africano de las
culturas mediterráneas “Fernando de los Ríos Urruti”(11 al 16 de junio de
1984), vol. II, tituladas España y el norte de África. Bases históricas
de una relación fundamental (Aportaciones sobre Melilla), dirigidas por
Manuel Olmedo Jiménez.
(5) Mohamed Chakor y Sergio Macías: Literatura
marroquí en lengua castellana. Prólogo de Alfonso de la Serna. Madrid,
1996, págs. 41-44. Esta obra ha sido criticada por excesiva, pero
en mi opinión tiene muchos aspectos positivos que merecen resaltarse, como es
el hecho de recuperar la obra y los méritos de muchos hispanistas marroquíes
que eran escasamente conocidos. Y eso es lo importante.
De Chakor asimismo es otra obra colectiva: Encuentros literarios:
Marruecos-España-Iberoamérica. Madrid, CantArabia, 1987. En este volumen,
de la colección Almoradú, nº 2, colaboran Sergio Macías, Jacinto López Gorgé
(“Dos revistas hispanomarroquíes”, en la que se refiere muy detalladamente a la
revista y a Trina Mercader en concreto con revelaciones personales que merecen
ser leídas), Luis Jiménez Martos y Miguel Bayón.
(6) El texto original de El
árbol de fuego (Shayarat al-nar) se publicó en Tetuán un año después,
es decir en 1955. Incluía las palabras de presentación de Aleixandre,
traducidas al árabe lógicamente y un retrato de Sabbag dibujado por la propia
Trina. La versión al español obtuvo una mención honorífica del premio “Escultor
José María Palma”. Pedro Martínez Montávez incluyó el poema “El loco” de este
poemario de Sabbag (con un comentario en el que recogía las palabras de José
Ángel Valente en su reseña de la revista Índice , Septiembre
de 1955,, y citaba las obras de Sabbag publicadas hasta entonces: Aroma
ardiente (Al-´abir al-multahib) Tetuán, 1953, con prólogo
de Bulus Salama; Aliento herido (Al-luhat al-yarih), 1955;
Ver el comentario de Mohammed Chakor en el semanario MARRUECOS de 13
de septiembre de 1976, pág. 11.
Mohammed Sabbag ha publicado después varios libros. Recordaremos también su
colaboración con Leonor Martínez en la traducción de El rumor de los
párpados del gran escritor libanés Mija`il Un´ayma que aparecería en
Madrid, en 1956, en la colección “Adonais” .
Aitor L. Larrabide, que trabaja en el Centro de Estudios de Miguel
Hernández de Orihuela (Alicante) mea ha facilitado algunas referencias que no
conocía: así, por ejemplo, la reseña de María de Gracia Ifach, que también
colaboró en las páginas de Al-Motamid, titulada: “La poesía
en Marruecos: Trina Mercader y su revista “Al-Motamid”, publicada en el diario
valenciano Las Provincias (falta la fecha); y de la
sección literaria (Noticiario) de E. A. J. 21 Radio Melilla (“Los números 5 y 6
de la revista “Al-Motamid”).
Recientemente he conocido otros aspectos de la vida de Trina – su amistad
con las compañeras del Ayuntamiento: Petra, Conchita y Natividad, gracias
a Ángela (“Angi”) Ramírez Gutiérrez, nacida en Larache, que conserva los
recuerdos de su hermana Natividad o María, gran mujer, según me dice, fallecida
recientemente, y que ha tenido la amabilidad de comunicármelos a través de mi
querida amiga Lola López Enamorado en un texto muy emotivo titulado “Historia
de una romántica mujer”
|
Añadir leyenda |
Poema de Pilar Paz Pasamar dedicado a Trina Mercader |
Carta de Pilar Paz Pasamar a Fernando de Ágreda |
Poema de Fernando de Ágreda a Pilar Paz Pasamar |
Trina Mercader, caricatura por Estrella Pérez de Amar. |
Carta de Trina Mercader a Ibrahim Ilgui (7 de mayo de 1947)
Amina Loh, esposa de Ibrahim Ilglui en su casa de Rabat con Fernando de Ágreda.
