Antonio García Velasco
Natural de Fuente Piedra (Málaga). Profesor Titular de Universidad del Departamento de Didáctica de la Lengua y la Literatura, Facultad de Ciencias de la Educación, Universidad de Málaga; Doctor en Filosofía y Letras (Filología, Sección de Filología Hispánica)
Un zéjel para Paloma
Zéjeles y villancicos
Un zéjel para Paloma
celebrando su saloma.
Un ruiseñor ha cantado.
De zéjeles ha llenado
un libro tan acertado
que merece su diploma.
Un zéjel para Paloma
celebrando su saloma.
Saloma que el marinero,
invitando al compañero,
canturrea lisonjero
al tirar de la maroma.
Un zéjel para Paloma
celebrando su saloma.
Ha sabido poner voz
en casa con tejaroz
de zéjeles y altavoz
que sobrepasan la loma.
Un zéjel para Paloma
celebrando su saloma.
Celebro
con este zéjel el libro de Paloma Fernández Gomá. No es frecuente que con un
poema se celebre la publicación de un libro de poemas. Pero el libro Zéjeles
de Alborada ha tenido, entre otras, la virtud de despertar mi interés por escribir
en esta estrofa de tanto sabor popular que arranca del siglo X, en la poesía
hispanoárabe, sigue cultivándose en la Edad Media, y cuyo interés se prolonga
hasta la actualidad, pasando por el Renacimiento, Manierismo, Barroco… y, ya en
el siglo XX, por Juan Ramón Jiménez y notables poetas del 27, bien en la forma
propia del zéjel, bien en la forma más evolucionada del villancico. Estos
autores recientes, dentro de la corriente neopopularista, suelen preferir las
rimas asonantes, cuyo empleo suaviza la musicalidad e introducen variantes en
la mudanza o/y en el estribillo. Veamos un ejemplo de Rafael Alberti, en el que
la mudanza se reduce a dos versos sueltos y el estribillo a un solo verso que,
además, es modificado en su empleo tercero y final:
Blanca-nieve se fue al
mar.
¡Se habrá derretido ya! Estribillo
Blanca-nieve, flor del
Norte,
se fue al mar del
Mediodía, Mudanza (versos 3 y 4)
para su cuerpo bañar. Verso de vuelta
¡Se habrá derretido ya! Estribillo
Blanca-nieve,
Blanca-y-fría,
¿por qué te fuiste a la
mar Mudanza (versos 7 y 8)
para tu cuerpo bañar? Verso de vuelta
¡Te habrás derretido
ya! Estribillo
Lo mismo
puede ocurrir con los villancicos, que no se deben confundir, con las canciones
propias de la Navidad. Escribe Juan Ramón Jiménez, el siguiente en el que
aparecen: estribillo (dos versos), mudanza (redondilla), verso de enlace
(rimado con el cuarto de la redondilla), verso de vuelta (que rima con el
estribillo) y, de nuevo, estribillo. Combina, por otra parte, versos de seis y
ocho sílabas, salvo el tercero de la segunda mudanza que tiene sólo cinco
sílabas.
Verde verderol,
endulza la puesta del sol.
Palacio de encanto
el pinar tardío,
arrulla con llanto
la huida del río.
Allí el nido umbrío
tiene el verderol:
Verde verderol,
endulza la puesta del sol.
La última brisa
es suspiradora;
el sol irisa
al pino que llora.
¡Vaga y lenta hora
nuestra, verderol!
Verde verderol,
endulza la puesta del sol.
Soledad y calma;
silencio y grandeza.
La choza del alma
se recoge y reza.
De pronto, ¡oh belleza!,
canta el verderol.
Verde verderol,
endulza la puesta del sol.
Su canto enajena.
-¿Se ha parado el viento?-
El campo se llena
de su sentimiento.
Malva es el lamento,
verde el verderol.
Verde verderol,
endulza la puesta del sol.
Aunque
de cuando lo explicaba a mis alumnos de literatura, se me viene un apunte de
literatura medieval en el que ya se emplean variantes respecto al esquema del zéjel
inicial. Decía así:
El zéjel es una composición popular de origen árabe andaluz (similar a
la moaxaja, pero en lengua árabe o romance) que se extendió por toda España.
Esquema de un zéjel medieval:
Con amores la mi
madre,
con amores me
adormí.
|
Estribillo
|
Así dormida,
soñaba
lo que el
corazón velaba:
que el amor me
consolaba
|
Mudanza (tres (o
cuatro) versos monorrimos)
|
con más bien que
merecí.
|
Verso de vuelta
|
Con amores la mi
madre,
con amores me
adormí.
|
Estribillo
|
Adormecióse el
favor
que Amor me dio
con amor;
dio descanso a
mi dolor
|
Mudanza (tres o
cuatro versos monorrimos)
|
la fe con que le
serví
|
Verso de vuelta
|
Con amores la mi
madre,
con amores me
adormí.
|
Estribillo
|
Paloma
Fernández Gomá ha preferido volver a la composición primera para crear los
diecisiete zéjeles que incluye su libro, con la correspondiente traducción al
árabe. Un ejemplo:
XVI
El
ruiseñor cantaría
en
el borde de la ría.
Hojas
de mirto y laurel
sobre
la fronda de aquél
el
más hermoso plantel
de
la mar que florecía.
El
ruiseñor cantaría
en
el borde de la ría.
Esa rima en -ía del
estribillo se va a repetir en todos y cada uno de los zéjeles, quizás con un
empeño de unidad puesto que parece referirse siempre al canto del ruiseñor.
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