martes, 31 de marzo de 2015


Cisne Esdrújulo de Antonio Enrique. Colección Genil de Literatura 2014. Diputación de Granada.

Por Paloma Fernández Gomá

Antonio Enrique escribe Cisne Esdrújulo para Trinidad Sevillano. Ella le inspira los versos del poemario.  Las ilustraciones de Miguel Rodríguez -Acosta, basadas en la danza clásica, acompañan los poemas de Antonio Enrique, que describen de forma precisa la belleza de giros, saltos, torsiones, que la bailarina realiza en el escenario. Su cuerpo ejerce la magia del movimiento y el poeta transcribe esta energía vital a través de sus poemas, que son raíz de sintonía única entre las palabras y la   danza, que gravita en el poema como una espiral oculta que resalta todos y cada uno de los momentos que  unen el  arte del verso con el del movimiento de la bailarina en el espacio, siendo pluma visible de trazos, en destellos de luz, ante los ojos del  poeta.
El libro consta de cincuenta y un poemas desde los que Antonio Enrique escribe con el alma y la admiración a la mujer,  a la  bailarina y al arte que ella ejerce en su danza. 
La  bailarina es arco que se tensa, roca compacta, mástil y pálpito del firmamento, alondra, tesón del mar, valle de sombras, relámpago entre el cielo y la tierra.
Dice el poeta: ”Yo conocí una vez a una bailarina” y desde ese momento se transforma su mundo para girar en torno a esa silueta que emerge del movimiento y se hace elemento imprescindible para concitar verso y danza, en un espacio de continuidad inasible, que  desplaza el  presente hacia la  puerta de la intemporalidad, del límite  entre lo abstracto y la realidad.
Antonio Enrique escribe un verso ágil y sutil, lleno de percepciones que traslada las connotaciones de los astros a través de los giros, que sobre sí misma va trazando la danza de la bailarina.
Los poemas  de Cisne Esdrújulo dejan un espacio para el silencio,  donde  flota el equilibrio y la habilidad sensitiva del poeta en versos cargados de dinamismo:
“Gira el mundo
En toda su potestad de orbe.
Redondo, pesado y rotundo
gira y su fuerza
es la fuerza que mueve su torso” (pag. 42)
Y el mundo se ciñe al escenario y se hace timón que inspira el  salto, pirueta en arabesco de trazos o cometa que se desplaza en el firmamento.
Pero  para el poeta la bailarina si bien es belleza en extremo, también es  sacrificio en el frío que condensa el espectáculo,  voluptuosidad, dolor y pasión.
Los versos de nuestro poeta se entrelazan en una serie sincronizada de palabras que describen el  amor hacia la belleza.
La  vida vibra en todos los versos del libro y lo hace de forma precisa para exaltar un espasmo de sincronización entre el cielo y la tierra, que encierran los  poemas de Cisne Esdrújulo.
El  espíritu de la  danza poseyó a la bailarina dice Antonio  Enrique:
“Baile sobre  una copa
de ámbar.
La  diadema y el tutú,
el  corpiño, las  medias blancas
y las puntas.
El corsario espera..”
Espera la realidad, acechando en las esquinas del escenario para romper el idilio del momento, la plenitud de los sentidos en el vértigo de los giros.

“La danza es el lenguaje por excelencia “ sostiene Antonio Enrique y así lo demuestra con este poemario que es culto al movimiento de la danza, hecho  palabra; amor a la  bailarina que deja exhaustos los sentidos y vierte la paz de la entrega sobre el escenario.

lunes, 30 de marzo de 2015


Los reinos solares de Manuel Gahete. XXII Premio de Poesía de  Rincón de la Victoria. Málaga 2014.
Por  Paloma Fernández Gomá

