sábado, 7 de diciembre de 2013

Querrido Sibari: Te echamos de menos todos los amigos que en tus  días de vida estuvimos a tu lado. Disfrutábamos con  tu presencia y tus palabras. No sólo  nos has  dejado tu legado, sino  también tu recuerdo de  hombre dedicado a  las letras, que pensaba en español y así escribía. Un amigo entre  los amigos, un pensador en libertad, que ceñía la  fuerza de su conciencia a  las palabras para enviarnos siempre un mensaje  reivindicativo.
Aquellos que te quisimos y que de ti aprendimos a escuchar la voz de la calle como ejemplo de la sabiduría popular,  hoy deseamos dedicarte unas palabras.
Tú desde el paraíso escucharás nuestras  voces  y sabrás de nosotros.
                                                                                  Paloma Fernández Gomá
 Khalid Raissouni, Francisco Cubillas,Mezouar El Idrissi, Paloma Fernández Gomá, Mohamed  Laabi, Abdelatif Limami, Said Jedidi, José Ramón Remacha y Tejada, Sergio  Barce,  Mohamed  Bouissef, Mohamem Akalay,  Mohamed  Sibari, entre otros.


LUTO  EN  EL  HISPANISMO  MARROQUÍ
                                                                                  Por Encarna León
El 27 de noviembre de 2013 falleció a los 68 años, uno de los escritores marroquíes más destacados que ha escrito su obra en  lengua española, Mohamed Sibari nacido en Larache en 1945, un gran hombre que ha dejado profunda huella en el hispanismo marroquí, y también en los numerosos  amigos que hemos seguido su trayectoria literaria durante muchos años.
Nacido en las orillas del río Lucus, Sibari, durante su infancia realizó estudios primarios y secundarios en Larache y más tarde, los superiores, en Granada ciudad a la que amaba y la que fue motivo de inspiración en sus primeros trabajos poéticos. Tiene unos hermosos versos dedicados a la Al-Hambra. Hablamos en muchas ocasiones de su paso como estudiante en esta ciudad andaluza, cómo le cautivó y cómo percibía el embrujo de su historia. Al regresar a Marruecos fue profesor en el colegio español, Luis Vives, de Larache; realizó trabajos como funcionario de Sanidad Pública (administrador de los hospitales de Arcila y del Provincial Al Kortobi de Tánger); fue miembro fundador y Secretario General de la Asociación de Escritores Marroquíes en Lengua Española (AEMLE); Presidente de la Asociación de Hispanistas de Larache; miembro activo y honorífico en varias asociaciones literarias nacionales y extranjeras; candidato al Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades (fue nominado por la universidad MoulayIbn Mohamed Abdellah de Fez); recibió La Cruz de Oficial al Mérito Civil, que le otorgó el Rey Juan Carlos I; en Chile, fue distinguido con la Medalla de Honor Pablo Neruda y merecedor de otros homenajes tanto en Marruecos como en España.
Sibari fue periodista, con más de un centenar de artículos, poeta, novelista, especializado en relato corto, a través del cual dio a conocer costumbres y tradiciones  marroquíes, con una prosa fresca y dinámica para disfrute de todos los lectores. Títulos de sus obras  son: Pinchitos y divorcios, Relatos de las Hespérides, El babuchazo,  Relatos del Hammam, Diez poemas de amor y una paloma y Limosna de amor entre otros. Su obra completa alcanza más de veinte publicaciones entre narrativa y poesía. Figura en varias antologías hispano-marroquíes. Dijo en una ocasión sobre sus propios trabajos: “Toco todos los géneros, son costumbristas, trato de escribir lo que acerque a España y Marruecos, que sea un puente”, y en otro momento: “Yo escribo directamente al español, no pienso en árabe sino que escribo en español para acercar las dos culturas y se disipen los nubarrones que puedan existir entre los dos países”.
Jacinto López Gorgé en el 2000, con motivo de la publicación  Relatos del Hammam, decía: “Los cuentos de Sibari están salpicados de nombres y detalles de costumbres españolas que aún perduran y no se han perdido, en casi todo el norte de Marruecos. Mohamed Sibari y su entorno cultural han sido siempre de formación y raigambre españolas. Y ello está presente y se nota en todos sus escritos”.
No conocí personalmente a Mohamed Sibari, no hablé cara a cara con él, no coincidí en ningún acto cultural pero mantuvimos una buena relación epistolar, primero, mediante cartas por correo tradicional, más tarde a través del correo electrónico. Mi amistad con él se remonta a finales de los años noventa, desde entonces hemos estado en contacto, nos hemos intercambiado nuestros libros, hemos opinado sobre corrientes literarias y sobre los encuentros hispano-marroquíes de Algeciras, Málaga, Tetuán y Larache, y siempre con el deseo de coincidir en alguno de estos eventos. Por eso, cuando en 2010 se le rindió un merecido homenaje en la revista intercultural Tres Orillas  números 15-16 (Algeciras, septiembre 2010) y su directora, la escritora Paloma Fernández Gomá me invitó a participar en sus páginas, acepté muy gustosa y en el apartado destinado a poesía, le dediqué unos versos que hacían alusión a varios títulos de sus obras:

