Matar poetas, Juan Cobos
Wilkins. Fundación José Manuel Lara. 2019
Esta nueva entrega de Juan
Cobos Wilkins es una mirada abierta al mundo, perfilando el entrono actual que habitamos,
donde estamos sumidos en una extraña resaca de sueño invernal. Cobos Wilkins
nos despierta de esta resaca, remueve las conciencias y dice matar poetas, para
que la sociedad reaccione y los hombres hablen, escriban, diluciden y den
salida a muchas cuestiones que mantiene
a las personas cautivas en las redes de un materialismo globalizado, que no da
soluciones; sólo aumenta el ego de una sociedad adormecida por el consumismo.
Matar poetas es cerrar los ojos y mirar a otro lado, eludir la realidad; ya que
los poetas son una fuerza viva y esclarecedora que no conviene despertar, por
lo cual lo mejor es anularlos para que no hablen.
Nos dice el poeta en la
pag. 18 “Admitir que la muerte tampoco es para tanto./ Aceptar que la vida ya
fue y no tuvo mis ojos.”
En el poema, No entiendo explicarte esta nada
Wilkins llama a todo lo querido, que enmudece.
Pero el poeta continúa con
otros poemas adentrándose en la búsqueda de poder asirse a un recuerdo, un
tiempo, un amor por descubrir; siempre detrás de sus versos contundentes,
buscando hallar una realidad recurrente, que cabalga junto a nosotros.
Encontramos poemas como: Intenta explicarme el eterno retorno de
escribir, Intenta explicarme los temas de la obra, Intenta explicarme la
vulnerabilidad, Intenta explicarme las ausencias, Intenta explicarme como
sobrevivir a la noche, Intenta explicarme el daño, Intenta explicarme el tiempo
perdido, Intenta explicarme la piedad.
Estos poemas llevan otros
poemas, a manera de respuestas encadenadas, a las cuestiones anteriores, para tratar de indagar
en las ausencias, el daño, la piedad o el tempo perdido.
Leemos:” y tú estabas
también/ en esa foto a solas con la Vida: eras/ya este poema que hoy se
escribe/ y le escribes: corona/de espinas y luciérnagas…”
Las explicaciones efímeras
o no concluyentes de las cuestiones anteriores se resumen en un “no intento
explicarte”, porque quizás para nuestro autor y para sus lectores estas
cuestiones planteadas en los poemas no tengan una explicación válida o
coherente. Por eso nuestro poeta de manera deliberada recurre a predicamentos
religiosos para interrogar a tantas preguntas, asuntos o interrogantes por
resolver.
Estamos ante un libro
singular ideado desde un pensamiento reflexivo, auténtico y abierto a la
realidad que acontece, que no cierra los ojos, por el contario los abre, mira e
interroga con bellos versos de crítica contenida, cuando no abierta a la
sociedad, dentro de una lírica única de gran fuerza expresiva.
Estas connotaciones las
vemos a lo largo de todo el libro y en versos tan clarividentes como “ Entra en
ti, te posee,/lanza herrumbrosa que atraviesa el costad,/astilla ente la uña y
la carne./Puño/que con toda su fuerza, con la vida, tu vida, golpea/desesperado
el aire, lo golpea, golpea,/y los nudillos quedan por siempre ensangrentados de
aire.”
Versos profundos de cierto
matiz religioso: la herida en el costado de Jesús y la incredulidad de Tomás
confirman una sentencia de daño ocasionado.
La vulnerabilidad la
expresa José Cobos Wilkins, en versos tan sabios como: “Todo dura un minuto ,un
instante. No más,/menos. Hasta que ves/ venir un dedo gris, un largo dedo gris/
de niebla hacia tu pecho”
Continúa el poeta el
periplo sobre su realidad (la realidad que rodea al hombre), explicando las
claves de la soledad:”llevan una revista, tablet o alguna agenda/inútil al
restaurante para fingir que lees, que consultas,/que anotas. Para
disimular/mientras en otras mesas ríen, brindan, celebran.”
Wilkins despide el libro
con un intento de continuar el camino de denuncia flagrante de una
sociedad, la mayor parte de las veces,
corrompida; para acabar diciendo:
“Aunque matar poetas sea
esta redentora autodestrucción”.
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