lunes, 25 de noviembre de 2013

LA SONRISA DE ANA -historias de posguerra- de Encarna León. GEEPP Ediciones. Melilla  2013
 Por Paloma Fernández Gomá

La poeta Encarna León, autora de numerosos cuentos infantiles, acaba de publicar su primera novela corta: La Sonrisa de Ana.
Encarna León en esta novela nos desvela un tiempo pasado, el de la posguerra española, donde la mujer es el tema principal de la historia . Maribel, el personaje protagonista, encarna  toda una secuencia de datos relevantes que caracterizan a la mujer de la década de los años cuarenta. Una mujer sometida a su época, donde las costumbres incardinadas en una regla general: sus labores y el sometimiento a la voluntad masculina son una constante, y salirse de estas normas suponía ir contra corriente.
La exposición que Encarna León hace de los hechos nos traslada a otra época, donde la mujer tenía mucho que recorrer para hacer valer sus derechos de igualdad que como persona le pertenecen: El derecho a decidir sobre su propia vida, el derecho a ser respetada, a estudiar, a trabajar, a ser ella misma frente al mundo que le rodea, alejándose de todo “paternalismo”.
Toda una serie de vivencias de una generación pasada  donde la mujer era relegada a la voluntad del hombre se evidencia en esta novela.
Maribel es el personaje central de la novela de Encarna León, cuya voluntad es anulada por la de su padre, Andrés,  un hombre violento, posesivo y bebedor. Su madre, Marta, es la mujer doblegada y humillada que recibe malos tratos físicos y psíquicos por parte de su marido, sobre todo cuando está bebido.
Luis es el amante perfecto, novio formal y considerado de la época, que rompe el sistema preestablecido de su tiempo para poder estar con Mabel, como él llama a Maribel.
Ana es el fruto del amor entre Maribel y Luis, los dos protagonistas, y también es la promesa de un tiempo nuevo a donde mira su madre, Maribel, para dar por cerrado un pasado de abstinencia social que le obliga a huir de su casa paterna, para alejarse de la intransigencia de su padre y unirse a Luis, su novio de siempre.
El nacimiento de su hija Ana es la llave para poder alejarse de un reducto social que la privaba de libertad. La llegada de su hija Ana es el desencadenante de una realidad abierta a la renovación, donde la unión de los dos jóvenes obtiene todos los parabienes; ya que él ha “cumplido” en pro del ser que han engendrado. Cumplido pues, queda el precepto de la época y  Maribel puede mirar hacia el futuro.
La novela reúne numerosos datos tantos psicológicos como sociales que va desgranando la autora en su historia, a lo que también  hemos de sumar la magnífica descripción de lugares que nos ofrece Encarna León a través de una narrativa bien trazada y fluida , donde los  hechos transcurren hermanados a los personajes y su entorno, de forma disciplinada y plena de expresión, coordinando acontecimientos y situaciones.
Hay lugares emblemáticos en la narración como el ventanuco a través del cual transcurre buena parte de la vida de los protagonistas. El pequeño huerto de la casa de Luis o la tienda-hogar de los padres de Maribel. Toda una invitación de nuestra autora para descubrir el entorno de los años cuarenta. También a la novela se suman costumbres, como la venta ambulante de agua, las corridas de toros a las cinco empunto de los domingos o los paseos festivos de muchos granadinos por la “Redonda”
( Camino de Ronda ) donde compraban naranjas y veían pasar el tren con destino a Ronda.
Pero la novela de Encarna León no es sólo el reflejo de una época, es ante todo una toma de conciencia de muchas situaciones y actos que la mujer ha tenido que padecer durante mucho tiempo y que aún soporta, como son los malos tratos.
La novela invita a la reflexión y a considerar el cambio vivido desde los años cuarenta, hasta la Transición del año 76, y desde esta fecha hasta nuestros días, donde se han logrado los derechos plenos de la mujer, una convivencia de equilibrio entre hombres y mujeres y una sociedad abierta al dialogo con sus principales necesidades cubiertas, y que muchas veces camina hacia un consumismo sin límites, en el que los valores son invertidos. Es aquí donde nos detenemos ante la narración de Encarna León para considerar conductas basadas en valores ( hoy ausentes) como es el respeto, el amor, la entrega, el esfuerzo...
Existe pues en LA SONRISA DE ANA una llamada de atención, un eje común entre el pasado y el presente de la mujer actual en España. Unos valores que llegan a la sociedad de hoy sin fecha de caducidad, que no prescriben, por el contrario obtiene vigencia y deben sumarse a los logros obtenidos por la mujer en plenitud de sus derechos.
Encarna León nos narra una historia real – imaginaria donde la mujer es el centro en el entorno de una época de luces y sombras de la que somos herederos.
El libro toca temas de enorme sensibilidad y que merecen ser tratados como objetivos de debate sobre la mujer; tal es el caso de los malos tratos. Tema muy amplio con muchas consideraciones educativas, sociales, coyunturales o psicológicas que darían lugar a multitud de preguntas como por ejemplo: ¿por qué la mujer es el objetivo de la ira de muchos hombres? Originado diferentes tipos de malos tratos: el psicológico y el físico.
Nuestra autora en unas palabras de introducción hace un planteamiento paralelo al que acabo de expresar, diciendo: La SONRISA DE ANA, pequeña obra en su estructura, pero profunda en vivencias, podría ser herramienta para plantear debates de actualidad: Me atrevo a dar un título: La mujer de la posguerra. Miradas desde el siglo XXI: avances, carencias y retos.
Creo que esta pequeña reflexión de la autora debe de ser el epílogo de la suma de voluntades en rigor de la herencia recibida, donde debemos de analizar el antes y el después de la mujer en la actualidad.
Una novela corta basada en hechos reales donde la imaginación de la autora va trenzando toda una historia de vivencias, que nos sugieren conductas, posicionamientos, realidades de una historia que nos ha conducido hasta donde estamos.

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