BABUCHAS  DE AMISTAD

A Mohamed Sibari

Has llegado hasta mí
con la fuerza del hammam
y las hespérides,
y con otras palabras de
sabor a especias y palomas
amigas.

El espacio, lugar preciso
de claros y tormentas,
ahuyentó los truenos que
a veces acompañan,
para llenar de luz
nuestras nobles conciencias.

He calzado babuchas de
amistad  y distancias,
y con ellas
recorro los caminos que
hasta ti me llevan
en esa hora incierta
en que te vence el sueño,
y es posible el milagro
de cauces compartidos.

                (Algeciras. Cádiz, 2010)

Mohamed Sibari tenía previsto presentar en Algeciras su última novela, basada en hechos reales que se desarrollan entre Algeciras, Gibraltar y Tánger, el día 28 de enero del próximo año, acto que seguirá adelante según sus organizadoras Paloma F. Gomá y Nuria Ruiz, ambas escritoras residentes en esa ciudad, ya que acordaron en su día realizarlo con el autor ahora fallecido, inesperadamente.
Descanse en paz el escritor y amigo, Mohamed Sibari.
                                                                         Melilla, 28 de noviembre de 2013




CUANDO UN AMIGO SE VA ALGO SE MUERE EN EL ALMA QUERIDO SIMO. PERO LA AFIRMACION DE TU AMISTAD VITALICIA QUE ME ACABA DE LLEGAR CON TU DEDICATORIA DE PUÑO Y LETRA EN LA PENULTIMA DE TUSOBRAS “ TRES ORILLAS Y DOS MARES” ME DICE QUE LA VIDA NO SE ACABA CUANDO EL RECUERDO PERVIVE.
ASI SERA CADA VEZ QUE PIENSE PASE O ESCRIBA POR “LA CALLE DEL AGUA” QUE ES EL ESTRECHO Y CUYA SAL LLEGA HASTA LARACHE. GRACIAS POR HABERNOS DESCUBIERTO LA MAGIA DEL BALCON DEL ATLAN TICO Y EL ALMA DE TU MARRUECOS. ESTA ES TU ULTIMA OBRA QUE NO SE ACABA EN EL TIEMPO.
                                                                                             José Ramón Remacha
                                                                                              Embajador de España




Evocaré aquí sólo un momento singular de nuestra amistad, ese instante en que abriste la caja literaria de Pandora. Fue aquella tarde de 1993, amigo Sibari, en que me invitaste a casa para anunciarme que te proponías publicar tu primera novela. Querías conocer mi opinión como lector y sobre todo como crítico. Hablamos de la forma e insististe en que el contenido del manuscrito se mantendría tal cual. Nuestra conversación recordaba la de unos espías que hablaban de cómo desactivar o lanzar una bomba. Poco después la novela se publicaba bajo el emblemático y extraño título de "El Caballo", una ficción sobre un atípico y fracasado emigrante, ambientada en el Larache de tiempos del Protectorado español, donde cristianos, musulmanes y judíos aún convivían en armonía. Nacía la primera novela marroquí en español. A aquel acto heroico precursor le siguió otro, más atrevido, el de crear una asociación, la AEMLE, cuyo único objetivo quijotesco era el de animar a nuestros paisanos a publicar en español, contribuir a difundir la lengua de Cervantes y, por ende, acercar a las dos orillas. No me creíste cuando te dije que acababas de abrir la caja literaria de Pandora. En efecto, aunque llevábamos tiempo publicando artículos y relatos en el semanal La Mañana, muchos de los escritores marroquíes, ahora conocidos del público, se apresuraron a sacar sus polvorientos manuscritos y, siguiendo tu acto de valentía, se pusieron a buscar apresurada y angustiosamente una editorial. Hablo de Pandora porque inmediatamente después de "El Caballo" se desataron las conocidas controversias, las denigraciones, las incertidumbres y las críticas más acerbas en torno a esta literatura peculiar.
Nuestra amistad data de los años 70. Siempre te recordaré como a una persona culta, inteligente, un narrador innato, con un sentido refinado de humor y con esa determinada vitalidad literaria tuya que perduró hasta el final. No te diré adiós, amigo Sibari, ce n’est qu’un au revoir.
                                                                                                            Ahmed Oubali