Dedicatoria de Trina Mercader a sus amigos Ibrahim Ilglui y Amina Loh |
Carta a Ibrahim Ilglui |
Homenaje a Trina Mercader y a la revista Al- Motamid, año 2003 en la revista "Amanecer del nuevo siglo" |
Elegia a Motamid, poema de Trina Mercader |
*******************************
Esquela de Trina Mercader ***************************** |
Plano hotel Nacional |
Hotel Nacional en Tetuán |
Invitación ******************************************* |
LARACHE
A Fernando de Ágreda
Desde el café Central la plaza de España
se abre a todas las miradas y se entona
la melodía del recuerdo por quienes habitaron
días de lontananza, sorbiendo la llama de la amistad.
La casa de Dris Diuri, la puerta de entrada al zoco,
la fachada, ya envejecida, donde vivió Trina Mercader,
el aroma del mar que se mete entre las venas hasta rescatar
el silencio más profundo,
la hospitalidad de Mohamed Sibari
y la lectura de sus libros,
la compañía de Mohamed Laabi, cicerone de tanta historia
habitada en milenios de tiempo transcurrido.
La lenta secuencia de las horas se precipita insostenible
por las calles, llevando en su recorrido el pétalo vencido
que el azahar depositó sobre la arena del Lucus si,
estremecida, dejara su destello en la fibra que alimenta
los rayos vencidos del crepúsculo.
Tanta raíz absorta por el aluvión de los años
se muestra oculta en la franja que el destino
precintó entre las cañas y el limo.
Paloma Fernández Gomá
Del libro Acercando Orillas
*************************
Fernando de Ágreda durante su intervención en Casa Árabe, en el homenaje a Mohamed Chakor. Madrid 2014.
**************************************************************
Por Fernando de Ágreda Burillo: Apuntes sobre las traducciones al árabe de la poesía española contemporánez. La revista Ketama.
Publicado en la revista "La Estafeta literaria", nº 615, 1 de julio de 1977. págs. 18-20.
*************************************************************************
Poema A GRANADA de Trina Mercader, amablemente cedido por Fernando de Ágreda.
Trina Mercader
***************************************
Gracias a la gentileza de Fernando de Ágreda arabista y biográfo de trina Mercader, podemos mostrar estos escritos relativos a Trina Mercader y titulados "Historia de una romántica mujer".
Para posar en algo los besos que le sobran.
Lo que se aleja siempre de su mano vacía.
blando temblor intacto que una caricia anega.
muchacha que ha besado la curva de sus hombros,
que se acaricia, lenta, con dolida ternura.
donde los gritos crecen de plenitud ahogados.
para sí misma crece su vegetal milagro,
y una dulzura virgen va invadiendo los ramos.
Y este otro poema que hemos preferido entre otros:
He dado a mi silencio siete vueltas de llave.
Voy cercenando el tallo de mi sangre;
La entraña que mantiene mis cortadas raíces,
hiriéndome en el signo por el que soy,
negándome.
Llevo oculto mi fuego,
Mis hondas libertades.
sin este denso enigma
que me resume toda en duro arcángel.
Quiero ser sólo madre.
O mujer. Mujer sólo, sin reverso ni orilla
Y amaros en silencio, dulce, pasivamente,
Sin que lo sepa nadie.
* * *
Unos recuerdos llevan a otros. El nombre de José Ángel Valente figuraba en la bibliografía de mis primeros estudios sobre la literatura marroquí contemporánea a raiz del artículo que publicó en septiembre de 1955, en la revista madrileña Índice de Artes y Letras. Seguramente había leído la mención que Pedro Martínez Montávez, mi guía en aquellos estudios, hacía de él al tratar de la poesía de Mohammed Sabbag. ¡Eran tan escasas las referencias literarias que había entonces sobre el país vecino!
Está dispuesta la vida a comenzar.
Hemos partido el pan, los alimentos,
hemos dividido los sueños por igual.
Esta es tu casa.
Estoy, está tu risa: he dicho la verdad.
Hemos partido el pan.
La mesa está cubierta de claridad.
rompiente en que el mar océano se engendra o se deshace y el naufragio inminente todavía,
no se ha consumado,
ciegamente te amo.
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