Si atendemos a aquellas palabras que pronunciara San Juan de la Cruz: “La música oculta y el silencio sonoro de la palabra” y leemos las páginas de Los reinos solares de Manuel  Gahete, hallaremos la palabra sonora,  música callada que va recitando los versos de Gahete, desde un cromatismo que siempre se  ajusta al poema con precisión, respetando los pulsos necesarios de la poesía, para que ésta no pierda un ápice de su transmisión ni se debata en versos demasiado largos que resten esencia.
El poemario está conformado por tres apartados: El mármol y la sangre, La nieve  y el  fuego y El acero y el  oro.
Cada apartado queda subdividido en distintos títulos y poemas; así el primer apartado consta de La torre de las vírgenes (nueve  poemas), Legado de Sagunto (cuatro poemas), Numancia  en luz (cinco poemas), Farsalia (tres poemas).
En el apartado  La nieve y el fuego está Cartago (dos poemas),   El cáliz de  los muertos (un poema), Sinagoga (tres poemas), Azarías (tres poemas).
En el acero y el oro leemos Tezcatlipoca ( ocho poemas), Huitzilopochtli (doce poemas), Tecun- uman ( cuatro   poemas), Quetzalcoatl, Caupolicán (seis poemas), Cuauhtémoc (tres poemas).
Los últimos  versos de Manuel  Gahete  dicen:
“No me  siento  heredero   de los hombres.
Tal vez mi corazón no fue mar nunca”.
Y desde esta convicción el poeta extiende su palabra  orlada de  versos constitutivos de esplendor métrico,  en una musicalidad perfecta y de corte clásico, para reflexionar sobre todo ser humano que  sufre o haya sufrido la violencia tanto física como psíquica.
Manuel Gahete nos ofrece una oratoria de versos interpelativos hacia aquellos héroes anónimos que dejaron la razón de su existencia en el patrón de sus actos,  así nos lo da a conocer el  poeta en versos como: “Una hoguera de cuerpos son palabras/ deja que el sol encienda las ausencias…./¿Qué razón hay para acallar el miedo?.”
Y nuestro poeta también extiende su mirada hacia Cartago, y a las vírgenes de olor  a membrillo, a Sagunto y su legado, y América en sus poemas abre sus valles y sus ojos a la mirada de España,   que interpreta signos y sombras de aquellas mareas  más  alejadas que dicen ser parte de  su nombre.
Y leemos:
“Con la sal en los labios
y ese sudor caliente que funde la fatiga,
creyente de una estirpe
de mártires adeptos al torpe sacrificio,
vejado, escarnecido, roto en la  lucha, cráter
de sonidos sin alma…” (pag. 50)
Y continúa nuestro  poeta para ir hilvanado una senda de periferias que se unen en “su mar”,  mar de la reconciliación de los  hombres,  de equilibrio entre su pasado y el  futuro.
Poesía de compromiso con el ser humano  y sus referencias existenciales.
Manuel Gahete escribe:
“El  hijo de la luz abre su carne.
Bebe savia amarilla de los frutos.
Acude con sus dioses
a besarnos los ojos…” (pag. 79).


domingo, 15 de marzo de 2015

Fallece Luzmaría Jiménez Faro, presidenta de la Fundación Gloria Fuertes

Fallece Luzmaría Jiménez Faro, presidenta de la Fundación Gloria Fuertes

Nuestra querida Luzmaría Jiménez Faro, no está junto a nosotros, nos ha dejado el día 12 de marzo de 2015 a los 78 años.
Me parece mentira que no pueda volver a hablar con ella. Próximamente teníamos planeado conocernos en persona, pero no va a poder ser posible, aunque al fin, creo que eso es lo de menos, lo principal ha sido poder disfrutar de su amistad, de sus palabras, de sus consejos y que haya sido una guía imposible de superar, pero sí de imitar.
Estoy con vosotros en vuestro dolor.
Nos queda seguir su estela. Ella nos mirará desde ese lugar donde van las almas llenas de amor.

Usted y yo tenemos una cita. 
Sé que jamás se retrasó en la hora.
Tal vez pueda darme algo de tiempo
para mirar mi vida.
¿Podré volver la vista hasta mi patio?
Allí la madreselva era alegría,
su aroma resbalaba por los sueños
de mi sangre crecida.
Será muy puntual. Siempre lo ha sido.
Usted perdonará si me entretengo
y acaricio mis libros con ternura:
comprenda usted ¡son tantas horas juntos!
que así, partir, tan fríamente,
no me parece bien. Se quedan solos…