A Don Mohamed Sibari

Tu clepsidra se paró

Y la pena me ahogó.

¡Murió! ¡Murió!- pregonó la Dama Cenicienta

Tu brusca partida.

¡Ay amante de las cimas!

Tu viento desnudo se apagó

En la senda señera.

Senda desprovista de luciérnagas y tomillos.

¡Ay compañero del alma!

Tu copla inconclusa El Cielo se llevó

Venturas y faenas además.

Mas puedes descansar tranquilo:

Tus sombras sonoras te hacen gigante e inmortal.

En el Edén príncipe coronado te miro y te admiro.

                                                                   Rachid BOUSSAD







Fernando de Ágreda. Publicado en "Literatura sibariana", Larache 2011






Mohamed Sibari en una fototograía enviada por Fernando de Ágreda.



Me enteré del fallecimiento de Sibari a través del peridista Abdelkahalak Najmi elmismo día del triste suceso y supuso para mi una gran conmoción porque apenasunos días antes recibía en mi casa, firmado por él, su último libro y un ccon unade sus conferencias. A mi entender, Sibari ha sido uno de los hispanistasmás importantes de los últimos tiempos en marruecos después de Chukri, y me siento orgullosa de haber sido su amiga y confindente, en estos últimos años, enla realización de su último libro, una novela basada en hechos reales sobre Algeciras, Gibraltar y Tánger. De hecho la escritora Paloma Fdez. Gomá y yo teníamos previsto presentar su libro en Algeciras el 28 de Enero, acto que seguirá adelante, después de hablar con ella, como homenaje póstumo. No solo fue un buen escritor sino una bella persona que amaba al español tanto como a su propia tierra. Alá lo tenga a su lado.

                                                                                                                  Nuria Ruiz F.