 Luzmaría Jiménez Faro
Del libro Amados Ángeles

                                            Paloma Fernández Gomá






LA LUZ QUE NO SE APAGA         
por Encarna León



El día ha amanecido triste, nublado, con sensaciones de abandono y melancolía, tal vez para estar en consonancia con los sentimientos que experimento ahora después de conocer la noticia de la desaparición, definitiva, de una gran amiga. Hace muy pocos días hablaba de ella en TV Melilla con motivo de fallarse el XIV Premio Internacional de Relato corto “Encarna León”. Y hablaba de ella al preguntarme, la presentadora del programa, el porqué de mi nombre en el citado certamen. Le conté la historia, que no voy a repetir aquí. Le comuniqué que propuse, hace catorce años, que el premio llevara el nombre de Luz María Jiménez Faro, mujer de gran valía a todos los niveles y una luchadora incansable en el campo de la literatura femenina.
He hecho una pausa en estas reflexiones al recordar que, hace tiempo, escribí un artículo sobre ella con motivo de un congreso de poetas celebrado en Córdoba, al que Luzmaría (así escribía su nombre) no asistió y yo la eché en falta en aquellas jornadas.
Todo lo que digo en ese trabajo sobre ella, se ha multiplicado a través de los años: su trabajo, ilusiones, entrega, colecciones de libros,  investigaciones, su producción literaria propia y el amor por todos los suyos. Lo ofrezco a continuación como homenaje a quien tanto quise y admiré. Es curioso observar cómo aquel día de 1998, cuando le dedicaba el artículo, tenía las mismas características climáticas que hoy.
Mi primer libro, con prólogo de Miguel Fernández, Este caudal de mis palabras mudas, salió publicado en su editorial en el año 1984 y ella, Luzmaría, me animó a seguir escribiendo. Muchas gracias Luz, descansa en paz.      
            
ÉRASE UNA LUZ ESPECIAL  (Septiembre, 1998)

La tarde parece estallar de luminosidad blanquecina, hoy no hay dorados mediterráneos, es un blancor de luna que a lo lejos  se presenta algo grisáceo, todo camina hacia un atardecer lleno de frescor. Es el final del verano y un otoño incipiente empuja seguro haciéndose presente. Esa luz me trae a la memoria otra Luz más personal, más viva, más íntima, más palpable. Una Luz generosa, inquieta, volcada en un hermoso quehacer, el de la investigación y estudio de la  literatura femenina. La Luz que iluminó, sin vacilar, el difícil camino de muchas poetas españolas y otras de habla hispana. Ella, Luz María Jiménez Faro, que desde hace más de una docena de años, renunció a su trabajo profesional para dedicarse por entero a una gran labor literaria a través de su ya reconocida y consagrada Editorial Torremozas.
En la primavera pasada finalicé una serie de artículos, producto de unas reflexiones sobre el II ENCUENTRO NACIONAL DE POETAS ESPAÑOLAS, celebrado en Octubre de 1997 en esa ciudad llena también de embrujo e historia como es Córdoba. Y digo también, porque cuando hablo o escribo de embrujos, la silueta de mi Al-Hambra granadina me embarga y me llena de imágenes imborrables. Aquellos artículos, aquellas crónicas, quedaron inconclusas, pero ya apostillé, entonces, que hablaría en otra ocasión de una persona a la que llamé ‘la gran ausente’. Hoy se hace presente con nombre propio: Luzmaría.
Juana Castro, en un artículo publicado en Cuadernos del Sur (Diario Córdoba) del 30 de Julio pasado decía: "Primero fue Luzmaría. Luego vinieron otras modas y modos, y a ese carro se apuntaron editoriales y antólogos, más que nada para hacer su agosto". Llevaba razón Castro con esta afirmación y me hizo recordar mis primeros contactos literarios con Luz allá por el comienzo de los ochenta. Desde entonces, esta mujer ha sido y sigue incansable en su labor de investigar, promocionar, rescatar nombres para la Literatura que permanecieron en el olvido, y de acompañar y traer al panorama literario nacional e internacional a muchísimas autoras.
Ella escribió y habló de Emily Dickinson, de Delmira Agustini, las Brönte, Carolina Coronado, pasando por Dulce María Loynaz, Carmen Conde, Ernestina de Champourcin para llegar hasta Gloria Fuertes, Ana Rossetti, Isabel Abad y un listado interminable. Muchas autoras, que gozan hoy  de una brillante trayectoria literaria, publicaron sus primeros poemas en la Ed. Torremozas de la mano de Luzmaría Jiménez. Entre las colecciones que edita con un gusto exquisito figura una, la primera, que lleva el mismo nombre que la propia editorial, Colección Torremozas de Poesía, sacó su primer número en 1982, con el título de "Poemas" (Primera selección de Nuevas Voces) donde, en esa labor de promocionar y descubrir nuevas autoras, figuraban los nombres de Lola Dean, Pilar Monzón, Amaranta Ortega (Mª Antonia Ortega ya consagrada) y Mª del Carmen Tobajas. En estos días me llega el ejemplar nº138 con la obra de la gallega Pura Vázquez. (Hoy, 14-03-2015, la colección ha alcanzado el número 288).
Nunca lo comenté con la editora pero he de decir que hubo un poeta, amigo común, que se sorprendió cuando la colección alcanzó el nº20 y entonces se aventuró a afirmar que sería un milagro si llegaba al nº50. La evidencia no necesita explicaciones.
Pero dejemos de comentar y elogiar a la editorial en sí y hablemos de ella, de la editora y poeta. ¿Quién es Luzmaría Jiménez Faro?
Sencillamente una madrileña  que vive entre versos y para los versos, también para la narrativa. Mujer emprendedora, volcada siempre en su trabajo, de carácter dulce y con un encanto especial que transmite a través de su sonrisa constante y su voz. Siempre tiene proyectos por realizar, a cual más hermoso y grande. Viaja, al ser requerida, a Europa y América, sus colecciones y trabajos han traspasado los límites nacionales llegando, incluso, hasta Australia y Japón. Creó el Premio "Carmen Conde" de poesía y el "Ana María Matute" de relatos.
Aunque su labor siempre se perfila hacia los demás, ella es una excelente poeta que tiene en su haber los siguientes títulos: "Por un cálido sendero" (1978), "Cuarto de estar" (1980), "Sé que vivo" (1984), "Letanía doméstica para mujeres enamoradas" (1986), "Bolero" (1993), "Lugar de la memoria" (1996) y "Amados ángeles" (1997) pasando por las Antologías, "Panorama Antológico de Poetisas Españolas" (siglos XV al XX) (1987), "Antología Poética de Ernestina de Champourcin" (1988), "Breviario del deseo. Poesía erótica escrita por mujeres" (1989), "...Y vamos haciendo camino" (1993), "Mujeres y café" (1995) y "Poetisas Españolas. Antología General" (varios tomos). Además cuenta con estudios realizados sobre Carolina Coronado (1983) en colaboración con su marido, el también poeta, Antonio Porpetta y sobre "Delmira Agustini, manantial de la brasa” (1990).
Ha sido justo traer aquí y completar estas crónicas con un esbozo de esta extraordinaria persona, amiga, poeta y editora que fue la primera en identificarse en nuestro país con el quehacer poético de tantas mujeres, que hubiesen quedado en el anonimato o aparecido tardíamente en el panorama literario español.
Es Luzmaría Jiménez Faro quien se alza con este honor y así lo reconocemos públicamente todas las que sabemos de su interés y constancia con las mujeres que escriben. No pudo estar en el II Encuentro Nacional de Poetas Españolas porque se encontraba, por esas fechas, divulgando la poesía femenina por tierras europeas, concretamente en Bulgaria.
Se le echó de menos, su palabra hubiese sido acertada y oportuna en aquellas jornadas cordobesas. Juana Castro, Coordinadora del Encuentro lamentó, ante el auditorio, su ausencia y tuvo un recuerdo para ella, yo sentí enormemente no poder disfrutar de su presencia y tuve que guardarme mi mejor abrazo para otra ocasión.
 Como apunte final, unos versos bellísimos, sentidos y de gran tono humano, de Luzmaría.