A MI QUERIDO SIBARI
“Mi jarduina zuina...” así empezaba siempre sus diálogos conmigo...y apostillando y reforzando su frase terminaba.... ¿cuándo vienes a Larache?...” tenemos que preparar esto...aquello...o…… esto otro ¡¡...
Era incansable...su espíritu no tenia fin.. su alegría por seguir con todo lo que tenía entre manos era contagioso.
El que, en estos últimos años le hubieran hecho tantos y tantos homenajes, y que recogiera los frutos de su incansable labor de propagar el Hispanismo por todo el mundo profundizando en las relaciones Hipano-Marroquies a través de su obra literaria, le hizo más grande. .
Ese querer saber más, que nos produce su obra, su Hispanismo, su estilo propio.., todo ello a través de sus escritos e historias de su amada Larache, con congresos, doctorados, sobre su obra, transmitiéndose a todas las universidades e institutos no sólo del norte sino de todo el territorio Marroquí, asi como en universidades como la de Roma, Madrid, USA, le hicieron ver la vida con otro color. Con una mayor esperanza de futuro.
Así con ese entusiasmo renovaba sus libros, los reeditaba, sacaba nuevos y por último, hace tan solo un mes ve la luz su último libro, TRES ORILLAS Y DOS MARES, novela que rompe un poco los cánones de lo habitual en él pero a la vez divertido, sus personajes, su ambiente, hacen que mantengas la sonrisa constante a lo largo de su lectura y cuando terminas de leer te dices a ti mismo, ¿pero la historia ha terminado?
Pues parece que es corta...
Parece que tiene que tener una continuación…
Pero así era él.. así era...
Siempre decía “suiya suiya” ..mañana mas...ya verás........mañana más....
Hablaba y contabas historias y sus historias eran casi bien todas fruto de una gran carga social, moral y reivindicativa ..
De cada uno o una persona que conocía siempre tenía en su mente una historia, como las multitudes de historias que han llenado sus libros...eran su fuente de inspiración…
¿Pero son historias de verdad? le preguntaba muchas veces, cuando sentados en el balcón, teníamos un rato de charla mirando siempre el ainchaka ..su ainchaka, mi ainchaka ...y siempre con esa sonrisa, a veces asomando una pizca de ironia y a veces todo una explosión de carcajada . e .insinuando mi ingenuidad en la pregunta...me contestaba.. “Mi jarduina... ..Larache tiene muchas historias para contar, es una fuente inagotable de historias vividas, rememoradas y algunas las he vivido yo y para que todos aquellos jóvenes que no la conocen sepan y amen su tierra tanto como la amo yo, como la amamos nosotros, quiero que Alá me de fuerzas para seguir escribiendo.”
“Yo soy un lobo solitario que he luchado con la intransigencia de todos los que no han querido aceptarme, por ser como soy. Pero si he sido una persona que he convivido con todos los estamentos de esta época que nos ha tocado vivir, y esto mismo me ha dado una gran capacidad de aceptación y conocimiento de mis gentes.”
El Haketia lo dominaba a la perfección, miles de veces lo he oído hablar, cuando bajábamos, con mi madre. Era una gozada oírlos hablar a los dos y reírse por pequeñas cosas que recordaban ambos...
Dominaba el poder de la seducción de la amabilidad, del bien hacer...nunca se le oía una voz más alta que la otra….tenía miles de amigos que siempre iban a verle a su reino, su Balcón, cuando la vida le dió el mazazo de impedirle andar y aún así siempre mantuvo su sonrisa desafiando las adversidades.
Era generoso, sé que esto último no querría que lo dijera, pero sí..era generoso con todos los que a él venían en busca de ayuda.
Muy pocos lo conocían pero si todos le definían como alguien con quien se podía hablar de cualquier tema aceptando de quien vinieran.
Su último deseo era este, la presentación de este nuevo libro en Algeciras y una en Larache para el mes de Febrero.
Su deseo más intimo ver publicadas sus obras en una gran editorial..como habíamos hablado muchas veces..Una antología de sus obras…
Y esto será el mejor regalo que le podemos hacer, que su memoria nunca muera, …que siempre conviva con nosotros allá donde estemos y que sus nietos se sientan orgullosos de haber tenido un ”ba-sido” tan especial como fue Mohamed Sibari.
Habrá miles de historias escritas por todas partes y por todos los que lo queríamos para que, siempre esté vivo entre nosotros. Amén.
¡Te extrañaré mucho mi querido amigo.¡

                                                                                                  Angeles Ramirez (Angie)
                                                                                                ASOCIACION XENIA
                                                                                   Para la Cooperación al Desarrollo



LA ÚLTIMA OBRA DE ESCRITOR MOHAMED SIBARI

Por Abdelkhalak Najmi


El escritor larachense Mohamed Sibari recién fallecido, a los 68 años, el pasado miércoles 28 de noviembre en su ciudad, Larache tiene ya lista una nueva novela en español ´Tres orillas y dos mares´.
La obra ´Tres orillas y dos mares´ es una novela de 109 páginas y cuenta la historia de un tangerino llamado Loutfi Merchani que trabajaba en un barco, que hacía la travesía de Tánger a Gibraltar y viceversa.
El marinero entabló una relación amorosa con su compañera de trabajo, una inglesa llamada Mery. El padre de Loutfi no quiere que su hijo se casara con una cristiana sino con una musulmana tangerina.
En paralelo, la novela ´Tres orillas y dos mares´ cuenta, además de la historia de Loutfi, hechos históricos tales como: el cierre de la verja entre España y Gibraltar, la independencia de Marruecos y el fin del estatuto de Tánger como ciudad internacional.
El libro ha sido editado por la editorial Slaiki Fréres (Hermanos Slaiki) 2013, mientras tanto, la portada fue diseñada por Rachid Hanbali y la poeta española Paloma Fernández Gomá ha escrito el prólogo de la novela abordando el tema de ´La mujer en la obra literaria de Mohamed Sibari´.
El escritor marroquí Mohamed Sibari tenía previsto presentar su libro en Algeciras este año y en Larache en febrero de 2014. Este es un de los correos que me mandó el escritor larachense el 25 de octubre de 2013 sobre la presentación de su última novela: “El lunes mandaré algunos libros a Paloma Fernández Gomá y Nuria Ruiz. Ellas harán la presentación en Algeciras en noviembre y yo la haré en Larache en febrero. Por el momento no podré ir a España”.
En otro de sus mensajes decía: “Estas invitado desde ahora tú y Nuria. Se hará en la Delegación de Cultura en Larache, Inchalah” y sobre su última novela afirma: “Bien y el último libro ha sido un éxito”.
Hay que señalar que las obras del escritor Mohamed Sibari, incluida la última, se venden en la editorial Hermanos Slaiki, la librería Des Colonnes y la librería Les insolites, en Tánger y en la propia casa-museo de Mohamed Sibari en Larache.


LARACHE, SIN SIBARI
Sergio Barce, diciembre 2013

Este fin de semana lo he pasado en Larache. De camino al hotel, vi la fachada del antiguo edificio del Café Central medio cubierta con un cartel anunciando la presentación de un libro de Hassan Tribak. Ya no está el café desde hace mucho tiempo. Y había una silla vacía abandonada junto al portal del edificio.
Este fin de semana lo he pasado en Larache. Ha sido una escapada corta pero, como siempre, intensa. En cuanto llegué, pasé por la casa de Sibari y di el pésame a la familia. Ya han pasado nueve días desde su pérdida. Su hija María me invitó a subir al salón en el que su padre solía recibirme, nos sentamos y hablamos de él. El hermano de Sibari estaba a su lado, muy callado, asintiendo con la cabeza cada vez que yo le decía a María cuánto íbamos a echarlo en falta.
Me contó que murió al amanecer, y que esa noche Sibari comenzó a decir cosas sin sentido y también que se notaba muy cansado. Le pesaba la vida. Hablamos de los tiempos en los que estuvo con mi abuelo, y de los tiempos en los que estuvo con mis padres, especialmente con mi madre, y de los tiempos en los que estuvo conmigo. María asentía, y susurraba un “lo sé” suave y dulce.
Me contó que después de editar su nuevo libro, su padre iba a dedicárselo, como con cada uno de sus anteriores publicaciones, pero que cuando iba a hacerlo no encontró un bolígrafo a mano y lo dejaron para más tarde, y ahora tiene su novela sin las palabras que iban a ser solo para ella, y había un su voz un leve reproche dirigido a sí misma por no haber buscado en aquel momento ese bolígrafo. Y noté en María una congoja, una pena profunda, como si hubiera perdido lo último que Sibari podía regalarle.
Le conté entonces que tres días antes de fallecer, su padre me había enviado un mensaje para pedirme mi dirección de correo postal porque la había perdido, quería enviarme su última novela.
-Es un libro sibarístico –me escribió con su guasa habitual.
Le contesté en seguida, pero no tuvo tiempo de hacerlo.
María se levantó, entró en la habitación de su padre y me trajo un ejemplar. Le dije que no se preocupara, que lo compraría, pero ella insistió diciéndome que Sibari, como siempre había hecho, me lo habría regalado. Solo dijo eso, pero fue como si me confesara lo mucho que me había querido su padre. Ahora tengo el libro aquí, junto al teclado de mi ordenador mientras escribo este texto, y noto la cercanía de Sibari.
Le di las gracias a María, que estaba muy emocionada, y nos despedimos, y luego hice lo mismo con el resto de la familia que estaba en la casa. Yassín ya se había marchado hacía pocos días, así que no pude verlo.
Este fin de semana lo he pasado en Larache. Había algo extraño, una invisible niebla amarga en el aire y que se respiraba por sus calles, un aroma de ausencia.
En cada conversación surgía inevitablemente el nombre de Mohamed Sibari. Los que me conocen, sabían de nuestra estrecha relación y me hablaban de él y de que ya no lo veremos nunca más. Es raro imaginar Larache sin Mohamed Sibari. Es como si hubiesen derribado un edificio emblemático y ahora solo quedara un solar vacío en el que fuera imposible construir de nuevo.
Este fin de semana lo he pasado en Larache. Desde el Balcón del Atlántico miré al balcón de su casa, pero no había nadie. Mohamed Sibari ya no se asomará a él para ver el mar, ni tampoco nos verá llegar como antes, ni nos saludará desde allí agitando un brazo al pasar bajo su casa, y eso hará que nos convirtamos en forasteros al cruzar la calle de la Plaza.