 ÁNGEL DE LA GUARDA

Será que se han dormido
los ángeles custodios...
Será que en las favelas del Brasil
o en la ardiente Colombia no reclaman
los niños su dulce compañía.
Será que en los países orientales
les obligan por unos pocos dólares
a vender su niñez y su sonrisa...
Será también que en África
los angelitos blancos y los negros
ante tanta desgracia sólo lloran:
huesos sin piel, ojos que no entienden,
abiertos ojos cegados al futuro...
Será que las niñitas de los mares calientes
apenas forma, soplo de mujer,
en las bocas desnudas y lascivas desmenuzan
su gastada inocencia.
Será que, como un juego,
israelitas y árabes colocan
fusiles en las manos de los niños
para que aprendan a matar
y maten.
Será que nuestros hijos
ya sólo saben respirar violencia,
y en sus pequeñas frentes
sólo hay flores marchitas
y sólo hostiles noches amurallan sus sueños...
Tenemos que enseñarles nuestra vieja oración:
Ángel de mi guarda, dulce compañía,
no me dejes solo ni de noche ni de día...
Si los ángeles custodios duermen,
contra su celestial indiferencia
levantemos las voces
para que, de una vez, despierten.
                                                    
                     de "Amados Ángeles". 1997



                                         Luz  María Jiménez Faro


                               ************************
              


              UN  MAR  EN  LOS OJOS
              “No puedo ver sino tus ojos,
                tus azulados ojos de agua”


Hay un poema de Luzmaría Jiménez Faro,
página 9, ediciones Torremozas, serie Prímula,
en su libro CORIMBO, como un pórtico hermoso.
Está dedicado a su marido Antonio;
Pero ella no lo dice,
la grandeza del verso consiste en sugerir lo que calla.
Una comprende, no obstante, ser un amor real.