Asistimos por la tarde al concierto que daba el grupo flamenco del Conservatorio de Córdoba en el Cine Avenida, y en el que también actuaron los músicos del Conservatorio de Larache. Fusionaron “La Tarara” y resultó electrizante. Ernesto Blanco, director del Conservatorio cordobés, y nacido en Larache, dedicó el concierto a Mohamed Sibari. Luego, hablamos de él. Nos parecía mentira que ya no estuviera allí.
Me encontré en la platea a Mohamed Laabi, y Sibari ocupó parte de nuestra conversación.
-Laabísticamente hablando –solía decir Sibari cuando Laabi comentaba algo, durante aquellos días en los que solíamos vernos en el Café Central.
Este fin de semana lo he pasado en Larache. Qué extraño imaginarla sin Sibari. Ahora pienso que se ha ido despidiendo lentamente, que a causa de su enfermedad optó por una retirada silenciosa y humilde. Primero abandonó la terraza del Central, donde siempre lo encontrábamos al llegar de regreso, charlando, riendo, tomando su té con azahar. Y aunque resistió cuanto pudo, primero con sus muletas, luego con la silla, acudiendo puntual a su cita diaria, en cuanto cerraron el Café todo cambió. Fue como si le impidieran el paso con un muro infranqueable. Luego, dejó de ir a la Casa de España, y sus salidas se fueron espaciando, hasta que en los últimos tiempos apenas abandonaba su casa. Facebook se convirtió para Sibari en su ventana al mundo y en su balcón privado que se comunicaba con los balcones de sus amigos.
Este fin de semana lo he pasado en Larache. Y ya no he visto a ese hombre que antes caminaba a paso ágil y rápido pulcramente vestido con su chaqueta azul marino de doble pecho y botones dorados, camisa blanca inmaculada y corbata oscura, pantalón gris, zapatos negros, y su gorra a cuadros y su bufanda. La sonrisa brillante en medio de su rostro, los ojos achinados cuando reía, tras la montura dorada de sus gafas, y una broma preparada en los labios.
-Si vienes y no me ves, es que estoy del revés.
El Café Central de la plaza de la Liberación sigue cerrado. Ya no hay mesas alrededor de su fachada. Tampoco hay voces pidiendo a Hamid té, café o una botella de agua Sidi Alí. Ya no hay nadie que pida permiso para sentarse al lado de Sibari, ni de ninguno de los parroquianos habituales. Ya no se escuchan sus frases al saludar a un amigo que pasa.
-Perdóneme que no me levante, joven –le decía a un hombre mayor que le estrechaba la mano, Sibari sentado en su silla de ruedas, sonriendo.
Este fin de semana lo he pasado en Larache. Solo hay recuerdos vagando alrededor, y una sola silla junto al portal del edificio del Café Central. Una silla abandonada que nadie ocupará jamás.
Este fin de semana lo he pasado en Larache. Y Sibari ya no estaba.


DESDE MI VAGÓN DE TERCERA
(Homenaje a Si Mohamed Sibari)
                                               Poema de  Abdelatif Limami




Ayer te vi,
Y ayer mismo te perdí.

Y me acuerdo,
Que desde tu sillón de primera,
Con tu perspicaz sonrisa,
Regalaste a mi alma pajiza,
Su billete para Tetuán,
En su vagón de tercera.

Me dijiste que un nuevo  barco iba a atracar,
En las orillas  de un Larache sin mar,
Despojado de su balcón,
Y del grato recuerdo,
Que antaño,
La diversidad,
Supo celosamente guardar.

El barco que me anunciaste,
Y que  tanto esperabas ya atracó,
Como otros,
Entre pinchitos y babuchazos,
Juderías  y regulares sombríos.

Como huérfanos,
Embarcaremos en él,
Escarbando con sollozos,
Los gratos recuerdos,
Que destruyen otros,
Los forasteros.
   
                     

No hay comentarios:

Publicar un comentario