Imagino estar escrito una tarde de agosto,
en vacaciones, ante un paisaje marino,
propicio para el verso.
venida de la playa, una vez despojada la sal;
embadurnada la piel en fresca crema,
tras el reposo que depara el descanso;
ya propicias las horas de la siesta.

Ambos son adolescentes y no ha transcurrido el tiempo.
Luzmaría acecha la mirada clara de su esposo.
Es azul el ambiente en los malecones de los puertos.
Ella misma lo confiesa:”ya todo es ráfaga azulada”.
Una desde las páginas intuye los ojos de Antonio,
transparentes y límpios,
igual que el agua que emana de la acequia.
No son como los de los hombres del Sur:
una sabe de qué color son los ojos de los hombres del Sur.

Una piensa en los ojos de los hombres del Sur
y en Antonio, como una sensación muy límpida.
Los ojos de Antonio y sus amplias connotaciones.
Y en Luzmaría, también en Luzmaría.
Y una no puede ver sino unos ojos,
unos ojos negros de noche.           

                                                                      Soledad Zurera
                                                                        Inédito

martes, 10 de marzo de 2015



                                                            SAN PABLO DE BUCEITE

X CERTAMEN DE POESÍA
ENCUENTROS POR LA PAZ
Convoca Junta Municipal de Distrito de San Pablo de Buceite.

La escritora p.txty poeta Paloma Fernández Gomá Delegada por Cadiz de ACE Andalucía es la Directora Honorífica del Certamen que se convoca cada año dentro de las actividades del evento de los Talleres por la Paz y que cumple este año su décima edición
Bases

1.- Podrán participar cuantos autores lo deseen, residentes en España, Marruecos y Gibraltar, presentando un solo poema, que será rigurosamente inédito y escrito en castellano.
Al participar, se entiende que conocen y aceptan las presentes bases.

2.- Los trabajos se presentarán por cuadruplicado, ejemplar en folios mecanografiados a doble espacio por una sola cara, firmado con un lema y acompañado de plica cerrada en la que figurará nombre, domicilio y teléfono del autor.

3.- El tema del poema deberá recoger y exaltar el espíritu de los Talleres por la Paz de San Pablo de Buceite: la paz, la tolerancia, la solidaridad y el entendimiento entre las diferentes culturas; y la versificación será libre sin que la extensión supere los 60 versos.

4.- Los trabajos se enviarán a: Junta Municipal de Distrito de San Pablo de Buceite (Certamen de Poesía "Encuentros por la Paz"), C/ Coronel Auditor Cazorla, s/n. Oficina Municipal. Casa de la Cultura "Enrique Tierno Galván". 11320 San Pablo de Buceite. Cádiz.
Debiendo estar en poder de la entidad antes del viernes, día 3 de julio de 2015, rechazándose los que lleguen con posterioridad.

5.- 5.- La entidad convocante tendrá los derechos de publicación y difusión de los textos ganadores por los medios que estime oportunos y ateniéndose a la ley de propiedad intelectual.
El poema ganador será publicado en la Revista Intercultural Dos Orillas.

6.- El jurado elegido por la Delegación de Cultura, podrá declarar desiertos los premios.

7.- El fallo del jurado se dará a conocer a través de los medios de comunicación, y se avisará inmediatamente a los autores premiados.

8.- Se concederá un único premio de 500 euros al poema ganador.
El jurado podrá conceder menciones honoríficas.

9.- El acta del jurado será leída en la Casa de la Cultura "Enrique Tierno Galván" dentro de un acto literario, incluido en uno de los días del evento cultural "XIII Talleres Por la Paz de San Pablo de Buceite", que se celebrarán en la semana del 23 de julio al 2 de agosto de 2015. Donde también se recitarán los poemas ganadores.
A continuación se entregarán los premios. Por lo que los ganadores deberán asistir personalmente a recogerlos, o autorizar a otra persona.

10.- Los autores premiados se comprometerán, en caso de publicación de sus trabajos, a hacer referencia al premio que hubiese obtenido en este certamen poético. El autor premiado no podrá volver a concursar hasta pasados tres años.


Más información:
Junta Municipal de Distrito de San Pablo de Buceite
956642205